El sexo oral es algo más que juguetear con los genitales de la persona protagonista y, desde luego, es mucho más que lamer y aspirar sin ton ni son. El gran tema aquí es que el sexo oral (de cuya importancia nadie va a dudar a estas alturas) también es cuestión de gustos, y el cómo hacerlo no siempre coincide con la forma en la que que te gusta que lo hagan.

Con esta excusa, el portal británico de salud sexual Superdrug’s Online Doctor lanzó una encuesta online sobre los gustos de sus usuarios en materia de felaciones (ni una pregunta sobre el cunnilingus, no sea que). El resultado, que han llamado el ‘Currículum de las mamadas’, pone en contexto las respuestas de 1.100 hombres y mujeres europeos y estadounidenses. Entre las conclusiones destacaba la opción del 30% de los encuestados, que aseguraban que, si tuviesen que escoger entre el sexo oral o la penetración para el resto de su vida, optarían por la primera. Sin embargo, no ocurría lo mismo con las mujeres; tan solo el 11% le daba una “importancia extrema” en su vida sexual.

Tampoco hay consenso en lo que se refiere a la duración de las felaciones (porque, repetimos, a ninguna persona en esta encuesta se le ocurrió preguntar por otra cosa que no fuese un pene): para las estadounidenses, el sexo oral debería durar unos 11 minutos, mientras que las mujeres europeas opinaban que con 9 minutos y 14 segundos era más que suficiente. En ambos casos, los hombres opinaban que debía durar un minuto menos de lo que ellas pensaban.

Entonces, ¿dónde está la clave para la ‘felación perfecta’, como promete el documento? Pues nada más y nada menos que en la comunicación. “Como pasa en la mayoría de los aspectos de una relación, la comunicación de calidad puede tener mucho que ver con la satisfacción sexual, independientemente de la posición”, explican desde el portal. Ahí tenemos una de las claves para que todos los involucrados disfruten de la práctica; en Yasss te traemos otras que también pueden ser de ayuda.

Haz que la otra persona desee el momento. Juega con la posibilidad: acércate, desvíate, vuelve a aproximarse… aumenta la tensión hasta que ya no podáis más. Empieza entonces poco a poco, pausadamente; ya tendréis tiempo para acelerar después. Coordina la boca con las manos, y ten a punto otras zonas erógenas, para aumentar la excitación.

Combina las manos y la boca, cuidando tus movimientos. No dudes en usar lubricantes para que todo fluya (y sepa) mucho mejor, y recuerda que, aunque tú tienes el control de la situación, la otra persona también tiene qué decir. Invita a tu pareja a que marque el ritmo, por ejemplo.

Lo dicen los resultados de la encuesta: la clave del buen sexo (o, al menos, del satisfactorio) está en la comunicación. La persona al volante quiere saber si está tomando la dirección que corresponde, así que házselo saber. Además, está comprobado que la excitación del otro nos provoca más deseo (es una de las razones, apuntan los estudios, por las que tantas mujeres fingen los orgasmos), así que no dudes en expresar tu entusiasmo.

Al final, el sexo es un acto de imaginación… y todo estímulo tiene recompensa. Busca la mirada de la otra persona y verás cómo, con un gesto pequeñísimo, sube la temperatura de toda la habitación.

Busca una posición cómoda y un espacio adecuado. Piensa que podéis tardar en alcanzar lo que estáis buscando, así que no dudes en dedicarle tiempo antes, para no tener que hacerlo mientras tanto. Cuidado con el pelo: recógelo para que no se meta en la boca y cambia de posición si puedes, para evitar las contracturas junto antes del clímax.

Una ducha previa no mata a nadie. Mantener una buena higiene personal siempre se agradece, tanto por el que lo da como el que lo recibe. Eso aplica también para las bocas: nada de comer queso roquefort antes de bajar. Salvo que sea lo vuestro, claro.

Hay quien toma infusiones de menta antes de practicar sexo oral y, aunque lo de mantener un chicle en la cavidad bucal mientras manipulas los genitales de otro no está muy recomendado, siempre puedes optar por juguetes y productos específicos para el sexo oral. En las sexshops puedes encontrar unos caramelos que estimulan e intensifican las sensaciones de todo lo que toca tu boca, entre otras joyas.

El ‘currículum de las mamadas’ también pone de manifiesto otro gran problema: poca gente avisa cuando está a punto de llegar a meta. Y, aunque no lo parezca, esto puede ser un problema. Hay gente que no disfruta tragándose el semen o esparciéndoselo por toda la cara y, ante la duda, conviene asegurarse de que la otra persona lo sepa, para que tome la decisión que más le divierta.

Además, en el caso de la gente con vagina, en quienes la eyaculación no es tan habitual, resulta más complicado distinguir si la persona ha llegado a su destino o no. Para evitar lamidos y manipulaciones innecesarias, que es muy cansado, avisa de que has conseguido (o estás a punto de conseguir) lo que buscabais. Y a otra cosa, mariposa.