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Algodón, orejitas y ojos grandes: en qué consiste la ursusagalamatofilia, una parafilia poco conocida

  • La ursusagalamatofilia es la excitación sexual ante la visión de un peluche o un traje animal.

Pongámonos en situación: conoces a una persona que te gusta, tenéis una cita, le pides una PCR negativa y, solo entonces, accedes a ir a su casa. Ambos estáis nerviosos y deseando llegar, tanto por lo que pasará ahí dentro como por el toque de queda; andáis rápido y, cuando por fin llegas a su habitación, ¡sorpresa! Su cama está llena de peluches de todo tipo. Osos, jirafas y hasta un pequeño perrito idéntico al que le regalaste a tu prima cuando nació su primer hijo, mirándote con sus ojos gigantes.

En ese contexto, hay a quien no le apetecerá ni quitarse los calcetines, pero para otras personas puede resultar de lo más excitante. La ursusagalamatofilia no es otra cosa que la excitación sexual ante la visión o el contacto con los juguetes de peluche o las personas disfrazadas con traje de animal. En Yasss te contamos más sobre este tema.

¿Qué es una filia?

Dicen los expertos que, en mayor o menor medida, todos tenemos una filia; el problema es que, o bien no la hemos descubierto todavía, o no somos capaces de reconocerlo en alto. Algunas son muy comunes y están más o menos aceptadas, como la olfatofilia (excitación al oler ciertas partes del cuerpo de otra persona) o la fonofilia (excitación al escuchar palabras obscenas durante el acto sexual). Pero, por norma general, la mayoría siguen estando bastante estigmatizadas.

En el caso de la ursusagalamatofilia, no es de las más conocidas (ni de las más fáciles de pronunciar) y, salvo que un diagnóstico clínico diga lo contrario, se trata de una práctica sexual totalmente inofensiva, que no tiene nada que ver con la zoofilia (excitación al mantener u observar relaciones con animales). De hecho, suele hablarse de ella en casos mediáticos o escandalosos, como ocurrió hace unos años en Cincinnati (Estados Unidos), cuando detuvieron a un joven de 28 años después de pillarle cuatro veces manteniendo relaciones sexuales con un osito de peluche.

Esta parafilia consiste en la fantasía erótica y la excitación al ver a personas caracterizadas o disfrazadas de animales, o ante el contacto con muñecos de peluche. En ese sentido, hablamos de un espectro de intereses bastante amplio: hay quien disfruta con la masturbación con peluches y quien prefiere mantener relaciones con personas enfundadas en un mono atigrado. En muchas ocasiones, las personas con esta parafilia coleccionan juguetes de peluche, y pueden llegar a acumularlos por decenas, de todas las formas, tamaños y colores posibles.

A cada persona ursusagalamatofílica le puede interesar una u otra cosa de los peluches y trajes con formas animales. Algunos artículos hablan de las texturas, que suelen resultar agradables al tacto (muchos están hechos de algodón, por ejemplo, u otros materiales bastante suaves), y otros de la dulzura que suelen desprender estos objetos. La relación entre la inocencia de los peluches y el morbo sexual está ahí, y hay a quien le puede resultar de lo más atractivo.

Otras parafilias interesantes

Esta no es la única parafilia, ni mucho menos. Los tacones, la ropa interior o el látex son algunas de las más fáciles de reconocer, aunque hay otras que, por estar relacionadas con situaciones fuera de los común o habitualmente estigmatizadas, no se suelen explicitar en alto. Algunas de ellas son:

  • Coprofilia: hablando claro, heces. Hay a quien le excita sexualmente la textura, el olor o incluso el sabor de las heces de otra persona, o quien disfruta viendo a otro defecar. Esta parafilia tiene un riesgo: si se consumen las heces, se pueden contraer algunas enfermedades infecciosas.
  • Emetofilia: ducha romana. No entraremos en detalles por si producimos un efecto contrario a la excitación, pero hay quien disfruta viendo, escuchando o provocando el vómito en otras personas. Cuidado con esta práctica, que puede provocar deshidratación o lesiones en el tubo digestivo.
  • Dacrifilia: bien de lágrimas, que es lo que pone. Hay a quien ver, escuchar o provocar el llanto de otro le excita una barbaridad. En la película ‘Kiki, el amor se hace’ (Paco León, 2016), lo puedes identificar en una de las protagonistas, el personaje interpretado por Candela Peña.
  • Hierofilia: los objetos sagrados pueden ser fuente de excitación. Y si no, que se lo pregunten a los hierofílicos, que encontrarán en Biblias, el Corán o un crucifijo una fuente inagotable de excitación sexual.