El reguetón siempre ha sido un género cuya estética rezuma el concepto del dinero y la ostentación, así que es habitual que la fortuna de algunos de sus representantes sea motivo de discusión y salseo, encendidas polémicas y deseos no confesados de los fans del género urbano: “¿Algún día podré tener una bañera chapada en oro y la casa llena de dálmatas? ¿Cómo es posible que con tantos millones en el banco se haya comprado ese outfit tan espantoso?”
Entre sus adalides, uno de los que más interés despierta y más premios internacionales, que bien podría cambiar su apodo de ‘conejo malo’ por el de ‘conejo rico’. Se rumorea que el autor de ‘El último tour del mundo’, con siete premios en los últimos Bill Board Latinos 2020, nada muy a gusto entre toneladas de billetes.
Vamos a hacer cálculos.
Sin paños calientes: Bunny, aka conejo malo, tiene tanto dinero como para haber sido considerado por varias fuentes uno de los cantantes mejor pagados del mundo. No contamos, además, esa nueva faceta profesional que le ha obligado a enfundarse las mallas de wrestling y a pelear por la mejor torsión de codo en la liga profesional estadounidense de este deporte. Se asume que por este contrato millonario que habrá sumado otros tantos ceros a su cuenta.
Seún el portal Celebrity Net Worth, que se ha especializado en calcular las cuentas bancarias, patrimonios, y excentricidades caras de las celebrities estadounidenses, se estima que la fortuna del cantante ronda los 8,2 millones de dólares. Es una máquina de hacer dinero.
Puede parecer una cifra muy alta, pero si vamos a los números, salen las cuentas. Cuando el conejo malo saltó a la fama, en 2016, se embolsaba unos 31000 dólares por concierto o actuación. Unos 800.000 dólares al año, a los que había que restar gastos, mantenimiento, salarios del staff y tarifa de la discográfica (el 50% aproximadamente). La cifra limpia solo para ese año es de unos 350.000 dólares, con todos los conciertos de la gira por Europa, 21 en total.
No obstante, los números bailan cuando son otras fuentes las que indagan en la fortuna mareante de Bad Bunny. El portal estadounidense FX, dedicado a las finanzas, apunta todavía más alto y afirma que el conejo malo ha llegado a cobrar hasta 100.000 dólares por show. Pollstar lo incluye entre las ligas mayores de artistas con las giras de conciertos más lucrativas de todo el mundo, y arroja una cifra de vértigo (mejor si te sientas, tú que estás leyendo): 1,1 millones de dólares por gira, no sabemos si completamente limpios o aún por descontar todos los gastos.
Todas estas cantidades se calcularon antes de que Bad Bunny subiera otro peldaño en la liga de los grandes (y los más ricos) y actuara en el intermedio de la Super Bowl estadounidense, acompañando a Jennifer Lopez y Shakira. Teniendo en cuenta que este evento es seguido por más de cien millones de personas cada año, es lógico pensar que su patrimonio y su fortuna se hayan disparado a raíz de esta aparición. Las cifras de lo que pudo cobrar por participar no han sido reveladas.
Como muchos otros reyes del género urbano, Bunny tiene un poco de urraca obsesionada por el bling bling y es un fanático de la bisutería y el lifestyle basado en enseñar un buen pedrusco en el dedo. Le apasionan los diamantes, las cadenas de oro, los anillos pintones, y por lo demás es un cliente habitual de Russo, la joyería neoyorkina que provee de alhajas a otras estrellas del género urbano como Karol G, Ozuna o Maluma.
Su grillz (funda para los dientes chapada en oro blanco y diamantes) no le habrá salido precisamente barato. Muchos artículos han fantaseado con el precio de un objeto que el cantante luce muy a menudo y al que debe de tenerle más cariño que a sus seres queridos. ¿La cifra? Más de 100.000 dólares.
Sumemos a esto, por lo demás, todos los lujos que se esperan de una personalidad con tantos ceros en la cuenta bancaria: varias mansiones, jet privado (posiblemente con un minibar a reventar de Möet Chandon), unos cuantos relojes de lujo de alta gama tipo Rolex y algunos superdeportivos. Le encantan los Ferraris y los Lamborghinis.