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Acordado, compartido y puntual: así es el cuckolding, la infidelidad consentida para reavivar la pasión

Cada pareja es diferente y establecen unos códigos y unos límites diferentes. Lo que para muchos podría considerarse infidelidad, para otros es una práctica consentida que aviva la llama del amor. 

Maneras distintas de vivir la vida y todas igualmente válidas, y que no deberían ser juzgadas, siempre que se lleven a cabo con el consentimiento de todas las partes implicadas. Porque, en todos los casos, la comunicación se convierte en la mejor herramienta para una vida de pareja feliz. 

Conocer los deseos de la otra persona, sentir que se pueden compartir los propios sin sentirse juzgado. Tener la confianza para conversar acerca de los deseos y esperanzas con la otra persona supone conseguir una libertad mayor y ayuda a que las relaciones funcionen mejor, siempre desde el respeto y el consentimiento. 

Teniendo todo esto claro, prácticas como el cuckolding, aunque sorprendentes para muchas personas, se convierten en una tendencia que muchas parejas están dispuestas a probar, explorando los límites de su propio deseo y placer, pero ¿qué es en realidad?

Qué es el cuckolding y en qué consiste esta práctica

Para muchas parejas, nada hay peor que el aburrimiento, que esta sensación sea la que reine entre ellos, es la manera más rápida de conseguir que la relación llegue a su final, por eso les apetece salirse de la norma (socialmente impuesta en muchas ocasiones) y probar cosas nuevas con la intención de volver a conseguir la chispa perdida. 

Esta es la intención de quienes practican cuckolding, que no es otra cosa que acordar que uno de los miembros de la pareja tenga sexo con un tercero para después compartir la experiencia, contándole al otro como ha sido la relación sexual o que incluso la pareja observe mientras sucede. Este es el motivo por el que también se conoce como ‘infidelidad consentida’. 

Por supuesto, para que esto sea así, tiene que ser como su nombre indica, consentido por ambas partes, no sirve que uno tenga interés en probarlo y presione al otro hasta que acepte. Esta práctica solo funciona cuando ambas partes están dispuestas a probar este sistema para reavivar la pasión en la pareja.  

El cuckolding es una fantasía sexual que consiste en excitarse porque tu pareja mantenga relaciones con otra persona. No hay que confundir esto con las relaciones abiertas o poliamorosas, que se basan en otros principios, esta práctica hace referencia a un momento puntual, una fantasía que la pareja quiere realizar como forma de excitación y para mantener la conexión entre ellos. 

Cada pareja es diferente y por eso la comunicación es esencial, aprender a comunicarse y compartir experiencias puede hacer que la vida sexual sea más interesante y evitar así el aburrimiento, sobre todo si ambos quieren probar cosas nuevas. Evidentemente, esto nunca debe traspasar los límites de ninguna de las partes implicadas y todas tienen que dar su consentimiento ante esta práctica. Como decimos, la comunicación es clave.