Todo lo que hace Billie Eilish es noticia. Desde sus fotos paseando en chándal hasta su último parte médico, la intérprete apenas puede moverse sin acabar en la portada de una revista del corazón. El suyo es un fenómeno absolutamente espacial; desde que lanzase su primer EP, ‘Don’t Smile At Me’, en 2017, su nombre no ha dejado de darse a conocer.
Con su disco debut, lanzado el año pasado, la artista consiguió los cinco premios Grammy más importantes y una multitud de seguidores dispuestos a impulsarla hasta lo más alto. Ahora, Billie Eilish ha dejado KO a sus fans con el video que acompaña a su última canción, ‘Therefore I am’, un tema bailable y muy sugerente en el que la cantante se recrea bailando en un centro comercial totalmente vacío. En el clip, grabado en lo que parece un único plano secuencia, la cantante aparece corriendo por los pasillos desiertos de un centro de compras, mientras le persigue una cámara que persigue sus movimientos como si fuese una especie de paparazzi. Junto a este corto, la artista ha compartido el making off, que se grabó a las cuatro de la madrugada en un espacio absolutamente vacío.
En el post que ha compartido la artista, en el que aparecen 7 publicaciones diferentes, destaca una en la que trata, como en el reto viral de TikTok, de no bailar mientras suena una canción con mucho ritmo. Al final, la estadounidense no puede aguantar las ganas de moverse y termina coreografiando el tema, con movimientos muy distintos a los exorcismos a los que nos tiene acostumbrados. De hecho, todos los comentarios se centran en su twerking, tan alejado de sus característicos saltos y que, sin embargo, se le da muy bien.
En el vídeo, Eilish mueve el cuerpo con muchísima gracia y, sin embargo, no deja de resultar sorprendente que lleve a cabo movimientos tan sexuales. De hecho, muchos de sus fans han querido mostrar su apoyo a la cantante, que tiende a rehuir sistemáticamente cualquier trabajo que implique primeros planos de su cuerpo o prendas de ropa ajustadas. “Qué bien, Billie”, “por qué se te da tan bien” o “te quiero muchísimo” son algunos de los comentarios que sus seguidores han dejado en el post de Instagram.
Los comentarios que le han dejado a la cantante contrastan con los que recibió otra de las intérpretes con un twerk viral, Miley Cyrus, que abrió muchísimos telediarios con su actuación junto a Robin Thicke en los MTV Awards de 2013. La imagen de la antigua chica Disney, con el pelo muy cortito, un body blanco y un guante de poliespán en la mano, se nos ha quedado grabada en la retina y durará muchísimos años. Por su parte, ella recibió muchos insultos machistas a raíz de su actuación.
El paso de estrella infantil a adulta no fue tan sencillo para Cyrus como para otras celebridades masculinas de la empresa, como los Jonas Brothers. Para abandonar definitivamente a Hannah Montana, la actriz potenció una imagen muy sexual en vídeos, entrevistas y actuaciones, cuyo punto álgido fue la actuación en los premios de MTV. Las consecuencias de esta actuación, tanto en lo personal como en lo profesional, fueron muy graves: Vogue canceló la portada que tenían programada y su relación con Liam Hemsworth terminó por romperse. Volvieron a unirse tres años después.
Pero, ¿de dónde viene exactamente este baile? El primer registro data de principios de los 90, en las calles de Nueva Orleans. Allí nace un subgénero local del hip hop, el bounce, que tiene el twerk como uno de sus pasos estrella. Esta palabra, que mezcla las palabras ‘work, twist y jerk, según explican en Diario 16, invita a quien quiera entregarse a él a agacharse, sacar culo y agitar las caderas en una línea vertical, haciendo rebotar las nalgas.
Aunque el baile le debe gran parte de su fama a Miley Cyrus, tiene su origen en “las danzas africanas, como en el ‘baikoko mapouka’, y existen en todo el mundo difuminadas por la diáspora africana: Asia, Sudamérica o Centroamérica”, añaden en Pikara Magazine. En otras culturas, estas danzas no sufren el sesgo de género; es en Europa y Estados Unidos donde, tomando el culo como una parte especialmente sexualizada del cuerpo, ha adquirido ese “tinte femenino”.
Con un origen ancestral y una trayectoria envidiable, parece un poco triste reducir el ‘booty dance’ a un mero ‘mover el culo’. Este baile se ha ganado por derecho propio un espacio de reconocimiento, y parece que, poco a poco, va conquistándolo.