Esta cuarentena por la pandemia del coronavirus no está resultando fácil para nadie, independientemente de con quién estés aislado. ¿Eres uno de los cinco millones de personas encerradas en su casa, solas? ¿Estás pasando la cuarentena con tus compañeros de piso, a los que no aguantabas desde septiembre, o estás en casa de tus padres? O, por el contrario, ¿eres de los que está poniendo a prueba su relación con la convivencia en pareja?
En el caso de que estés en el último grupo, nos debatimos entre darte el pésame o la más sincera enhorabuena. No todas las parejas lo están llevando igual de bien, e incluso si estáis entendiéndoos, es normal que el afecto se reduzca por el estrés, la convivencia constante o los ácaros de polvo (¡ni que necesitásemos muchas excusas para discutir!). El caso es que, viviendo en pareja, hay maneras mucho más sanas de generar endorfinas y liberar estrés que chillaros por quién tiene que poner la mesa o tender la colada. En Yasss hemos estado buceando en el Kamasutra, para descubrir cuáles son las posturas sexuales más innovadoras y que estéis entretenidos probándolas. ¿Qué puede pasar por intentarlo?
Todos sabemos qué es el Kamasutra y, a la vez, no tenemos ni idea de qué es exactamente. Este texto hindú (cuya etimología atiende a ‘kama’, placer sexual, y ‘sutra’, hilo) está escrito entre los siglos I y VI d.C. Se reconoce como autor a Vatsiaiana, un religioso y escritor que, se cree, pasó su infancia en un prostíbulo donde aprendió todo sobre seducción y sexualidad, temas que luego volcó en su famosa obra.
El Kamasutra sigue generando muchísimo interés en casi todos los países, aunque, como no puede ser de otra forma por el momento en que se escribió, es un texto profundamente machista y heteronormativo. En su interior, leeremos treinta y seis capítulos en los que se nos informará sobre el sexo y el acto sexual, sobre la elección de una esposa y cómo debe comportarse esta, sobre las esposas de otros y la seducción o sobre las cortesanas, entre otros temas.
En definitiva, se trata de una especie de tratado (la obra se puede leer como un texto que enseña a utilizar el sexo para imponerse sobre otro) que no se legalizó en Estados Unidos en 1962, tras lo cual se comercializó y tradujo en muchos más países. Hace treinta años se empezaron a compartir los capítulos relacionados con el sexo y las posturas sexuales, que es la razón de que hoy exista esa creencia general de que el Kamasutra es una especie de libro ilustrado con indicaciones sobre las posiciones sexuales.
La verdad es que la mayoría de las posturas que vemos en Internet no pertenecen al Kamasutra, aunque muchas lo aseguren. En el texto de Vatsiaiana se establecen 12 formas de actuar en el sexo y 8 posiciones principales, y la combinación de todas ellas permite hasta 64 posturas diferentes. Muchas de ellas ya las conocemos o las hemos probado, así que hemos seleccionado otras que te pueden ayudar a alcanzar el orgasmo (o a echarte unas risas con tu pareja) y que quizás no se te hayan ocurrido. Allá van:
La primera propuesta es la posición del mono, una postura tan original como complicada (un poco de acroyoga, que te encanta). La idea es que la persona que va a penetrar se tumbe en el suelo, boca arriba y con las rodillas altas, hacia el pecho. La otra persona se sienta encima, de espaldas, y usa sus pies como respaldo. Para mayor estabilidad, sujetaos de las muñecas, y desde ahí comenzar la penetración. Hay otra versión de esta en la que, en lugar de apoyaros el uno en el otro, la persona que va a ser penetrada apoya, boca arriba, la cabeza y los hombros contra el suelo y la cadera sobre otra superficie, como un sofá, una cama o un sillón. No queda una postura muy sexy, pero abre la cadera para una penetración más sencilla.
Y hablando de artes marciales mixtas, ojito a la postura del equilibrista. Esta postura propone que la persona que va a penetrar se tumbe sobre su espalda con las piernas abiertas y dobladas, y con ellas sujete a la persona que va a penetrar. Quien está debajo es quien decide la velocidad del movimiento, mientras la otra persona mantiene el equilibrio y (si puede) acaricia a su pareja desde ahí.
Si no te interesan ninguna de estas opciones, recurre a lo que os ha funcionado siempre, pero dedicándoos más tiempo, ahora que podéis: sexo oral, masturbación y, en general, un sexo más lento y cuidado, que no pide llegar al orgasmo en tres minutos para poder volver a vuestras cosas.