Casi todos los artistas quieren dejar una impronta para ser recordados, una marca que a veces se ve reflejada en el lenguaje que su cuerpo manda al mundo. Si no que se lo digan a J Balvin, un músico inmenso del que te hemos hablado muchas veces en Yasss y que ha destacado por ser no solo un gran artista, sino una bestia tatuada que ama este arte tan complejo y ha permitido que su cuerpo se llene de tinta y de marcas que le definen.

Te contamos un poco de historia sobre ellos en Yasss.

En una entrevista para GQ, juntando las manos a modo de rezo, como si se emocionara con la idea de recordar ese momento, J Balvin cuenta que solo tenía doce años cuando decidió hacerse su primer tatu. Lo curioso es que le pidió permiso a su madre. “Ma, ¿qué opinas”. Parece que la madre de Balvin, como un césar romano, consintió con el pulgar arriba un capricho de su bebé. Creyó que estaba bromeando y eso le dijo: adelante, hijo mío. ¿Sabía J Balvin entonces que los tatuajes iban a convertirse en una pasión? Es probable que la semilla ya hubiera agarrado y no pasase mucho tiempo hasta que el colombiano se dejara marcar otra vez.

A la pregunta de una presentadora de televisión, en 2014, cuando no contaba con la inmensa cantidad de tatus que tiene ahora, respondía: “Yo creo que todos los seres humanos somos diamantes. Nos vamos puliendo con el tiempo. Brillamos como lo hemos soñado, así que de eso se trata: ir evolucionando como personas para poder brillar y compartir con el mundo”. En ese mismo encuentro se pueden ver su cuello, sus nudillos y sus manos, vacíos por completo de tinta, algo que con los años ha ido cambiando, a medida que Balvin ha encontrado nuevos símbolos con los que llenar su cuerpo de guiños y mensajes cifrados a sus propias pasiones.

En una entrevista más reciente, esta vez para GQ, el reguetonero colombiano se muestra como un niño que juega siempre con la idea de tatuarse en su cabeza. Habla de este arte con la cara de un crío al que le dan un juguete nuevo, uno que siempre puede probar consigo mismo. “Para mí, es otra manera que tenemos de expresarnos, como la moda o la música. Los tatuajes cuentan algo sobre quién eres tú de verdad”.

Balvin se ha tatuado casi todo el cuerpo: la cara, el cuello, los brazos, el pecho, el estómago, los nudillos. La lista de puntos donde lucirlos es demasiado larga como para descifrarlos todos, aunque el artista responde con bonhomía cada vez que sale este tema en las entrevistas y no tiene ningún problema en explicar el significado de algunos tatus.

El primero que se hizo es un mix loco de elementos que ahora ya no tienen tanto sentido para él como entonces: un símbolo de dólar, un tribal, cartas de póker, un micrófono. En esa época, todavía estaba buscando una identidad a través. La novatada del principiante. Eso sí, no tiene pinta de arrepentirse de los tatus viejos. Otro random es el de la rosa y el de Mickey Mouse con el cráneo descubierto, que se hizo para romper los estereotipos y mostrar el verdadero interior del ratón, en referencia a lo que deberíamos hacer todos: mostrarnos tal y como nos sentimos por dentro.

En cuanto a los animales, Balvin se declara un fanático de los tigres. Son sus bichos favoritos, y enseña los que tiene en el cuerpo, hasta cuatro. Algunos son enormes, como ese tigre de bengala en colores vivos, o ese otro que tiene en la mano, justo encima de los nudillos. “Me enamoré de ellos cuando fui a Tailandia y conocí mejor su cultura”, cuenta.

El músico colombiano tiene a las mujeres presentes en su vida, y las ama y las respeta tanto que varios de sus dibujos corporales reflejan este vínculo. Uno está en el antebrazo derecho, en su parte exterior, y representa a una virgen María, para conectar con su filiación religiosa y su afición por la meditación y la mística. Cerca de ese tiene otro con una corona de espinas que cierra la cabeza de otra mujer; una especie de señal mística compartida entre el rostro y la corona. Más abajo, hay otro. Esta vez es una mujer que nos mira de frente. En el brazo cuenta con la representación de una mujer que parece india (por su penacho de plumas), lo tiene en el brazo izquierdo. A ese hay que sumar el último, y uno de los más importantes: el tatuaje en honor a su hermana Carolina en el antebrazo derecho, con el rostro desafiante y los labios entreabiertos.

Por otro de sus tatus sabemos que Balvin adora a los suyos y lo más importante para él es tenerlos cerca del pecho mientras crea su música y crece su carrera. Así reza un tatu enorme que tiene en el pecho dibujado con una especie de lettering refinado de tinta verdosa: “Familia”. Dice sobre él: “Realmente para mí la familia es lo más importante, y eso incluye a los que me apoyan, y a la fundación que tenemos para los niños con cáncer, mi familia de sangre. La familia implica para mí un gran sentimiento, en mi pecho y en mi corazón”.

Ni J Balvin sabe cuántos tiene o tendrá, porque es previsible que la lista siga creciendo. Dice que, hasta la fecha, cree tener más de 40.