En las últimas horas ha vuelto a estar de actualidad un concepto que pensábamos enterrado y que, en el imaginario colectivo, suena a antiguo. La tiña ha regresado a nuestras vidas (si es que alguna vez se fue) después de que un estudio realizado por dermatólogos españoles haya detectado nuevos casos. Se han descubierto decenas de infecciones producidas por hongos en el cuero cabelludo de los adolescentes masculinos, y todo parece indicar que podría ser solo el comienzo, la punta del iceberg. Ahora que esta patología ha vuelto a estar entre nosotros, analizamos en qué consiste, cómo se detecta y cómo se puede tratar una vez diagnosticada.
El concepto tiña hace referencia a un conjunto de infecciones en la piel que se producen debido a diversos tipos de hongos. También conocida como dermatofitosis suele afectar principalmente a zonas como los pies o el cuero cabelludo mediante erupciones cutáneas. Tradicionalmente ha sido asociada a climas con altas temperaturas, o al uso de ropa muy ceñida o húmeda, aunque también la transmiten algunos animales de compañía. En el pasado, se ha relacionado con etapas de conflictos bélicos o migraciones importantes. Pero ahora ha reaparecido por un motivo bien distinto.
Actualmente se ha asociado el brote de tiña con algo muy concreto: las preferencias estéticas juveniles. Al parecer, los causantes son los peinados en los que se emplean las técnicas del rasurado y el degradado. Varios dermatólogos vieron un patrón común en adolescentes que se cortaban el pelo de esta manera y un estudio, realizado en el ámbito de la Academia Española de Dermatología y Venereología, que se publicará en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas, corrobora la hipótesis.
Por el lugar de su aparición, la nuca especialmente, el brote ha sido vinculado a la falta de desinfección de los utensilios utilizados para realizar este tipo de cortes de pelo en algunas peluquerías. El uso de maquinillas eléctricas o cuchillas infectadas transmitiría el hongo de una persona a otra, al producirse el contagio mediante el contacto entre las esporas del hongo y los folículos pilosos del cuero cabelludo del individuo contagiado. Es por ello por lo que han de ser debidamente limpiadas y desinfectadas.
La infección tiñosa del cuero cabelludo se caracteriza por la descamación de la piel, que tiende a resecarse y produce enrojecimiento y un picor intenso. Es frecuente también que se genere inflamación y caída del cabello en la zona afectada, en forma de costras o pequeñas. Por sus características, en ocasiones suele confundirse con el surgimiento de caspa, aunque en algunos casos puede provocar fiebre y dolor o supuración.
La tiña cuenta con un tratamiento específico diseñado para su curación. La infección se trata mediante la toma de antimióticos por vía oral, que se prolonga durante varias semanas, con el límite de tres meses. Lo importante es, por encima de todo, un diagnóstico precoz, ya que de ello dependerá la eficacia del mismo y la ausencia de secuelas. El retraso en la detección puede provocar que queden zonas con alopecia permanente.
Desde el sector de la imagen persona, la Alianza Empresarial de la Imagen Personal, ANEIP, ANEPE-IMPE, FANAE, EIPEF y FEDCAT, han querido mandar un mensaje de calma, resaltando que se habrían detectado menos de doscientos casos en un período en el que se habrían producido millones de servicios de peluquería, por lo que la incidencia sería muy baja.