No llevamos ni un mes de 2022 y ya se ha producido el que probablemente sea el gran bombazo del año en lo que a videojuegos se refiere: Microsoft ha comprado Activision Blizzard. Menos de dos años después de la compra de Bethesda, el estudio detrás de esa joyita que es el Dishonored y de las enormes sagas de Fallout y The Elder Scrolls que Microsoft adquirió en septiembre de 2020, la compañía fundada por Bill Gates y Paul Allen y dirigida por Satya Nadella se está preparando para adquirir Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares (unos 60.389 millones de euros).

El acuerdo, que aún debe cerrarse y aprobarse por los organismos pertinentes, convertirá a la multinacional en la tercera mayor empresa del sector de los videojuegos por ingresos, solo por detrás de detrás de Tencent y Sony, y la hará propietaria de franquicias tan importantes como "Diablo", "Call of Duty", "Warcraft", "Overwatch" o "Candy Crush".

Según un reciente estudio elaborado por la agencia analista Newzoo, la industria habría generado solo en 2021 un total aproximado de 180.300 millones de dólares (en torno a 159.000 millones de euros), un 1,4% más que en el ejercicio anterior, y las previsiones indican que en 2024 podría llegar a generar más de 6000 millones de dólares, una cifra de infarto de la que Microsoft busca sacar una buena tajada.

“Los videojuegos son la categoría de entretenimiento más dinámica y emocionante en todas las plataformas en la actualidad y jugarán un papel clave en el desarrollo de plataformas de metaverso”, declaró Satya Nadella, presidente y director ejecutivo de Microsoft, en el comunicado oficial de la compañía.

En palabras de Nadella, la compañía busca marcar una nueva era en la industria en la que primarán los jugadores y los juegos serán accesibles para todos. “Realizamos inversiones de manera profunda en contenido de clase mundial, comunidad y la nube para marcar el comienzo de una nueva era de videojuegos que pone a los jugadores y creadores primero y hace que los juegos sean seguros, inclusivos y accesibles para todos”, señaló en el comunicado oficial.

Con esta operación, casi 10.000 empleados repartidos por todo el mundo pasarán a engrosar las filas de Microsoft, que se hará con un catálogo impresionante en el que se incluyen algunos de los títulos más reputados de la industria y que servirá para reforzar la cartera de Game Pass, el servicio en línea de la compañía para jugar en ordenador y X-Box.

El servicio, que ya acumula más de 25 millones de suscriptores y más de 100 títulos a los que los usuarios pueden acceder pagando una cuota mensual de 9,99 euros, se convertirá así en una de las alineaciones de contenido de juegos más diversas de la industria.

Las posibilidades del título, además, serán amplísimas, ya que al cierre de la operación Microsoft dispondrá de 30 estudios internos de desarrollo de juegos, junto con capacidades adicionales de publicación y producción de eSports. No obstante, aún queda la duda de si los títulos de Blizzard serán ahora completamente exclusivos para ordenador y X-Box.

La noticia ha provocado un auténtico terremoto en las redes sociales, donde la gran mayoría de los aficionados al sector han expresado sus opiniones y vertido todo tipo de memes sobre la compra, bromeando, en algunos casos, sobre la situación en la que se encontraría Sony tras la adquisición o mostrando, en otros, su preocupación por la posibilidad de que Microsoft pueda encaminarse hacia un monopolio en el sector.

Algunos de los comentarios más repetidos, sin embargo, estuvieron relacionados con la continuidad de Bobby Kotick a los mandos de Blizzard, el director ejecutivo de la compañía y uno de los personajes más polémicos del sector desde que salieron a la luz los múltiples casos de acoso sexual, violaciones y abuso de poder que se han estado sucediendo en la compañía.

El pasado mes de junio, tras dos años de investigación, el Estado de California demandó a la multinacional por casos de acoso y discriminación laboral hacia sus empleadas, un 20% de la plantilla. Dos meses después, en septiembre, la compañía volvió a ser denunciada por The Campaign to Organize Digital Employees, una organización que vela por los derechos de los trabajadores y que les acusó de presuntas violaciones. Y dos meses después, en noviembre, The Wall Street Journal publicó una investigación en la que se destapaba que Kotick habría silenciado todos estos casos de abuso sexual.

Tras el anuncio de la compra de Blizzard, muchos aficionados se plantearon la posibilidad de que Kotick no mantuviese su puesto como CEO de la compañía. De momento, y a pesar de todas las acusaciones que pesan sobre él, Kotick seguirá desempeñando su cargo, al menos hasta 2023.

En el comunicado oficial emitido por Microsoft, se establece que Kotick “continuará como director ejecutivo de Activision Blizzard, y él y su equipo mantendrán su enfoque en impulsar los esfuerzos para fortalecer aún más la cultura de la empresa y acelerar el crecimiento comercial”. No obstante, también se recoge que, una vez se haya cerrado el trato, “el negocio de Activision Blizzard reportará a Phil Spencer, director ejecutivo de Microsoft Gaming”.

Las líneas, confusas, parecían dejar el futuro de Kotick en el aire. Ahora, sin embargo, un artículo publicado por The Wall Street Journal apunta a que el CEO tiene los días contados, ya que abandonará tanto su puesto como la compañía en 2023, una vez se haya hecho efectiva la adquisición.

El acuerdo, según las fuentes consultadas por el medio, estaría cerrado entre ambas partes. Anteriormente, Phil Spencer ya había mostrado su preocupación por los sucesos que se habían sucedido en Blizzard. De acuerdo a un artículo publicado por Bloomberg el pasado mes de noviembre, el director ejecutivo de Microsoft Gaming había enviado un correo al personal de la compañía declarando que se sentía “perturbado y profundamente preocupado por los horribles acontecimientos y acciones” que estaban ocurriendo en Activision Blizzard. Además, también había comunicado que en X-Box se estaban “evaluando todos los aspectos de nuestra relación con Activision Blizzard y haciendo ajustes proactivos en curso”.