Tengo 29 años, soy seropositivo y así sacudió mi vida el VIH
Daniel Jiménez
01/12/201711:10 h.Una de mis parejas era VIH-positivo y además no lo tenía controlado. Él no seguía un tratamiento y por lo tanto el virus era transmisible. En una de nuestras relaciones sexuales juntos se rompió el preservativo y por eso a día de hoy vivo con VIH. Yo no sabía que a él le habían diagnosticado el virus, ya que en ningún momento me dijo nada.
Mi médico de cabecera me dio el resultado y yo no me lo creía. Fíjate, ni siquiera le di importancia. Fue días más tarde cuando ya me di cuenta de lo que tenía y me empecé a preocupar. Me bloqueé, pensaba que me moría. Lógicamente no sabía nada de VIH Ya no es una enfermedad mortal, sino una infección crónica controlable. Pero en aquel momento sentí que me faltaba información, que me faltaban recursos, aunque a la vez me sentía con fuerzas para seguir adelante.
Hubo reacciones que no me esperaba, como la de mi ex. Cuando le comuniqué que había dado positivo en VIH, en lugar de apoyarme se enfadó, me dijo que era mi culpa, que yo me lo había buscado y que no le volviese a llamar. A partir de ese momento me bloqueó en las redes sociales y en el teléfono.
Mi manera de comunicárselo a mi familia y amigos cercanos fue muy normalita. Ni me lo pensé. Dije sin titubear esas tres letritas que asustan: “Tengo VIH”. Mi madre se lo tomó como cualquier madre, sin entender cómo a su hijo le podía pasar algo así. Sin embargo, pronto empezó a interesarse por aprender más acerca del virus para acompañarme en el nuevo camino que estaba iniciando en mi vida.
Aparte de mi ex, hubo más gente que me dio la espalda. Algunos amigos y conocidos me rechazaron por tener VIH. “Tú te lo has buscado”, “eso es por la buena vida que te has pegado”, “tío, respeto el VIH y no puedo tener sexo contigo”… son algunas de las frases que tuve que escuchar.
Es normal sentir culpabilidad pero, sinceramente, no me sentí totalmente culpable, sino solo al 50%. Y es que creo que la transmisión del virus había sido tanto culpa mía por no estar bien informado, como de la persona que me lo transmitió por no serme sincera en su momento.
Quiero decirte a ti, que me estás leyendo, que es muy importante realizarse la prueba para una detección precoz del VIH. Eso puede marcar tu calidad de vida. Cuanto antes se pilla el virus, menos dañado estará el sistema inmunológico y antes se puede controlar. El riesgo de nuevas transmisiones está en no saber que estás infectado por VIH, y eso es potencialmente más peligroso que saberlo y estar en tratamiento. Es por ello que recomiendo tanto a hombres como a mujeres hacerse la prueba con más frecuencia.
Muchos se preguntan cómo es la vida sexual de una persona seropositiva. Personalmente no dejé de tener sexo después del diagnóstico. Lo único que hacía era tener prácticas menos bestias. Evitaba prácticas más allá de lo convencional, tenía cuidado con las heridas y también a la hora de la eyaculación. Ahora que conozco más del virus, sé que protegiéndose correctamente no hace falta dejar de tener sexo.
Al principio tu vida sexual cambia porque tienes que tomar más precauciones, pero después yo diría que incluso mejora. He vuelto a realizar las prácticas que hacía antes e incluso mejores. Eso sí, antes de tener sexo, comento que tengo VIH y de esa manera ya están avisados. Prefiero que, si me tienen que rechazar, lo hagan al principio, y no estar perdiendo el tiempo. Me quedo mucho más a gusto comentándolo. Además, llevo en el pecho un tatuaje del lazo rojo.
Estoy muy concienciado con el tema, tanto que trabajo como mediador de VIH e ITS contra el sida en la ONG Imagina MÁS. Ayudo a las personas tranquilizándolas con respecto al virus. Mucha información que sacan de internet no es veraz o está desfasada y existen muchos mitos que la gente todavía cree. En pleno siglo XXI existen todavía bastantes personas que tienen miedo a convivir con un alguien seropositivo y que desinfectan todo lo que toca.
Muchas veces las personas que viven con VIH se ven obligadas a justificarse, sobre todo en el entorno laboral. Todavía el virus, pensar en sida, se sigue viendo como si fuera la lepra. Yo por suerte, a día de hoy, no tengo que ocultarme ni justificarme con respecto al VIH.
Hace dos años me despidieron del trabajo por ser seropositivo y además lo hicieron por WhatsApp. Me acusaban de haber actuado mal al no comunicarlo, cuando, es necesario recordarlo, no estamos obligados a revelar que tenemos VIH y si alguien lo hace por nosotros puede estar cometiendo un delito. Hice pública la historia de mi despido y demostré que la empresa me había discriminado y cometido una vulneración de derechos fundamentales. El mío fue el primer caso demostrable en España.
Los jóvenes y cualquier persona con el virus de la inmunodeficiencia humana se sienten estigmatizados por la sociedad. Nos siguen tachando como apestados, como enfermos. Yo no me siento enfermo, solo tengo una infección en mi cuerpo que me perjudica en todo caso a mí y a nadie más.
En el terreno amoroso también he sentido el rechazo, aunque de manera muy indirecta. A veces conoces a alguien y te dice que te apoya, pero que no quiere nada estable por ahora… A los dos días ves que se han echado novio, te pones a pensar y te das cuenta: no quería nada serio conmigo porque soy seropositivo. De todas formas también te digo que no siempre pasa, cada vez hay más personas que se pillan por ti y les da igual lo que tengas.
Sobre la elevada cifra de transmisión de VIH entre los jóvenes quiero decir que creo que han aumentado los casos porque la percepción de riesgo del sida se está perdiendo. Insisto, es muy importante realizarse la prueba periódicamente. De verdad, no hace daño a nadie y es totalmente anónima: el resultado solo se queda entre el profesional y el usuario.
Para acabar, te voy a ser sincero: mi vida desde que soy seropositivo ha cambiado bastante. Ahora aprecio cosas que antes no apreciaba. Antes no valoraba ciertos comportamientos, no era consciente de la lucha interna que tenían que hacer las personas ya no solo infectadas por VIH, sino por cualquier enfermedad. A partir de ser diagnosticado digamos que empecé a empatizar con la gente y a fijarme más en las cosas bonitas en lugar de en las malas.
Lo tengo claro, lo más importante en este mundo es la salud de uno mismo. He aprendido que
puedes divertirte en el sexo de manera segura, que no tardas más de 5 segundos en ponerte un preservativo y si encima lo utilizas con lubricante, mejor. Ya es hora de que la sociedad empiece a a hablar del VIH sin tapujos ni tabúes.