La madrugada de este sábado al domingo, del 25 al 26 de marzo, a las 02.00 horas serán las 03.00 horas . Tras adelantar una hora los relojes, dará comienzo el horario de verano, que se extenderá hasta el último fin de semana de octubre. Eso quiere decir que, cada día, irán aumentando poco a poco las horas de luz hasta llegar a julio como el mes central en el que, en España, anochece y amanece más tarde. Y más luz significa más energía porque, a nuestra manera, los humanos también necesitamos hacer la fotosíntesis.
Como todos los años, la llegada de esta adaptación horaria viene acompañada del debate de si es necesaria o no. Pero la discusión está perdida. El cambio horario forma parte de la Directiva Europea 2000/84CE que afecta a todos los Estados miembro de la Unión Europea con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar por la tarde. Por tanto, es obligatorio y siempre se produce en las mismas fechas y horas, de modo que no existe la posibilidad de que un país miembro no lo aplique de forma adecuada. Fin.
Eso sí, si hay un cambio de hora que es absolutamente bienvenido es éste. Al venir de la pérdida de horas de luz que provoca la normativa horaria de invierno, estos 60 minutos más de luz, este poder llegar más tarde a casa sin tener la sensación de que ya se ha perdido el día, ese abrir de puertas y ventanas para que entre el sol hasta la cocina, nos da un SUBIDÓN que, como no podía ser de otra manera, se ha visto reflejado en TikTok.
Aunque todos los años ocurra lo mismo, cuando se acerca el día, tanto los medios como las redes, como las madres, nos recuerdan cómo hay que cambiar la hora. En este caso, a las dos de la mañana serán las tres, por lo que perderemos una hora de sueño pero ganaremos una hora de vida. Antiguamente, uno debía saberse muy bien el esquema de adelantos o atrasos de las manecillas del reloj porque éste no se hacía de manera automática.
Sin embargo, gracias a los avances de la tecnología, ahora, los móviles, ordenadores, hornos o coches con sistemas se cambian solos. Y, algunos usuarios que deciden trasnochar y quedarse despiertos hasta altas horas de la madrugada, aprovechan el insomnio para grabar el momento exacto en que el reloj del móvil salta del último minuto a lo que popularmente se llama la hora-buena. A partir de ahí, a soñar con rayos uva.