Miles de estudiantes se enfrentan desde esta semana a la temida selectividad. Aunque para la mayoría de estudiantes, la fecha de inicio de estos exámenes es el 6 de junio, los jóvenes de La Rioja tuvieron que enfrentarse ya a esta prueba el 1, 2 y 3 de junio. Este lunes, ha tocado el turno de Madrid, Cantabria y Murcia (6, 7 y 8) y desde este martes arrancará en Aragón, las Islas Baleares, Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y Navarra. La semana la cerrarán los jóvenes de Asturias, Canarias, Castilla y León y el País Vasco (días 8,9 y 10). Los últimos de hacer la selectividad serán los estudiantes de Andalucía, Cataluña, Ceuta y Melilla (14, 15 y 16 de junio).
Todos los estudiantes pagarían por conocer las preguntas de los diferentes exámenes a los que se enfrentan durante la selectividad. Pero, ¿quién se encarga de redactar las pruebas? Las preguntas dependen exclusivamente de cada una de las comisiones nombradas por las Universidades españolas. 24, por ejemplo, en el caso e Madrid. Cada una cuenta con ocho personas, repartidas entre los representantes de dicha universidad y de los centros públicos de Bachillerato. “Quien redacta el examen es el coordinador de universidad, que realiza varias propuestas (cuatro, generalmente) y las hace llegar en sobres cerrados a la comisión organizadora de las pruebas. Esta hace un sorteo que determina el que deberán realizar los alumnos en cada una de las convocatorias [la ordinaria y la segunda oportunidad, normalmente en septiembre]”, contaba a El País José Ignacio Extremiana, profesor de la Universidad de La Rioja y coordinador de la asignatura de Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales.
En las comisiones no pueden estar, por ejemplo, profesores cuyos hijos van a someterse ese año a la prueba de selectividad. El control, por tanto, es muy riguroso e incluso se rechaza que las reuniones se hagan por vía telemática para evitar cualquier filtración.
Cada una de las seis universidades donde se celebran los exámenes mantiene en secreto el lugar donde están almacenados y es ahí, mediante una cadena de custodia rigurosa, donde se fotocopian los cientos de miles de folios que saldrán directos a las aulas al comienzo de cada junio. Profesores voluntarios, sobre todo de institutos públicos, son quienes conforman los tribunales y los encargados de custodiar los exámenes, vigilar las pruebas durante los días de celebración y corregirlos. El proceso es anónimo y los ejercicios están codificados de tal manera que los correctores desconocen la identidad de los alumnos a los que evalúan. Por corregir dichos exámenes reciben una compensación económica que varía en función de la Comunidad Autónoma en la que viven, aunque suele ser un fijo y luego un extra por examen corregido.