"La fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar… con sudor". La popular frase de la señorita Lidya Grant en la serie "Fama" puede ser un buen reflejo de las consecuencias que para muchas estrellas emergentes en plataformas como Twitch llevan aparejadas el éxito y la popularidad. Son grandes celebridades que ganan mucho dinero, se codean con la élite y son muy influyentes. Pero también hay un reverso desconocido que puede borrar el aspecto envidiable que percibimos de sus vidas.
Kaitlyn Siragusa, la reina del 'Hot Tube' de Twitch, es una de las streamers más relevantes del panorama actual. Conocida por todos como Amouranth, la joven estadounidense suma una importante legión de fans por sus contenidos en OnlyFans o en ASMR. Algo que le ha dado la oportunidad de vivir económicamente muy bien, pero que también le ha hecho tomar precauciones en su vida personal. En un reportaje en el diario "The New York Times", la mujer ha asegurado que ha tenido que comprar armas de fuego y que ha comprado un perro guardián para protegerse de los hombres que la acosan.
Y no es pura paranoia. Hace un año, un acosador trató de incendiar su casa. Fue entonces cuando Amouranth vio que su vida corría peligro y que debía protegerse. En el reportaje, la joven también explica que ha habido seguidores que han llegado a presentarse en su casa o en lugares de ocio donde ella se encontraba.
En Twitter, ella contó una terrible experiencia con un hombre que viajó desde Europa y la vigiló durante un mes seguido. "Mi acosador viajó desde Estonia, Europa y vino a mi ciudad, se hospedó en un hotel con línea de visión a mi dirección y pasó más de un mes acampando diariamente en un Starbucks al lado de mi apartado de correos. 44 días...", explica. El hombre retransmitía en directo el acoso al que su víctima era sometida, enfocando su propiedad privada en director de más de 24 horas. La comunidad de Twitch acabó cerrando su cuenta. Amouranth denuncia también cómo una de las veces en las que tuvo que recurrir a las autoridades para protegerse, la policía tardó más de media hora en acudir, puesto que no se toman demasiado en serio las declaraciones de la streamer por su actividad profesional.
Kaitlyn Siragusa se siente aterrada por lo que le pueda pasar. "Solo me queda construir un foso con cocodrilos. Sé y supongo que es algo a lo que te acostumbras, viene con el trabajo, pero no debería ser así", ha llegado a declarar.