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Una psicóloga analiza la reflexión de Laura Escanes sobre las relaciones con diferencia de edad

Risto Mejide tenía 41 años cuando comenzó su relación con Laura Escanes, de 19 años en aquel entonces. Y pese a las numerosas polémicas, la pareja aguantó al pie del cañón durante siete años hasta que recientemente anunciaron su ruptura.

La relación dio pie a muchos debates sobre la diferencia de edad en el amor, debates que se han reavivado tras filtrarse unas fotografías de Risto con su supuesta nueva pareja, y es que, casualidad o no, también le saca veinte años. Sin embargo, la guinda del pastel ha sido la reflexión que ha compartido Laura Escanes en sus redes sociales y, a mayores, las declaraciones de su expareja en una reciente entrevista.

Los comentarios de Laura y Risto sobre la diferencia de edad en el amor

 "La frase de 'el amor no tiene edad' me ha costado tiempo entenderlo, pero no tiene nada que ver con las relaciones con diferencia de edad, sino que no hay edad para enamorarse", compartía Laura Escanes en su Twitter, a lo que añadía que “una persona de 15 años se puede enamorar. Una de 70 también. Que a veces nos confundimos”.

A la par, Risto Mejide lamentaba el edadismo presente en la sociedad, una forma de discriminación por motivos de edad, afirmando que también afecta a las personas que se enamoran de alguien más joven.

La reflexión de Laura ha provocado numerosas alabanzas, agradeciendo sus seguidores por abrir “el melón” de la diferencia de edad en las relaciones de pareja, mientras que las declaraciones de Risto han suscitado unas cuantas críticas, acusándole algunos usuarios de Twitter de utilizar el edadismo para evitar reconocer que le gustan las chicas más jóvenes.

“El amor no tiene edad” y “el edadismo”, dos polémicas paralelas

La frase de “el amor no tiene edad” se ha utilizado recurrentemente para justificar las relaciones con diferencia de edad, pero hay una cosa que hay que tener muy clara: no es lo mismo enamorarte de una persona y que, por casualidad, tengáis edades muy diferentes, que buscar en todas tus parejas esa diferencia de edad.

Para entender esto mejor, podemos utilizar como ejemplo a dos relaciones:

Ryan Reynolds y Blake Lively se conocieron en 2010, comenzaron a salir oficialmente en 2011 y se casaron en 2012. Él tiene 46 años y ella 35, pero si nos fijamos en las exparejas de él, no encontramos un patrón. Ha salido con mujeres de su edad, mayores que él o un par de años más jóvenes, hasta que conoció a su actual mujer.

Ahora fijémonos en Leonardo DiCaprio. Tiene 48 años y en su largo historial de ligues y parejas, se produce un fenómeno curioso: la relación se acaba cuando ellas cumplen, como mucho, 25 años.

Ser conscientes de las implicaciones de este patrón no es discriminar, sino alertar de un problema muy común en las relaciones con diferencia de edad: el abuso de poder.

El abuso de poder en las relaciones con diferencia de edad

¿Es lo mismo salir con alguien de 40 años teniendo tú 60, que buscar una y otra vez ligues o parejas en la veintena? No, y la razón es que, a esa edad, todavía no se ha adquirido la madurez necesaria para tomar ciertas decisiones. En otras palabras, una persona de veinte años es susceptible de ser manipulada por alguien mayor.

Hablamos pues de un abuso de poder, una dinámica que a menudo comienza con frases que hacen sentir a la persona joven segura de sí misma, independiente y, sobre todo, adulta. Por ejemplo, “eres muy madura para tu edad”.

Poco a poco, la diferencia de edad se hace más notable. Esto es lo que pasa cuando la persona joven quiere vivir experiencias acordes a su edad (como viajar, quedar con sus amigos o encontrar un trabajo que le guste), pero se siente cohibida. Como su pareja es más mayor, le hace creer que sabe más de la vida, influenciando en sus decisiones.

Por otro lado, no es lo mismo enamorarte por casualidad de alguien a quien sacas diez o veinte años, a repetir ese patrón en todas tus relaciones recurriendo al falaz argumento de “uno no elige de quién se enamora” para justificarte. Por supuesto, no elegimos de quién nos enamoramos, pero sí elegimos en qué círculos sociales nos movemos, a qué personas damos follow o escribimos mensajes privados en Instagram, y con quién tenemos una cita.

Entonces, ¿el problema es que salgas con una persona que te dobla la edad? No, el problema es que esa persona solo busque ligues mucho más jóvenes e influenciables, que esa persona te haga sentir incómodo o incómoda, y que esa persona intente controlarte, infantilizarte o manipularte

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