"-Adolfo: Chiquillos, ya han salido las entradas. ¿Las compramos?
-Raúl: Prefiero esperar a ver quiénes forman el cartel de este año
-JM: Tío, Raúl, no seas aburrido y vamos
-Adolfo: No los puedo ni ver… YO SÍ VOY"
La gente sabe de la existencia del SanSan Festival, del FIB, comentan una y otra vez las actuaciones de Rosalía o J Balvin en el Coachella y hasta se compran las entradas del MadCool para subir a Instagram la foto de turno ante el mítico letrero creado para el postureo. La gente también sabe, obviamente, de la existencia de Eurovisión, el festival de música más importante a nivel mundial por mucho que a Amaia le parezca solo uno más. Pero, ¿sabe la gente que los representantes de cada país hacen una gira por varios países de Europa promocionando su candidatura y regalando noches de fanatismo desenfrenado a los eurofans?
Mientras mis compañeras de piso estaban en París o China y mis followers no paraban de subir stories de vírgenes en procesión, mi plan fue quedarme en Madrid esta Semana Santa para disfrutar de la fiesta eurovisiva por excelencia y conocer en persona a los candidatos a ser sucesores del trono de Netta o gozar de la velada junto a Miki, Famous, Dave, Noelia y Alfonso al son de Las Ketchup.
No, no quedé con ellos previamente por correo electrónico ni mensaje de Whatsapp. Tampoco me invitaron a unas copas (muy a mi pesar, ¡que costaban nueve euros!). Tan solo nos encontramos en La Riviera horas antes de empezar el espectáculo y me pusieron al día de todo lo bueno que está por llegar. Los chicos estaban pletóricos, transmitían felicidad. Tanto, que tenía la sensación de conocerlos de toda la vida. Ya luego lo entendí todo: no queda nada para que se publiquen sus primeros singles y estaban deseando contarlo. Bueno, todo no; solo lo que pueden. Me decía Dave que, por supuesto, su canción “va a ser muy movidita y con rollito andaluz”, el de Alfonso “muy latino, en su línea” y Noelia va a apostar por un medio tiempo, nada de las típicas baladas. A estos chicos les cambió la vida de la noche a la mañana con una pegatina en el pecho, pero afrontan con entusiasmo y emoción tanto las cosas buenas como las malas de un mundo que se antoja difícil: el de la música y las casas discográficas.
"Los días que me arreglo y me pongo mono para salir a la calle no me para ni Dios, pero cuando voy en chándal todo el mundo quiere fotos", bromeaba Dave cuando les pregunté por el interés que generan en sus seguidores y cómo se tomaban que estos pidieran fotos hasta comiendo una hamburguesa y con la boca manchada de mostaza (algo que nos pasa a todos, y el que diga que no, miente). Noelia se moja y va más allá: "Lo malo es cuando te la estás comiendo, y graban sin que te enteres y sin pedir permiso. Me quedo en shock". Cariño y respeto, así deberían ser las relaciones entre los artistas y sus fans.
¿Y de Eurovisión, qué? ¿Se animarían a ir? "Tenemos 20 años, fíjate si nos queda camino por delante para poder ir o no a Eurovisión". Cuánta razón…
Entre el jaleo de una multitud de medios, representantes, músicos, fans y unas polacas que no paraban de gritar (digo, cantar), vi a lo lejos una larga cola. Me acerqué para ver qué regalaban, algo muy ‘typical spanish’, pero en realidad solo estaban esperando para pasar un ratito con Miki, el representante de España en Eurovisión 2019. ¿Me iba a ir y perder la oportunidad de tenerle a él y a su brazo muy cerca y que me contara qué tal está llevando semejante responsabilidad? Exacto, NO.
Al igual que sus compañeros, él también estaba emocionado. Se le veía con ganas de pasar una buena velada con los suyos y la gente que le ha arropado con mucho cariño desde que 'La Venda' llegó a nuestras vidas. La defiende con empeño porque verdaderamente le gusta su canción y cree que, de haber tomado él la iniciativa de presentarse al festival, habría apostado también por algo así.
En cuanto a la puesta en escena que veremos el próximo 18 de mayo sobre el escenario en Tel Aviv, dice tenerla más que lista y que "vamos a flipar". Su mayor reto: dejar a todo el mundo contento y cerrar un círculo que está saliendo a pedir de boca.
Ojalá un Top 10. No solo porque la canción es de lo más español que podamos llevar a Eurovisión, sino porque ha demostrado que ser un buen candidato en el festival es más que afinar todas las notas y bailar sobre unos tacones a golpe de ventilador: es cuestión de actitud y trabajo constante.
Sin duda, la #PrePartyES que organiza Eurovision-Spain es la fantasía que todo eurofan quiere vivir. Ahora solo queda disfrutar 💃💃💃