Complejo de pene pequeño: se puede superar y volver a disfrutar de las relaciones íntimas
La cultura del porno y los amigos fantasmas
Antes de empezar, maticemos algo importante: según la Asociación de Andrología, la longitud media del pene erecto en España es de 13,58 centímetros. El problema es que hay un “efecto animadora” enorme respecto al miembro viril. Para empezar, te metes en una página porno y la mayoría de penes son misiles que ya los quisiera Corea del Norte; y para seguir, muchos hombres han sido poseídos por el espíritu de Rasputín convirtiéndose en fantasmas superdotados. Señores, si el 80% de penes españoles mide entre 10 y 16 centímetros, cómo es posible que todos la tengáis de 20 para arriba. La estadística no miente, pero el ego sí.
Hay una falsa idea de que a mayor tamaño, mayor virilidad, y lo mismo sucede con la duración. Al fin y al cabo, estamos ante un estereotipo machista que afecta de forma directa a los hombres, ya que sitúa a los que la tienen más grande por encima. ¿Por encima de qué? ¿Más placer? ¿Más hombría? No y no.
En primer lugar, la vagina tiene una profundidad de 7 a 15 centímetros, pudiendo expandirse al estar formada por tejidos elásticos. Esto quiere decir que no vas a hacer disfrutar más a una mujer por tener el pene de Nacho Vidal. La clave está en saber usar lo que la genética te ha dado. En segundo lugar, la hombría es una construcción social, y os aseguro que una mujer prefiere a un tío con un pene estándar pero hábil, que a un pollón que no sabe moverse.
El complejo de pene pequeño
Este complejo aparece en hombres que creen, siendo cierto o no, que tienen el pene demasiado pequeño, llegando a obsesionarse con esa idea hasta el punto de desarrollar problemas de ansiedad y autoestima, síntomas depresivos y disfunción sexual. Todas las inseguridades nacen de un comentario o de una situación trivial que prende la mecha, y el complejo de pene pequeño no iba a ser menos. “Tenía 16 años y estaba con unos compañeros de clase. Salió el tema del tamaño y uno dijo que le medía 14 centímetros. Algunos empezaron a vacilarle, y yo me quedé muy rayado porque a mí me medía 11,5.” – Anónimo.
Hablamos constantemente de sexo, pero nadie comparte sus miedos al respecto. Muestra de ello es que los hombres no suelen sacar a relucir su complejo de pene pequeño por vergüenza y, sobre todo, por los prejuicios machistas que asocian el tamaño a la masculinidad, y la masculinidad a no hablar de sentimientos.
¿Alguna vez has oído hablar de las profecías autocumplida?
Son pensamientos o expectativas de que va a suceder algo, pero lo curioso es que estas ideas cambian nuestra forma de actuar sin darnos cuenta, causando aquello que creíamos que iba a pasar. Esto puede ser bueno o malo, como el yogurlado.
Por ejemplo, en el caso del complejo de pene pequeño, una profecía autocumplida sería “no va a disfrutar porque la tengo enana”. Imagínate la situación: sales de casa con esa idea metida en la cabeza, y cuando ligas y toca bajarse los pantalones, empieza el comecocos. Si te la toca o te la mira, instantáneamente piensas que es porque la tienes pequeña. Un momento… No gime como en el porno, no se mueve como en el porno. “Seguro que no disfruta porque la tengo pequeña”, te dices, pero la realidad es que: a) el porno no es real, y b) estás tan centrado en ti y en el tamaño de tu pene, que se te ha olvidado hasta cómo se movía.
Cómo superar el complejo de pene pequeño
Debes recordar que tener un pene pequeño no afecta ni a tu capacidad para tener un orgasmo, ni a tu habilidad para dar placer si sabes cómo usarlo.
Te propongo varios consejos que pueden ayudarte a disfrutar del sexo:
• Comunícate: con tu pareja, con tus amigos o con tus ligues. Mostrar nuestras inseguridades no nos hace vulnerables, sino valientes. Además, compartir algo tan personal puede dar pie a que la otra persona se abra, y sin darte cuenta ayudarás a los demás a aceptar sus propios complejos.
• Aprende a usar las profecías autocumplidas: deja de culpar a tu pobre pene por tus problemas amorosos, porque la responsable es tu cabeza. Usa las profecías autocumplidas de una forma adaptativa, por ejemplo, cambiando la frase “no le va a gustar porque la tengo pequeña” por “voy a hacerlo genial porque me pone a mil”.
• El sexo no solo es penetración: ¡Sorpresa! El sexo oral, la masturbación, las caricias y los besos pueden ser tan o más placenteros que la penetración.
• Busca nuevas posturas: hay posturas que permiten llegar más profundo, por ejemplo, el misionero con las piernas de tu pareja sobre los hombros. Aun así, busca las posiciones que más te gusten y en las que más cómodo te encuentres; el placer llegará solo.
• Ten paciencia: para superar un complejo hace falta tiempo y esfuerzo, pero merece la pena recorrer ese camino. ¿Te apetece dar el primer paso?