Dos adolescentes se conocen en clase, se gustan, se miran, se acercan. Todo les da vergüenza, pero acaban declarándose su interés, besándose, cogiéndose la mano por debajo del pupitre en el instituto. Es una historia que hemos visto y seguiremos viendo miles de veces, pero en Heartstopper los protagonistas son dos chicos.
Nick y Charlie nos muestran su amor en los ocho episodios de la primera temporada de esta ficción, basada en la novela gráfica escrita e ilustrada por la escritora británica Alice Oseman, y que acaba de ser renovada para dos temporadas más. La serie no ha tardado en despertar debates entre la comunidad LGTBIQ+, al tratarse de un producto masivo que dulcifica y empaqueta la experiencia homosexual adolescente en un relato comercial donde todo es de ensueño.
Por supuesto, el primer amor casi nunca es como en Heartstopper, pero tampoco los romances heterosexuales son como en las comedias románticas adolescentes. Este tipo de historias siempre han funcionado de manera más aspiracional: como ocurre por ejemplo en 'Call me by your name', ver historias perfectas protagonizadas por chicos guapísimos en entornos ideales funciona como una sublimación de nuestros deseos o aspiraciones –eso si nuestros deseos y aspiraciones no están directamente cogidos de estas películas y series–.
La importancia de que exista una serie como Heartstopper no es solo una cuestión de representación. Por supuesto que es fundamental que existan relatos diversos de la experiencia fuera de la norma sexoafectiva, desde los más comprometidos a los más edulcorados. Los adolescentes maricas nos hemos buscado la vida para identificarnos con personajes a veces muy alejados de nuestra realidad –los villanos de las Supernenas, Regina George o Las chicas de oro son buenos ejemplos– y ya va siendo hora de ofrecer a las nuevas generaciones historias explícitas sobre la experiencia gay.
Heartsropper funciona en ese sentido como un equivalente a los relatos normativos hasta ahora prácticamente inédito. Existen algunas películas con adolescentes gays en el centro, como I love Simon o Everybody's Talking About Jamie, pero Hearstopper es un paso más allá: toda una superproducción en la plataforma más extendida del planeta, en la que se dedican ocho episodios de media hora a describir un primer amor entre dos muchachos.
Más allá de la impronta que deje o no en la historia del audiovisual, Heartstopper opera a un nivel más significativo. Uno de los pesares que siempre hemos tenidos la comunidad LGTBIQ+ es la ausencia de referencias en la cultura popular que nos mostrar a qué podía parecerse nuestro presente y nuestro futuro. La diversidad en cine, serie, videuojuegos, música o literatura es fundamental, especialmente para los niños y adolescentes no cisheterosexuales, porque atraviesan periodos de la vida muy delicados donde tener acceso a este tipo de relatos puede marcar la diferencia.
Durante décadas, la presencia de hombres homosexuales en el cine y las series ha estado centrada en el drama y la tragedia: amores prohibidos, agresiones y asesinatos, soledad, problemas de salud mental… Si uno observa las cintas más aclamadas con trama gay (Philadelphia, Brokeback Mountain, La ley del deseo, Cruising…), los personajes casi siempre sufren y hacen sufrir. Los finales felices y las historias livianas han tardado en aparecer, quizás en paralelo a la aceptación de la diversidad en el mundo real.
Bien entrado en el siglo XXI, sigue siendo importante construir una memoria colectiva LGTBIQ+ que nos recuerde de dónde venimos, lo difícil que ha sido el camino hasta aquí. Pero también es fundamental ofrecer los muchos aspectos positivos de pertenecer a un colectivo que ha logrado conquistar sus derechos y ser visible a pesar de todas las dificultades. Los niños y adolescentes LGTBIQ+ hoy pueden disfrutar con historias hechas a su medida como Heartstopper, y aprender después su historia a través de relatos e historias con mayor conciencia social.
Al contrario que los protagonistas de la serie de Netflix, los adolescentes maricas muchas veces nos hemos perdido las pasiones de la pubertad debido al miedo, al rechazo y al autoodio. Ver en una ficción para toda la familia cómo puede ser ese primer amor adolescente seguro que provoca un trasvase a la vida real, y a partir de ahora habrá menos miedo a vivirlo. Si eso se consigue, el éxito de Hearstopper será mucho más grande que todos los premios y reconocimientos que pueda obtener.