“Nadie lo dice, ¡pero todos quieren sexo!” gritaban Residente, iLe y Dillon Francis en la canción que sacaron en 2018. Corría el mes de mayo de 2018 (mangas cortas, vestidos de flores, ¡la gente en la calle y una moción de censura para acabar el mes!) y la canción del ex-Calle 13 se convirtió en un éxito instantáneo gracias a su ritmo pegadizo y a esa letra que enumeraba lo que se llega a hacer por un polvo: “aunque lo hagamos, nunca lo hablamos, todos los días lo pensamos”, cantaba René. Qué lejos queda 2018, ¿eh?
Vista desde el confinamiento, la cancioncita tiene su aquel. El pánico, el estrés y la desesperanza (hemos oído tanto esas tres palabras seguidas los últimos días que ya dudo si alguna vez las escuché por separado) no ayudan al deseo sexual, que ha sufrido un duro golpe. Hay quien está separado de la persona con la que está deseando acostarse y, entre mensaje y mensaje, va puestísimo de deseo, y hay quien ha notado a su libido ‘desescalar’, sin que salga ningún ministerio a anunciarlo. Y tampoco pasa nada, ¿no?
La cadena estadounidense NBC News preguntaba recientemente a sus espectadores cómo había afectado el brote de coronavirus a su vida sexual. De entre la muestra, poco más de 9.000 encuestados, el 28% respondió que le era indiferente, el 24% que le había afectado positivamente y el 47% respondió que le afectaba de manera negativa.
Los resultados dialogan con todas las conversaciones, artículos y tweets que se generan al respecto estos días: la libido ha notado un cambio con el confinamiento, estés encerrado solo, en pareja, con compañeros o con tu familia. Estamos sometidos a una serie de cambios que condicionan el deseo sexual. La pregunta es si debemos jugar contra ello. Es decir, ¿realmente importa tanto ahora mismo? Habrá para quien esto sea fundamental y quien prefiera dejarlo correr y esperar a un momento en el que esté más estable.
En cualquier caso, los cambios en la libido son normales, y estamos sometidos a ellos durante toda nuestra vida. Muchas personas con regla notarán, de hecho, cambios bastante bruscos prácticamente cada mes, y no pasa nada: es parte del ciclo menstrual y sus hormonas.
De hecho, en esta situación también tiene mucha culpa una de ellas, el cortisol, que se produce en situaciones de estrés para ponernos en alerta (para que te hagas una idea, la llaman ‘la hormona de la huida’). Si te encuentras más nervioso de lo habitual, puede que esta hormona tenga mucho que ver, y si tu cuerpo va hasta arriba de cortisol, es normal que ande un poquito más desconectado de tu deseo sexual.
Esto es como todo: cada maestrillo tiene su librillo, y el deseo sexual está marcado por mil historias que solo conoce su protagonista. Si es algo entre tu pareja y tú, trátalo como una cuestión más y comunícate en positivo. Quizás estéis viviendo esto juntos o quizás lo paséis por separado, y en cualquiera de las circunstancias es bastante probable que una de las partes esté más por la labor que la otra.
Es el caso de Valeria (22 años), quien hace unas semanas contaba a Yasss que, como trabajadora de un hospital madrileño, estos días llevaba unos horarios y ritmos tan descontrolados que no podía pensar en otra cosa que no fuese su empleo. “No pienso mucho en el sexo, la verdad, aunque llevo sin ver a mi novio un mes”, reconocía.
Estos días estaba superando su “récord de días sin sexo”: nunca había pasado tanto tiempo sin acostarse con nadie como ahora, y aunque su vida sexual es muy activa, no lo estaba echando de menos. “Estoy tan agotada que no pienso en sexo para nada”, explicaba, entre risas. “En otras ocasiones, cuando hemos estado lejos sí que hemos hecho sexting o llamadas, pero yo para estas cosas necesito estar sola en mi casa, tranquila, y estoy con mis padres, así que no me apetece mucho”. Sin embargo, aseguraba que su novio no lo estaba llevando tan bien como ella y que en ocasiones se sentía un poco presionada para acostarse con él.
Es fundamental hablar, aunque si tu pareja está sometida a unos niveles de estrés tan altos como en el caso de Valeria, deberías tratar de entender su postura y preguntarle por su día antes de entrar en un tema que pueda molestarle. Cuando hables de tu perspectiva de la situación, sé positivo y comunica como te sientes, pero estate también dispuesto a escuchar. Es esencial tener una buena comunicación sexual.
Y si, después de dialogar no llegáis a un acuerdo para mantener la forma juntos, redescubre el onanismo: muchos sexólogos mantienen que en la masturbación está la clave para una vida sexual sana en pareja. Invierte tu tiempo en ti, en quitarte el dichoso pijama y recordar qué era lo que te gustaba. Te resultará de utilidad cuando todo esto acabe, y mientras tanto reducirás los niveles de estrés en sangre.
En cualquier caso, si notas tu libido baja y la cuestión te preocupa, lo mejor es contactar directamente con un psicólogo. Él o ella podrán darte las claves para atajar el problema, siempre desde tus circunstancias personales