El miedo embarazo no deseado aparece incluso antes de que las mujeres se inicien en las relaciones sexuales, como un runrún que ronda alrededor de los pasillos en los primeros cursos de la ESO, esperando el momento más adecuado para picotear las cabezas de las alumnas. El pánico es muy habitual y puede degenerar en problemas muy serios, aunque con los anticonceptivos se puede evitar sin muchos dolores de cabeza o un coste muy alto: la mayoría de estos métodos están financiados por la Seguridad Social o pueden obtenerse gratuitamente en los centros de planificación familiar.
Entre las más jóvenes, los anticonceptivos más habituales son el preservativo masculino y la píldora, que ha triplicado su consumo en los últimos años. A grandes rasgos, estos métodos se encargan de aportar hormonas para que tu cuerpo deje de ovular, mientras disminuyen el grosos del endometrio para que quedarte embarazada sea dificilísimo. Pero hay vida mucho más allá de estos tratamientos, un punto de encuentro a medio camino entre la sencillez del preservativo y la comodidad de la píldora, sin lo engorroso de uno y otro: el DIU, un tratamiento mucho menos popular, pero con grandes beneficios. En Yasss te contamos cuáles son.
Los métodos anticonceptivos son, en su mayoría y para sorpresa de nadie, femeninos, y se dividen en tres grandes grupos: los de barrera, los hormonales y los irreversibles. En el primer grupo, los métodos actúan para evitar la unión de los gametos, mientras que en la segunda actúan directamente sobre el ciclo menstrual. Los últimos son cirugía pura y dura.
Por norma general, el dispositivo intrauterino o DIU se encuentra en el primer grupo, el de los tratamientos de barrera. Se trata de un pequeño dispositivo de plástico en forma de T que se inserta en el útero para evitar el embarazo. A grandes rasgos, hay dos tipos, el que libera cobre y el que libera progestina. El primero, que funciona desde el momento en que se inserta, libera iones de cobre, tóxicos para los espermatozoides; además, su forma evita que estos lleguen al óvulo. Puede permanecer en su sitio hasta diez años.
Por su parte, el de progestina empieza a funcionar una semana después de insertarse y libera dicha hormona, para impedir que los ovarios liberen un óvulo. Su forma también impide que el espermatozoide pase por el conducto, y su contenido engrosa el cérvix y adelgaza el recubrimiento del útero, lo que complica muchísimo tanto la fecundación como la adherencia del óvulo fertilizado. Puede permanecer en el útero entre tres y cinco años, dependiendo del modelo.
Como todos los métodos anticonceptivos, el DIU tiene pros y contras, aunque después de los quirúrgicos se considera uno de los más eficaces. Para afirmar esto nos remitimos al índice de Pearl, un método que compara los anticonceptivos en función del número de embarazos que tendrían 100 mujeres si los usasen durante un año. Según este análisis, el dispositivo intrauterino resulta mucho más seguro que los tratamientos hormonales y que los otros métodos de barrera.
Las ventajas del DIU son:
Por el contrario, las desventajas del DIU son:
En definitiva, son una alternativa a tener en cuenta si tienes reglas abundantes y no quieres tomar anticonceptivos hormonales o dejarte el dinero cada vez que tienes que comprar preservativos, siempre que tengas una pareja sexual estable o de confianza. Es un método barato y seguro que, eso sí, no te protege de las ITS, por lo que, si no, la recomendación es combinarlo con un condón. Si tienes más dudas o quieres ponértelo, pide cita con tu médico ginecólogo, para que te asesore en tu caso particular.