El que te encuentras en Tinder
¡Qué pequeño es el mundo y qué pequeño es Tinder a veces! Lo de encontrarte a vecinos, familiares y compañeros de trabajo en tu aplicación de ligoteo de cabecera es algo a lo que ya te has acostumbrado. Sin embargo, lo que no esperabas era coincidir con tu ex. Ahí estabas tú, deslizando tu dedito a la izquierda y a la derecha cuando, de repente, algo te dejó con los ojos como platos. Apareció en la pantalla de tu móvil una cara que te resultaba familiar: la de tu ex con su mejor pose y una descripción que te hizo pensar que se había metido a novelista porque era totalmente ficticia. “¡Pero si miente hasta en su perfil de Tinder!”, gritaste mientras te indignabas y descartabas su perfil porque no, por supuesto que no quieres tener una cita tinderiana con tu ex.
El que todavía te sigue gustando
Piensas en él cuando estás con tu actual pareja e incluso te has confundido y, más de una vez, le has llamado por el nombre de tu ex sin querer (y se lió parda). Aunque lo niegues, tu mirada te delata. Cada vez que te lo encuentras tus ojos se abren de par en par y se te dibuja una sonrisita picarona en la cara. Pero “eh, que no, ¿qué dices tía?, que a mí ya no me gusta”, repites una y otra vez intentando resultar creíble. Pero mira, no, la interpretación no es lo tuyo. Todo el mundo sabe que si tu ex te dice ven, lo dejas todo, así que mejor que no te diga nada. Tranqui, que a juzgar por las cobras que te hace cuando vas a saludarle, todo indica a que no volvería contigo. Cambia el chip, pasa página y que su cuerpo esculpido a base de Crossfit no te confunda.
El súper amigo con el que te llevas bien
Todo el mundo se sorprende, pero oye, ¿es que uno no se puede llevar con su ex? ¡Pues claro que sí! Y la prueba más evidente es la vuestra. Podéis ir al cine, quedar para tomar café, salir de marcha e incluso podríais viajar juntos. Vuestras parejas temen que cualquier día acabéis enrollados, dicen que el roce hace el cariño y que cuanto más amigo, pues eso. En realidad os veis como hermanos y sois todo un ejemplo de ex novios molones. ¡Que viva la amistad!
El que no quieres ver ni en pintura
Lo vuestro acabó como el rosario de la Aurora. Nadie entendía qué hacíais juntos, pero ahí estabais vosotros, paseando vuestras discusiones allá por dónde ibais. No había plan entre amigos en el que no montaseis el numerito. En vuestro grupo se hacían apuestas sobre cuántos días iba a durar vuestra no-historia de amor. Al final hicisteis lo mejor que podíais hacer y decidisteis dejar la relación. Erais totalmente incompatibles y eso lo veía hasta la portera de tu edificio. Podíais haber hecho el esfuerzo de quedar como amigos, pero os caéis fatal y no podéis veros ni en pintura.
El que viene y va
Lo mismo hace chas y aparece a tu lado que desaparece haciendo bomba de humo porque “buah, tía, no sé, me estoy rayando”. Utiliza el breadcrumbing, el ghosting y todas las técnicas de marear la perdiz en las que es experto. Una lluvia de “te lo dije” cae sobre ti cuando le cuentas a tus amigos que te ha vuelto a dejar. Pero es que tu ex domina a la perfección la técnica de poner ojitos y tiene más labia que los tronistas del programa de Emma García y, claro, tú no eres de piedra.
El que dice no acordarse de ti
Le ves y tú, que eres todo simpatía, no dudas en ir a saludarle. Te llevas una gran sorpresa cuando te das cuenta de que no te reconoce, o al menos eso dice. Quizás tenga algo que ver que su actual pareja esté justo al lado. En ese momento sientes el impulso de empezar a mencionarle lo del lunar que tiene ahí abajo y lo de sus tatuajes secretos para demostrar que claro que le conoces. Finalmente decides no dedicarle ni un segundo más porque, claramente, está fingiendo no conocerte.
El que quiere volver contigo
No consigues perderle de vista. Y es que parece que no ha entendido nada. Comenta todas tus publicaciones de Facebook, da like a tus fotos de Instagram, participa en todas tus conversaciones tuiteras y te habla por Whatsapp casi a diario. ¡Qué pesado! No es que quiera ser tu amigo, sino que parece que su misión sea la de reconquistarte y por eso intenta que quedéis para tomar algo o para “ver una peli”. Pero para peli la que se ha montado él, porque contigo ya no tiene nada que hacer.
El que es amigo de tus amigos
Ves a tu ex bastante a menudo, ya que forma parte de tu grupo de amigos. Contabas con dos opciones: cambiar de amistades o llevarte bien con él. Elegiste la segunda porque a tus colegas les quieres un montón y donde hubo amor, algo de cariño queda. En tu pandilla ya os habéis enrollado todos con todos, por lo que tener buena relación con los ex es algo imprescindible para que cuando quedáis no parezca que sois el plató de Mujeres y Hombres y Viceversa.
El que no quieres reconocer
No es que te avergüences de haber salido con él, pero… Bueno, sí, en realidad te avergüenzas de haber salido con él. Tu ex da la nota allá por donde pasa. Por eso, cuando alguien que no sabe que habéis tenido una relación te habla de él, le sigues el rollo. Jijí, jajá, pero en ningún momento hablas de aquella historia de amor. No lo harías aunque te pagasen un ¡Hola! o un Deluxe. Eso sí, a ver qué inventas cuando ese ex no reconocido venga a saludarte efusivamente delante de tus amigos. Ya sabes cómo son ellos, ríete tú de Conchita la del polígrafo, ¡no se les escapa nada!
El relaciones públicas
Aunque no sea de tu grupo de amigos, te lo acabas encontrando en todas partes. Tu ex es un auténtico relaciones públicas. Todo el mundo le conoce, todos te hablan de él. Sus fotos poniendo morritos en Instagram le lanzaron a la fama y ahora es un influencer que no pasa desapercibido. Lo mismo te topas con él en la discoteca de moda que te lo encuentras en esa nueva cafetería a la que va todo el mundo, siempre acompañado de algún conocido. Así es la fama. Por si fuera poco, más de una vez coincides con él en la cola del súper o incluso en la clase de spinning. Es lo que tiene que viváis en el mismo barrio.