Quevedo es, sin duda, el artista español del momento. El joven canario ha llegado a lo más alto de la música con su sesión junto al argentino Bizarrap. Su ya famosa composición número 52 suma 200 millones de reproducciones en Youtube en apenas un mes y en Spotify ha sido durante tres semanas el tema más escuchado a nivel global. De hecho, Quevedo se ha convertido en el primer artista español que alcanza el número uno mundial en esta plataforma.
Pero, ¿quién es Quevedo y por qué tiene tanto éxito? Esa es la pregunta que se ha formulado el diario "El País" a través de un artículo elaborado por el periodista Carlos Marcos. En dicho texto, el autor recoge la actuación del canario en el festival Boombastic de Fuengirola. Como ha ocurrido en otros shows, el público se viene muy arriba cuando suena la sesión creada junto a Bizarrap.
"Quevedo tenía 18 años cuando el virus decidió expandirse. Lo pasó mal en el encierro. Se desnortó y concluyó que debía centrarse en algo para no tocar fondo. La música. Comenzó a trascender con sus temas urbanos de voz ronca y unas letras con una narrativa nada original: amor/desamor, unas veces erótico y otras tierno, y salir de fiesta. Temas como Yotekomo, Chamaquita y, sobre todo, Cayó la noche, la canción que le lanzó, junto a su paisano Cruz Cafuné", cuenta El País sobre el origen del 'efecto Quevedo'.
Para los analistas consultados, el canario ha sabido crear junto a Bizarrap una canción que anima a saltar y a divertirse "en las fiestas de verano". También destacan su voz "diferente y grave". "Conecta mucho con la gente joven: un himno donde saltan y cantan juntos”, subraya el productor José Luis Gil.
Pero no todos están a favor del éxito exagerado de Quevedo. Fernando Neira, conocido crítico musical de El País y la SER, ataca duramente al artista al tildarlo de "machirulo" y entender que su música no tiene personalidad alguna. “Es la canonización de la nada. No hay un solo nanogramo de personalidad, de lenguaje propio, en la música. Y no digamos ya en la voz, ultraprocesada y cacofónica, que es la de Quevedo pero podría ser la tuya, literalmente. La letra, si se puede considerar tal (y si se entiende, que no es sencillo), es un bochorno sonrojante, la súplica de un machirulo que intenta dárselas de tío con sentimientos. Definitivamente, nos estamos dejando manejar por la dictadura del algoritmo y por los espejismos de la viralidad y sus progresiones geométricas. Nadie recordará esta cosa de aquí a un año, igual que a nadie le da por escuchar a estas alturas Despacito. Con una salvedad: en comparación con esto, la canción de Luis Fonsi es una sinfonía de Mahler”, señala Neira.
Un comentario que ha generado un gran revuelo en redes sociales. Muchos ven en esa crítica un ataque despiadado contra un joven que, simplemente, ha alcanzado el éxito de una manera honesta. "Que España no soporta el éxito está clarísimo, se ha tirado siempre a cualquiera que ha despuntado", dice una seguidora en Twitter. "El pibe ha puesto literalmente a España en lo más top en 1 año y en lugar de sentir orgullo cogen y se ponen a criticarlo… y es que encima no tienen ni puta idea, critican algo que hacen todos los cantantes hoy en día", dice otro.
El artículo explica que Quevedo rechazó ser entrevistado por El País, pero sí ha reaccionado a la crítica que le ha dedicado Fernando Neira. "Ante las declaraciones que han salido sólo puedo decir una cosa", dice en una storie. A continuación se ve la imagen del culo de un hombre. De una manera gráfica y clara, Quevedo ha sido transparente sobre la manera en la que le ha indignado dicho artículo, aunque prefiere tomárselo a broma.
Los usuarios de Twitter también han rescatado un artículo de El País de 1979 donde se denostaba el directo de Queen. "La música de Queen es una mescolanza ecléctica que toma elementos de todas partes y cuya mayor gracia reside en la capacidad de showman de su cantante, Freddy Mercury, en los efectos de la guitarra de Brian May y en un ritmo cuadrado y machacón que resulta siempre en la misma canción. (...) Mercury es una especie de Jagger de segunda división. Su cara afilada, cuando se ve de perfil posee un cierto aspecto leporino, como de conejo chirriante. No canta ni muy bien ni muy mal, pero como el técnico de sonido que llevan, es un mago, resulta que incluso da el pego". El resto es historia.