Divinos cunnilingus y felaciones en la intimidad (tienen hasta un día internacional para celebrarlos, que tanto placer han proporcionado a la humanidad desde que la intimidad se juega en un dormitorio a oscuras. Hay tantas recomendaciones higiénicas y prevenciones para mantener un sexo oral seguro como leyendas, bulos, mitos y preguntas que aletean en las cabezas de aquellos y aquellas a los que les gusta explorar con la lengua las cavidades y las protuberancias su ser humano favorito, pareja o crush.
Por ejemplo, ¿qué dicen los expertos sobre lavarse los dientes antes de practicar sexo oral? ¿Es recomendable? ¿No deberías hacerlo ni aún convencid_ de las bondades de tu cepillo eléctrico?
Respondemos a esa pregunta y damos algunas recomendaciones de higiene básicas cuando vayas a practicarlo.
Por ir lo más directos al grano posible, la mayoría de médicos y dentistas recomiendan encarecidamente no lavarse los dientes antes de practicarle sexo oral a tu pareja. En principio, parece una idea lógica presentarnos frescos y limpios al examen de lengua, ése que queremos pasar con nota, pero, según afirman diversas fuertes, en realidad puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Cuando ejercemos presión con el cepillo y el hilo dental en los dientes y los espacios interdentales, podemos provocar sangrados o cortes. Suelen aparecer microabrasiones que no se aprecian a simple vista. Todo depende de la intensidad con la que nos lavemos los dientes.
Las ITS se transmiten mucho más fácilmente si existen cortes previos en la boca y restos de sangre en las encías. La mucosa de la cavidad bucal es muy sensible, y esa microabrasión que nos hemos causado con el cepillado podría durar hasta un día entero. Si practicamos sexo oral muy poco después de habernos lavado los dientes, cualquier ITS, tanto las virales como las bacterianas, podría penetrar en nuestro torrente sanguíneo con facilidad. Hay que esperar, como mínimo, 30 minutos antes de pasar a la ‘oralidad’.
Por otra parte, algunos dentistas recomiendan hacernos un chequeo dental antes de practicar sexo oral, para comprobar que no existen heridas o infecciones en la boca. Esto es una medida teórica que tiene poco acomodo en la práctica y solo podría proporcionarnos diálogos bochornosos con nuestra pareja. “Disculpa, antes de descender ahí, tengo una cita con el dentista. Quiero practicar el cunnilingus contigo con un chequeo completo, como el que le hacen los caballos de carreras”.