Aunque no para todo el mundo tiene la misma importancia, en mochos casos el sexo se convierte en una parte fundamental de la vida de pareja. Una vida sexual saludable, solo o en pareja, tiene beneficios físicos y también emocionales.
Cuando se produce un orgasmo, el cuerpo segrega oxitocina, lo que produce de manera natural una sensación de placer, pero también de bienestar, relajación y disminución de las tensiones. Esto hace que nos sintamos mejor, más relajados y que nuestros niveles de estrés disminuyan, por lo menos, durante un rato.
También tiene otros beneficios, de los que no siempre somos conscientes, por ejemplo, el sexo es un analgésico natural, porque libera endorfinas y otras sustancias que inhiben el dolor en el cuerpo. En el caso de las mujeres puede reducir los síntomas de la menopausia y en los hombres, la eyaculación frecuente reduce el riesgo de padecer cáncer de próstata (ojo, no lo elimina).
La relajación que se siente tras el sexo ayuda a dormir mejor, consiguiendo plácidas noches de sueño, fortalece el sistema respiratorio, mejora la salud cardiovascular, fortalece los huesos y la musculatura y también se queman calorías, algo que sin duda no podemos dejar fuera, sobre todo si queremos incluirlo en nuestras rutinas de cardio, porque cuenta como ejercicio.
En pareja ayuda a crear un vínculo especial, una intimidad única. Sentir esa conexión, dar y recibir placer fortalece los vínculos emocionales en la pareja. Para que resulte satisfactorio, la pareja necesita sentirse cómoda y libre para poder explorar juntos los deseos propios y ajenos, en esto la comunicación es clave, el respeto y la confianza.
No todas las parejas son iguales y no para todas el sexo tiene la misma importancia, por lo que lo único importante es que todas las partes que conforman la pareja se sientan a gusto, conformes con la situación y con la libertad de exponer sus dudas y deseos sin complejos y sin miedo a ser juzgados.
Una buena comunicación será esencial a la hora de probar nuevos juegos y posturas, como las que destacan como favoritas para los españoles.
Entre las posturas favoritas de los españoles durante el sexo hay algunas más conocidas, que requieren una mayor flexibilidad o que prometen experiencias más aventureras, sin embargo, como en el sexo el único límite es el que establece la pareja, todas ellas son estupendas para disfrutar de un buen rato de placer.
La del perrito es la postura preferida por los españoles, en ella, la persona que penetra lo hace desde atrás, mientras su acompañante está a cuatro patas, es una postura ideal para estimular el punto G, pero en algunos casos puede resultar algo dolorosa. Otra de las preferidas es la cucharita, tal vez porque extiende la intimidad que se comparte al abrazarse en esta misma postura.
Le siguen de cerca la postura del misionero, en la que el hombre se sitúa sobre la mujer, y la de la vaquera, en la que es ella quien se pone encima, tomando el control. En esta lista encontramos también el 69, durante el que se practica sexo oral de manera simultánea, y la bicicleta, que implica una penetración profunda al apoyar una de las piernas en el hombro de la pareja mientras esta le penetra de pie.
Todas ellas grandes opciones para seguir disfrutando del sexo en pareja.