Aunque hay quienes se empeñan en considerarles bisexuales, la escala de Kinsey deja claro que hay personas heterosexuales que se pueden sentir atraídas por alguien de su mismo sexo y tener contactos ocasionales sin considerarse gays ni bisexuales. Tú, que eres todo un pionero en tu grupo de amigos, ya has tenido relaciones con algún heteroflexible que otro y estas son las cosas que te han pasado durante tu apasionante experiencia.
Tus amigos no te creen a ti ni a él
“¿Heteroquéee?”, te dicen tus amigos cuando se lo cuentas. Ellos, que son más modernos que Alaska y Mario, te sorprenden cuando te dicen que no se creen que haya hombres que no se consideran gays ni bisexuales pero que tienen relaciones homosexuales esporádicas. Primero tus amigos ponen en duda tu testimonio y creen que te estás echando un farol al decir que te has acostado con un hetero. Seguidamente, ponen en foco en él: “Está mintiendo, ¡no es heterosexual, lo que pasa es que no quiere salir del armario!”. No se te ocurre otra cosa que cantarles el estribillo del ‘Abre tu mente’ de Merche mientras les explicas la escala de Kinsey. De esta forma les demuestras que entre heterosexual, bisexual y gay existen matices. Cuando les queda claro que se puede ser heterosexual y tener contactos homosexuales esporádicos
Te conviertes en el centro de atención y tienes que convocar una reunión
Crees que en cualquier momento va a aparecer Samanta Villar para hacerte un especial. Te sientes el centro de atención. Todos te preguntan, todos quieren saber cómo ha sido tu encuentro con ese chico heterocurioso que conociste en Grindr y con el que por fin has quedado. Primero te haces el interesante, niegas con la cabeza y con las manos, pero pasados 3 segundos organizas una quedada que podría ser una reunión de tuppersex pero sin objetos de sex shop. Cuando quedáis te sientas en el medio del salón y, con tu café en la mano y moviendo la cucharilla para disolver el azúcar, les explicas cómo es eso de montárselo con un hetero. Sus caras de admiración harían pensar que están viendo a la mismísima Beyoncé a cualquier otro de sus ídolos, pero no, te están viendo a ti.
Le guías en el sexo y le explicas conceptos del mundo gay
En el caso de que fuese la primera experiencia homosexual de tu chico heteroflexible, puede que hayas tenido que indicarle ciertas cosas mientras estabais teniendo sexo. En lo que se refiere a terminología, también. Términos como activo, pasivo y versátil adquirieron un nuevo sentido para él gracias a tus explicaciones. Qué es ser un oso dentro del mundo gay o qué significa cada una de las iniciales de LGTBQ son algunas otras cosas que aprovechas para explicarle porque su heterocuriosidad va más allá de lo sexual y eso está genial.
Le haces una entrevista después de enrollaros
Las ganas de saber corren por tus venas. No sabemos si eres más parecido a Mercedes Milá, a la rana Gustavo o si lo tuyo es más como una escena de 'Mi casa es la tuya' y de repente eres una especie de Bertín Osborne con sofá, vinito, picoteo y preguntas a tu invitado (en este caso tu rollete). Total, que sin saber cómo, de repente te conviertes en periodista y, después de vuestro encuentro sexual, empiezas a interrogar al maromo heterocurioso que tienes delante como si tuvieses enfrente a ET. “¿Te ha gustado?, ¿cuántas experiencias homosexuales has tenido?, ¿tu novia lo sabe?, ¿y tus amigos?”… son algunas de las preguntas de la improvisada entrevista que le haces a tu rollete hasta que te dice que se ha acordado que tenía que hacer algo y sale por patas.
Le hablas de divas del pop y se queda dormido
Las divas gays no le interesan. Empiezas a hablarle de Lady Gaga, pruebas con Madonna, sigues con Rihanna y acabas intentándolo con Ariana Grande. Da igual, ninguna llama su atención, no conoce sus últimos singles, no tiene ni idea de su gira de conciertos y ni siquiera ha visto ese videoclip del que le hablas. Cuando te dice cuánto le ponen te das cuenta de la poca conexión que tenéis. Lo sigues intentando y pruebas con Eurovisión, pero sus ronquidos al quedarse frito sopa sobre tu almohada enseguida te hacen darte cuenta de que el tema le interesa tanto como a ti La Liga de fútbol, es decir, nada. Ahora sí que lo tienes claro, vuestra relación no tendría futuro porque, aparte de todo esto, a ver con quién ibas a comentar tú el programa de RuPaul.
Despierta dentro de ti un interés por las relaciones heterosexuales
De repente, sin saber por qué, te entra un gran interés por las relaciones heterosexuales. Ya habías preguntado a tus amigas un montón de cosas de sus novios, pero ahora tienes contigo a la otra parte y, por supuesto, tú que eres todo saber y conocimiento no piensas dejar pasar la oportunidad de conocer cómo es un chico hetero en sus relaciones con las chicas. Ahora tu información irá mucho más allá de los comentarios que escuchas en los vestuarios del gimnasio cuando ese grupo de cachas se pone a hablar a gritos de taquilla a taquilla de sus experiencias sexuales del fin de semana.
Se tiene que ir corriendo porque ha quedado con su novia
De repente, en mitad de la conversación postcoital, tu rollito heteroflexible empieza a vestirse a gran velocidad tras mirarse el reloj. No es solo que esté harto de tu cuestionario digno de estudio sociológico, sino que además acaba de darse cuenta de que había quedado con su novia. “¿Con una chica?”, te preguntas tú como si todo lo que habéis hablado sobre su condición sexual te hubiese entrado por un oído y te hubiese salido por el otro.
Te pillas de él pero no quiere volver a quedar
Tú que eres todo amor y que te quedas prendado hasta del cajero automático cuando con su voz robótica te da las gracias, te enamoras hasta las trancas de ese chico hetero con el que has tenido un solo encuentro. No es solo que hayas logrado cumplir una fantasía, sino que su personalidad, su cuerpo, sus bíceps y todo su ser ha hecho que te quedes pillado de él. Y no te importa tener que aprenderte toda la plantilla de jugadores del Real Madrid o del Barça… por él lo harías. Sin embargo, ya te ha dado largas varias veces y en su último Whatsapp te explica que lo vuestro fue solo una experiencia para él, que estuvo genial, pero que, tal y como indica su lugar en la escala de Kinsey, lo suyo con los chicos es algo esporádico.