El amor, fuera de casa: ocho lugares alternativos para practicar sexo y reavivar la llama
La rutina y el aburrimiento son los asesinos del sexo
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Se suele decir que lo que no te mata te hace más fuerte, si exceptuamos el ámbito de la pareja y las relaciones, donde el aburrimiento y la rutina son los dos asesinos principales de la pasión (bueno, y que el otro no limpie el baño). Como explica la terapeuta de parejas Eva María Villejo en GQ, “Al comenzar una relación, es habitual que la energía sexual sea bastante alta, pero a medida que la relación avanza y pasa el tiempo, esta energía disminuye”.
Reconócelo: no quieres convertirte en esa persona. No quieres quedarte dormidx a mitad de una película innombrable del catálogo de Netflix, un lunes cualquiera; tampoco planificar ese “tiempo para tener sexo” que acaba convirtiéndose en una tarea a realizar. ¿Por qué no pensáis cómo introducir ciertos cambios en vuestras rutinas sexuales y elegís un sitio distinto para hacerlo?
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En el curro
Fo*** en el lugar donde trabajamos es una de las fantasías sexuales más citadas por quienes han huido a caballo de la cama nupcial y el aburrimiento del coitocentrismo, a decir de todos los estudios más o menos serios, más o menos bombásticos, que corren por la red. Te brinda, además, el factor de la clandestinidad.
Por ejemplo, podríais hacerlo contra la fotocopiadora, o en las cabinas del baño, o en un despacho solitario al que nunca va nadie. Luego, en fin, todo lo demás: estar a punto de ser descubiertos, los pasos de tu jefx o de algún compañero de trabajo, ese “¿tienes ya el informe de ventas trimestral preparado?”, mientras te corres y te dejas ir y dices “síiii”, con un hilo de voz, o con tu pareja tapándote la boca. Narrativas posibles hay, ahora solo tienes que hacerlas realidad.
En una fiesta
Uno de esos lugares o eventos que nos brindan múltiples permutaciones en nuestras fantasías. Si conoces por primera vez a alguien y decidís que la vida es corta, puede ser maravilloso. Si te escapas con tu pareja a esconderte bajo la montaña de los abrigos para estudiarte las vacunas, otro punto ganado al aburrimiento de la monogamia. Si alguien de la fiesta se suma y ya estáis felices los cuatro, como la canción de Maluma, imagínate cómo hablarás de esa noche y esa fiesta en el futuro.
En el coche
Todas las opciones son válidas: hacerlo mirando la puesta de sol; con el carro escondido en un parking remoto con las bolsas de basura que mueve el viento como únicas testigas; frente a un centro comercial, con toda esa gente que sale con su comprita hecha y esos niños inocentes que todavía no saben lo que es ser adulto y buscar desesperadamente nuevas formas de reavivar la llama de la pasión. Imagínate, eh, el placer de torcer tus cervicales o tu cadera para encajar y que así no se te clave la palanca de cambios. Todo son ventajas.
Como ves, de ti depende que esta fantasía mainstream del imaginario colectivo se haga realidad.
En un fotomatón
Parece una idea descabellada, pero si lo piensas, tener sexo en un fotomatón implica hacer un poco de ejercicio, un core fuerte para sujetar a tu pareja, y con final feliz: una tira de fotos entre lo vergonzante, lo íntimo y lo épico que guardaréis en el último cajón de casa y que solo sacaréis años después para rememorar con emoción ese tiempo en el que hicisteis cosas picantes, cuando la vida podía ser maravillosa y la juventud no se había esfumado.
En una tienda de campaña
Solo necesitas preparar una mochila, coger el coche y adentrarte en una espesura de tu elección para plantar la tienda. Si buscas una zona con osos, puedes añadirle cierto peligro. Ya no será tu jefx quien pueda descubrirte, sino un animal feroz con ganas de desmembrarte. Más tarde, tu pareja y tú os reiréis cómplices. “Otro día, jaja, burlando a la muerte. Oye, ¿te apetece…?”
En un columpio
Lo único que debéis cuidar en esta fantasía es:
Tener cierto equilibrio, para no acabar rebozados de arena o desnucados.
Que ninguno de los dos pregunte: ¿Puede bajar (inserte el nombre del otro) a jugar?
En un ascensor
Si tiene un hilo musical ridículo, como los de las películas, tanto mejor. Si lo hacéis en el ascensor de un edificio con cierto trasiego de personas, que puedan enfadarse mucho cuando el ascensor no baja (y no baja y no baja y qué coño pasa el ascensor se ha parado qué bien un nuevo caso para el inspector Gutiérrez), la fantasía tendrá sus buenas risas. La logística es complicada, puesto que tenéis que estar atentos a las paradas, o contar con algún método para bloquear las puertas.
En casa de tus padres
Imagínate qué delicia regresar al hogar familiar y hacer cosas de adultos en la cama donde fuiste concebidx. Apetece, ¿verdad? Más allá del pozo freudiano de esta situación en particular (estar practicando alguna postura nueva y reparar, por ejemplo, en una foto de ti el día de tu comunión, en la mesilla), este es otro de estos lugares ‘novedosos’ para tener sexo que brindan ese punto clandestino, tan interesante para reavivar la llama.