Lo ves en las pelis y en las series y parece sencillo, pero reconócelo, a la hora de la verdad eso de dar un buen beso no es tan fácil. Como nunca viene mal un poco de teoría, te contamos qué hacer y qué no para convertirte en un auténtico crack en el arte de besar.
Evita el ajo y la cebolla antes de besar
Comerte una ración de pulpo al ajillo o unas patatas bravas antes de tu cita no es una buena idea. Si quieres tener un aliento fresco y que tu ligue no salga corriendo en cuanto te acerques a su boca, mejor evitar el ajo, la cebolla y otros alimentos de esos que dejen huella. Recuerda lavar bien tus dientes y usar enjuague bucal para que tu beso sea todo un éxito.
Hidrata tus labios, son tu carta de presentación
Unos labios suaves y cuidados pueden ser la mejor herramienta de seducción y principal atractivo a la hora de besar. Así que ya sabes, bien de hidratación. Cacao, vaselina y nada de mordérselos. Ellos son los absolutos protagonistas cuando comienza un beso, aunque luego sea la lengua la que entre en escena para hacer el resto. Tener los labios secos y estropeados puede hacer que el momentazo romántico sea eclipsado por la extraña sensación de besar a una lija.
Nada de babas
Una de las peores cosas que puedes hacer al besar es dejar un rastro de babas en la boca de la otra persona. ¡No eres un caracol! Un beso con babas es un beso que deja huella, pero no precisamente de la que hace que entren ganas de repetir. Entendemos que tu ligue esté tan buenorro que se te haga la boca agua, pero controla que la saliva no estropee el apasionado momento.
No seas Alien
Usar la lengua es importante, pero no seas invasivo. Primero van los labios, así que no vayas directamente con la lengua fuera para introducirla en la boca de la otra persona. Parecerá que estáis recreando la mítica escena de Alien con Sigourney Weaver mirando con cara de asquete y no, eso no es nada sexy. Beso con lengua sí, pero espera un poco antes de que esta entre en acción.
Mantén el contacto visual y no te pases con los morritos
El primer paso antes de dar un buen beso es el contacto visual. Mírale a los ojos y si hay feeling, entenderéis que queréis besaros. Es momento de acercarse lentamente, pero atento, en el recorrido hasta su boca no tienes que ir poniendo morritos, eso déjalo para los selfis de Instagram. Antes de besar, lo mejor es dejar los labios entreabiertos, que queda mucho más seductor.
No empieces con la lengua
Si quieres que lo vuestro parezca algo romántico, comienza acariciando sus labios con los tuyos. Rozarlos, entrelazarlos con los tuyos y mordisquearlos muy suavemente es el comienzo de un beso apasionado. Chupar el labio de abajo de vez en cuando también es una buena técnica para calentar el ambiente.
Ahora sí, ¡dentro lengua!
Cuando ya os hayáis recreado lo suficiente en el juego con vuestros labios, es momento de introducir la lengua poco a poco. Empieza lentamente para, después, ir aumentando la velocidad (que no parezca una lavadora). No metas la lengua hasta el fondo desde el primer momento o volverá a parecer la mítica escena de Alien. Hazlo poco a poco para luego ir jugando con el ritmo y la intensidad. ¡No os olvidéis de respirar!
Abrázale y acaríciale
Si mientras estáis besándoos le acaricias la cara y el cuello suavemente con tus manos, harás que vuestro beso sea mucho más sexy. Abrazarle puede ser la guinda a una escena de lo más romántica a la vez que sensual. Estos pequeños gestos harán que marques la diferencia y que te consideren un auténtico experto o una auténtica experta en el arte de besar.
¡Cuidado con los dientes!
No eres un vampiro y esto no es la saga Crepúsculo, así que cuidado, no muerdas. Los pequeños mordisquitos pueden ser parte de un beso apasionado, pero hay que ser cauteloso con los dientes para no dar un bocado que pueda hacer que la cita sea un desastre. Chocar tus dientes con los suyos a causa de la pasión es otra de las cosas que pueden estropear vuestro beso… y oye, el dentista está muy caro.
No le mires a los ojos durante el beso
No mires a tu ligue a los ojos mientras os estáis besando. Imagínate la sensación que se puede llevar al abrirlos y verte mirándole fijamente. Sería muy inquietante. Aprovechad, eso sí, para miraros a los ojos cuando apartéis vuestros labios para daros un respiro y la conexión será mucho mayor.