Hace justo un año, toda España contenía la respiración durante la final entre Rafa Nadal y Medvedev en el Australia Open, en la que el manacorí consiguió una épica victoria y se convirtió, una vez más, en el ganador de torneo. Nadal consiguió remontar una partido que estaba prácticamente perdido, con dos sets en contra, y la expectativa de este año era que, si bien es imposible repetir una hazaña como aquella, al menos, viéramos a un Rafa capaz y competitivo.
Sin embargo, en el partido de segunda ronda contra Mc Donald (6-4, 6-4, 7-5), el tenista español ha vuelto a verse superado por una de sus múltiples lesiones. En la mitad del segundo set, después de una carrera hacia la bola, se ha quejado visiblemente de un dolor que, en la rueda de prensa posterior al encuentro, ha explicado que le venía de la cadera. El gesto de Nadal auguraba lo peor y su mujer, al verlo desde la grada, se ha puesto a llorar a lágrima viva.
El llanto de Xisca y la cara de preocupación de su entrenador, Carlos Moyá, con quien ha cosechado tantas victorias, han preocupado considerablemente a los fans del tenista, de nuevo al borde de la retirada definitiva. Finalmente y, aunque Nadal ha luchado en el tercer set con una técnica más centrada en los brazos que en las piernas, el partido ha terminado con un cómodo triunfo para Mc Donald y una despedida de Nadal en el centro de la pista que ha generado dudas sobre su éste será su último AO.
Nadal ha explicado que la lesión de cadera es algo que viene arrastrando desde el pasado y, aunque ya había notado alguna molestia al inicio de este primer Gran Slam del año, no con tanta "intensidad" como en el partido contra el americano. El mallorquí se marcha de Melbourne "mentalmente destrozado" (cosa que no había dicho nunca) y, tanto su ausencia como la de Carlos Alcaraz, que también se lesionó de manera fortuita antes del torneo, dejan a España sin su más fuerte representación tenística.
Rafa y Xisca Perelló se convirtieron en padres de su primer hijo el pasado 8 de octubre de 2022, tras un embarazo complicado. Mery fue ingresada justamente durante la celebración del US Open, donde Rafa también perdió un partido por estar pensando "más en su familia que en el tenis". Aunque feliz en lo personal, el manacorí tendrá que trabajar mucho para enfrentarse a una nueva y dura temporada.