Todos los animales de La Tierra nacen, crecen, se reproducen y mueren. Pero no todos lo hacen de la misma forma.
Hemos descubierto “las filias” de ocho especies que también tienen unos gustos muy peculiares a la hora de lograr unas relaciones satisfactorias.
Murciélagos: expertos en Kamasutra
Todos sabemos que duermen bocabajo, pero lo que no sabíamos es que esta también era su postura favorita para copular.
Tiburones: a mordiscos
¿Por qué ser tierno en el sexo si a ti te gusta más hincar el diente? Las hembras de tiburón acaban bastante magulladitas después de la cópula.
Ciervos: olor a macho
Los ciervos almizcleros expulsan un líquido aromático muy intenso que esparcen por todo el bosque. Las hembras no pueden resistirse a ese perfume y lo siguen hasta dar con su pareja sexual.
Araña pavo real: perreo total
Los machos son muy coloridos, pero también han de ser buenos bailarines para conquistar a las hembras de su especie. Ya sabes lo que se dice: si saben bailar...
Mariquitas: cuantos más, mejor
Son muy fans del sexo y por eso comparten la experiencia con todo el que pase por allí. Además, pueden aguantar hasta 18 horas seguidas copulando.
Liebres: luchar por amor
Los machos tienen que competir con carreras y golpes hasta que solo quede uno, el que podrá tener relaciones con la hembra. Que, por cierto, también querrá darle una paliza antes de dejar que le penetre.
Insectos palo: sin parar
Pueden estar hasta 10 semanas seguidas copulando. Nada más que añadir.
Osos pada: ¿Sexo? No, gracias
También hay asexualidad en el reino animal. Los pandas son tan tranquilotes que no les entran ganas ni de copular. Las hembras solo están en celo dos o tres días al año y hacen un poco por tener relaciones, pero tampoco mucho.
Fuente: 'La vida amorosa de los animales", de Katharina von der Gathen y Anke Kuhl
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