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La salud y la verdad, siempre de la mano: problemas anales que no deberías ocultar a tu médico

Merece la pena destacar que, a los médicos, es mejor no ocultarles nada. Hablar abiertamente de nuestros problemas, confiar en que los especialistas sanitarios están ahí para escuchar, entender y ayudar sin juzgarnos puede ser clave a la hora de diagnosticar una enfermedad y, sobre todo, tratarla

Eso no quita para que algunas cuestiones cueste un poco más ponerlas sobre la mesa. Es lo que suele suceder con los problemas anales, de los que no siempre se habla y que en ocasiones tendemos a ocultar por vergüenza. 

Esto deberíamos olvidarlo, la salud es prioritaria y en ocasiones, síntomas en apariencia inofensivos pueden ser provocados por una enfermedad grave. También puede suceder que algo leve se convierta en preocupante por dejarlo pasar, por no querer hablar del tema con el profesional sanitario. 

Así, parece claro que lo mejor es no ocultarle ningún problema de salud a nuestro médico, y en el caso de los problemas anales, no es una excepción. 

Problemas anales que no deberías ocultarle a tu médico

Que sea una zona de no fácil acceso no quiere decir que tengamos que ignorar las molestias que sentimos ahí. Los problemas anales pueden ser más frecuentes de lo que pensamos y a menudo no son complicados de tratar, siempre que el especialista sea informado a tiempo. Algunos de los problemas más frecuentes a los que suelen enfrentarse son:

  1. Hemorroides. Son uno de los problemas más habituales y no siempre causan dolor, pueden ser externas o internas. Son venas en el canal anal que pueden hincharse y que se diagnostican a través de un examen visual y uno rectal. Los síntomas más comunes son el dolor y la picazón. 
  2. Fisuras. Otra de las enfermedades más frecuentes, según el American College of Gastroenterology, son las fisuras anales. Se dan cuando se desgarra el revestimiento del canal anal, esto produce dolor y una sensación de ardor. El mejor tratamiento en estos casos es la prevención, con una dieta rica en fibra para evitar evacuaciones grandes y duras. 
  3. Fístula anal o absceso. Un absceso es una cavidad llena de pus, que se puede dar por una obstrucción de las glándulas anales. Produce dolor e hinchazón junto a la abertura anal y el tratamiento puede ser médico, pero en algunos casos también quirúrgico. 
  4. Lombrices. Los picores anales son también una de las causas que más habitualmente lleva a la gente al médico para este tipo de consultas, tal y como reveló la doctora Rachel Ward para el ‘HuffPost’, siendo las lombrices una de las causas más frecuentes. Estas pueden verse en las heces y es necesario tratarlas cuanto antes, porque el problema puede extenderse a otros miembros del hogar.
  5. Cáncer. Determinados problemas anales pueden ser síntomas de problemas mayores, como el cáncer. Picor, molestias, hemorragias, incontinencias… comparte síntomas con otras enfermedades, por eso conviene hacer las pruebas necesarias para descartarlo (o confirmarlo), sobre todo si los síntomas se alargan en el tiempo.
  6. ITS. El sexo anal sin protección puede provocar infecciones de transmisión sexual, que pueden provocar molestias o reducir el placer durante el sexo. Es importante practicar sexo seguro y, sobre todo, acudir al médico cuando se tengan dudas, para empezar el tratamiento lo antes posible en caso de haberse infectado de clamidia, gonorrea, herpes, verrugas… u otro tipo de ITS.
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