En Madrid, hoy todo el mundo habla de Antonio Orozco. Y no es para menos. El cantante, que está celebrando su 50 cumpleaños, lo petó en su concierto del Wizink Center, del que todo el mundo salió diciendo que fue “impresionante”. No solo porque su protagonista se entregó vocalmente ante un estadio de los deportes que estaba a reventar, sino porque la noche estuvo llena de emociones por todo lo que ocurrió dentro.
El plato más fuerte lo sirvieron en familia: su hijo, Jan Orozco, se subió con él al escenario para acompañarle al piano mientras su padre cantaba ‘Mi héroe’. Esta canción tiene un significado muy especial para los dos, pues la compuso pensando en la madre del niño (ahora casi un adolescente), que falleció después de una larga enfermedad. Todo el público tenía los pelos de punta al ver a padre e hijo juntos y, mucho más, cuando Antonio pidió que apagaran las luces y que todo el mundo iluminara el recinto con sus móviles, como si de velas se tratara. En la letra, el cantante dice que "los héroes son héroes porque nadie sabe que lo son".
Jan, un jovencito con mucho talento para la música, demostró sus dotes al piano, aunque no es el único instrumento que sabe tocar. En otras ocasiones, se ha subido al escenario junto a su padre para tocar la caja y, en su Instagram, además de descubrir que (encima) dibuja muy bien, también presume de tocar la guitarra. ¡De casta le viene al galgo!
Pero la noche no terminó con la intervención del niño. Sabiendo que hoy era su 50 cumpleaños, el hijo del famoso cantante le sorprendió con una tarta delante de todos los asistentes. Después, su gran amigo Pablo López también le dio una sorpresa y llegó para cantar con él, confirmando la buena relación que sellaron ambos artistas en su trabajo como coaches de ‘La Voz’. En su Twitter, el propio Antonio dice que todavía "no se cree" todo lo vivido: "Me siento tan afortunado, sólo puedo ser agradecido. Gracias Madrid".