La cantante Zahara lleva muchos años dedicada a la música. Compuso su primera canción con tan solo doce años y desde entonces no ha parado de cantar. Ha sacado seis discos, ha escrito dos libros y acaba de tener un hijo. Pero ella está cabreada.
Eso sí, esto no es una rabieta reciente. Parece que sus cabreos le vienen de muy atrás, como si hubiera nacido predispuesta al mosqueo, porque siendo tan solo una niña ya se le notaba el ceño fruncido.
La "otra" cuenta de Instagram de Zahara se llama @Zaharacabreada y es un alarde de morritos, deditos del medio y caras de rancia que, lejos de provocarnos rechazo y hacernos pensar "pero vamos a ver, ¿qué coño le pasa a esta tía?", nos ha sacado un montón de sonrisas.
Sinceramente, nos encanta verla cabreada. Todo empezó en septiembre del 2016, cuando Zahara quiso expresar con un gesto lo que opinaba de las excursiones culturales. Pues cómo no se va a cabrear una si la levantan a las ocho de la mañana para ir a ver piedras...
Al parecer, la cantante se había ido haciendo con una buena colección de cabreos y tuvo la brillante idea (porque es que su cuenta de Instagram no nos puede gustar más, DE VERDAD) de compartir "esas fotos que nadie subiría" con sus seguidores.
GRACIAS, ZAHARA, porque no podemos ser más fans de tus cabreos. Sorry not sorry, que aunque tú te lleves disgustos, nosotros nos meamos de la risa con tus caritas malhumoradas. ¿Sería demasiado pedir una camiseta de zaharas cabreadas?
Y es que, en el fondo, todos somos Zahara cabreada. Todos estaríamos igual de mosqueaditos en las mismas situaciones en las que ella se cabrea. Como cuando te tienes que tomar un Almax: no solo tienes la tripa regulín sino que encima tienes que chupar una pastilla que sabe regulán.
O cuando tienes que trabajar pero los aparatos que te rodean tienen ganas de vacaciones. Es que esa cara nos representa, todos hemos pensado alguna vez "¡Maldita tecnología!" #puñitos
Por eso, los cabreos de Zahara nos parecen la cumbre del cuquismo. Porque comparte esos momentos mierder que nos unen a todos como humanidad. Porque se cabrea con elegancia y con esa irrenunciable dulzura que la hace ser Zahara.
Porque ella estará cabreada, pero nosotros solo queremos abrazarla. (Y seguro que nuestro abrazo la cabrearía un montón y podría subir otra foto cabreada).