Que el look de Jeffrey Dahmer vaya a ser uno de los disfraces estrella de este Halloween es algo que está completamente justificado. No solo por el éxito que han tenido en Netflix tanto la serie como el documental sobre sus crímenes, sino porque, con ellos, nos ha quedado muy claro que la mente de este asesino con cara de buen estudiante era realmente aterradora.
Estados Unidos ha sido cuna y nido de asesinos en serie atroces cuyos nombres han pasado a la posteridad, tanto los auténticos como sus copycat, tales como Ted Bundy, el sádico asesino de mujeres; Albert DeSalvo, más conocido como ‘El estrangulador de Boston’ por ahogar a sus víctimas con prendas de su propia ropa; o Dennis Rader, el temido asesino BTK que siempre usó el mismo método para acabar con sus víctimas: atar, torturar y matar.
Sin embargo, Dahmer, que asesinó a 17 hombres, adultos y adolescentes a los que elegía por la masculinidad de su torso, fue un criminal elevado al cubo que podríamos definir como un multiasesino. Un perturbado que no se conformaba solo con matar, sino que, después de quitar la vida, también cometía actos de necrofilia y canibalismo, descuartizaba cadáveres y los conservaba en el sótano de la casa de su abuela, la pobre, que no se enteraba de nada.
Por eso, podemos decir que este ‘monstruo de Milwaukee’, que intentó a toda costa reprimir sus deseos homosexuales, es cinco asesinos en uno y de ahí su pódium terrorífico: