Retrato, tu yo más persuasivo, sonrisas (enlatadas), filtros, mutaciones faciales que aspiran a la belleza total, amaneceres, motivaciones aspiracionales, autoayuda disfrazada de filosofía positiva, todo eso es Instagram para muchísimas personas. Tiene millones de acólitos entregados, pero también detractores, y no son pocos.
Según ha revelado Wall Street Journal en un extenso reportaje, su impacto en nuestra salud mental podría ser el reverso tenebroso de todas esas vidas fotografiadas en el momento perfecto (¿sabes detectar en qué punto está tu autoestima?). Añadamos a esta secuencia otro dato fruto de las más frías estadísticas. Durante la pandemia, el suicidio ha ido ganando espacio en la precaria salud mental de la población y se ha convertido la primera causa de muerte entre esos jóvenes que, en paralelo, aumentaron brutalmente su consumo de contenido en redes sociales y plataformas como Facebook, Instragam o TikTok.
Para muchos jóvenes, la red social de las puestas de sol y los retratos hieráticos en plano medio es la llave de la puerta que va hacia un lugar de oscuridad mental, merma de la autoestima y comparación constante (así puedes intentar solucionarlo.
Así lo ha demostrado recientemente un informe interno que circulaba por Facebook en 2020, la empresa propietaria. Lo ha dado a conocer el medio Wall Street Journal, en un extenso reportaje que pone en la mira lo que, hasta hace poco, los responsables de estas empresas negaban.
“Un 32% de chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram las hace sentir peor", afirmaba el documento, al que han llamado con un nombre en clave más propio de algún archivo desclasficados de la CIA. “Los archivos de Facebook”.
La conclusión es demoledora: redes sociales como Instagram precarizan la salud mental de los jóvenes, en la medida en que aumenta la ansiedad, la comparación y se proponen ideologías, modelos de belleza y realidades completamente distorsionadas. Un espejo (maldito) en el que nos miramos, y donde muchos quieren quedarse a vivir, cueste lo que cueste. ¿Hablamos de un espejismo? ¿Una disonancia cognitiva de alcance masivo? ¿Es un lugar seguro o un espacio que esconde consecuencias tóxicas para nuestra autoimagen?
El informe interno de Facebook contradice la versión oficial que la empresa había mantenido durante mucho tiempo respecto a este problema, y enseña las vergüenzas de la empresa: el trabajo de campo que los investigadores de Facebook llevaban realizando durante más de tres años entre sus usuarios. Una de las diapositivas revelada por Wall Street Journal era terminante en su conclusión: "Empeoramos los problemas de imagen corporal de una de cada tres adolescentes". Facebook lo sabía.
Dicho informe cifraba además los porcentajes de adolescentes ‘tocados’ por el impacto de la red social. Un 13% de usuarios británicos y un 6% de estadounidenses afirmaron tener pensamientos suicidas gracias a esta red social.
De hecho, la respuesta de Mark Zuckerberg a la llamada de advertencia, meses antes de destaparse el informe interno, fue negar la mayor. “El uso de aplicaciones sociales para conectarse con otras personas puede tener beneficios para la salud mental". Su posición parece más propia de un ciborg leyendo un memorándum; una versión oficial en la línea del argumentario de cualquier empresa o partido político celoso de compartir sus propias verdades.
El informe destapado por Wall Street Journal desdice y corrige con luz y taquígrafos las palabras del CEO de Facebook y de alguno de sus responsables, que no han tardado en salir a matizar su posición con un comunicado apresurado en el que apoyan las conclusiones de la investigación, y con el que se comprometen a tomar medidas, signifique esto lo que signifique.
"En Instagram, sopesamos los beneficios y los riesgos de lo que hacemos. Queremos que nuestra aplicación pueda dar voz a aquellos que han sido marginados, que sea capaz de ayudar a amigos y familiares a mantenerse conectados desde todos los rincones del mundo, que sea (la aplicación) una impulsora cambio social.
Añadían, como colofón escondido, su posición al final, más comprometida que la que habían mantenido hasta la fecha. “También sabemos que puede ser un lugar en el que las personas tengan experiencias negativas".
Seguidamente, los responsables de la aplicación se comprometen a seguir buscando soluciones para atajar esos ‘malos sentimientos y experiencias negativas’ de sus usuarios. ¿Será por este motivo que Instagram ha introducido la posibilidad de ocultar los likes de nuestras publicaciones? Todo apunta a que sí.