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Karmento, la candidata manchega del Benidorm Fest: “Lo ultralocal es la esencia de lo universal”

  • Carmen Toledo es de Albacete y luchará en el Benidorm Fest 2023

  • Si ganara, sería la primera manchega en ir a Eurovisión

  • La canción de Karmento se llama "Quiero y duelo"

Han pasado más de seis décadas desde que Conchita Bautista representara a España en el primer año en que nuestro país participó en Eurovisión. Desde entonces, un buen puñado de andaluces, madrileños, vascos y catalanes han pasado por el certamen, que a veces a pescado a sus artistas en Galicia, Asturias o Murcia. Pero la Mancha, tierra repleta de músicas y sonidos tradicionales como la que más, nunca ha mandado a Europa a ningún representante. Hasta hoy.

Carmen Toledo es la albaceteña –concretamente de Bogarra, un pueblo de la sierra de apenas 800 habitantes– que puede hacer historia, pues en febrero se disputará con otras 17 propuestas salir coronada del Benidorm Fest como finalista nacional al certamen. Antes deberá convencer a audiencia y jurado con ‘Quiero y duelo’, una “canción sencilla e íntima” que, como casi todo lo que sale de su proyecto Karmento, aúna folclore manchego y vanguardia pop.

¿Cómo se está viviendo tu selección en Bogarra, tu pueblo?

Ayer hablé con mi madre y me dijo que está el pueblo revolucionado. La gente le dice cosas muy bonicas, y hasta han puesto una de mis canciones para anunciar el pregón municipal.

Puedes ser la primera representante manchega en Eurovisión.

No lo había pensado cuando me presenté, pero me parece muy oportuno. Tengo la sensación de que la raíz manchega, de esta tierra cálida y serena, puede llegar al corazón de la gente, al centro de su refugio. Hay algo en la canción de estar rodeado de los tuyos, sea tu familia o tus amigos, y reunirte con ellos para ir a las fiestas del pueblo. Al final este es el folclore de un pueblo pobre y agrícola. La Mancha es una tierra grande, pero con la población muy dispersa, trabajadora y humilde. Eso forma parte de nosotros.

¿Lo ultralocal puede ser universal?

Es que quizás lo ultralocal es la esencia de lo universal. Lo pequeñito, lo sencillo, es lo que puede ser común a todos.

¿Cuánto hay de folclore en el tema y cuánto hay de otros estilos?

Hay una amalgama, una combinación que genera un cóctel de distintos estilos. Desde que empecé a componer, la etiqueta de folk ha venido sobre todo de fuera, de la respuesta a mi música. Tengo las raíces de mi tierra, eso me queda claro cuando recorro los auditorios de la Mancha porque me lo dicen, y tengo ganas de explorarlo, pero Karmento no deja de ser un proyecto pop, que busca cierta vanguardia. Lo que yo hago no es folclore, aunque conecte con él.

La canción se llama ‘Quiero y duelo’, una expresión que siempre he oído en mi casa. ‘¿Cómo le va a no sé quién? Pues hija, quiere y duele: a veces más mejor y a veces peor’. En la canción hay un par de palabras que ni siquiera están en el diccionario, pero en mi pueblo se usan. Espero que se entienda el mensaje, aunque lo exprese con mis palabras.

Karmento surge en los años en que vivías en Malta, ¿a veces uno tiene que alejarse de su casa para tener una relación sana con ella?

Esa es mi experiencia. Siempre he tenido un espíritu bastante nómada, soy la primera sorprendida por este viaje de retorno. Mis padres, si les preguntas, te dirán que nunca quise quedarme cerca, que parecía que no estaba a gusto. Irme a Malta, y a otros sitios, me dio perspectiva sobre quién era, sobre qué cosas eran mías de verdad y cuáles estaba impostando.

Al irte coges nuevos aires, nuevos valores. Y eso te hace volver a donde perteneces con más nitidez, con más seguridad. Ahora me digo: pero si soy más serrana y más manchega que el copón. Si es que me luce muchísimo ser así. Pero si no me hubiese ido, quizás no lo hubiera entendido.

Rodrigo Cuevas, Tanxugueiras… ¿Está de moda reivindicar las raíces? ¿Es una cuestión generacional?

La gente tiene ganas de escuchar proyectos de vanguardia de sus tierras, de experimentar su identidad desde un punto de vista contemporáneo. Y no solo pasa en la música. Ahora mismo percibo a muchos manchegos y manchegas que estamos haciendo cosas. Salimos como setas. Antes lo que primaba era el ‘vete a Madrid’, o ‘vete al extranjero’. Y ahora me da la sensación de que podemos usar lo que siempre hemos tenido cerca, reescribir la tradición. Es el momento de que la Mancha también se haga oír. Durante mucho tiempo hemos sido una identidad minorizada, de la que nos podíamos llegar a avergonzar.

Voz y movimiento fueron las grandes bazas de la gala de presentación, ¿será también lo más destacado de la propuesta en Benidorm?

Voz seguro, porque es mi instrumento. El otro día [en la gala de presentación de Televisión Española] me hubiera gustado que se escuchara mejor la base musical, porque es una producción preciosa. ‘Cri cri’ nos pareció que era la mejor opción, para una actuación donde no podía llevarme a mis músicos y montar mi directo. Se preparó todo muy rápido, y no se escuchó como me hubiera gustado. Pero no pasa nada, el recorrido no ha hecho más que comenzar.

¿Movimiento? Algo habrá, pero no estaré por encima de mis posibilidades. La canción es íntima, es emocional. Lo que me fluya, fluirá.

¿Hay presión?

Tuve un momento de pánico cuando se anunció que estaba seleccionada, porque es difícil de gestionar, pero me pueden las ganas y la ilusión. Quiero que la gente escuche la canción, que es una historia sencilla que puede conectar con todo el mundo. Ese es mi deseo principal.

Sea cual sea el resultado, ¿qué te gustaría que pasara con el proyecto Karmento?

Es una pregunta difícil, pero, siendo honesta: yo quiero hacer sostenible esta profesión para mi y para mi equipo, que es un grupo de gente que se merece que le vaya bien. El objetivo real es poder vivir de la música dignamente, que no es poca cosa. Y luego montarme un rancho, que es mi sueño.