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Que Amaia no se depile sigue sorprendiendo, ¿nos acostumbraremos a las mujeres con pelos?

  • ¿Es una pesadez total que cada vez que a una mujer se le ven los pelos de las axilas tenga que ser noticia?

  • ¿O es necesario que sea noticia para que la gente se vaya acostumbrando a que las mujeres tienen pelos, como todo el mundo?

  • ¿Se imaginan vivir en una sociedad en la que las decisiones que cada persona toma por su cuerpo no abrieran debates como estos?

Todas las mujeres sabemos que tenemos pelos. En la cara (cejas, bigotillo, incluso mentón), en los brazos, en el pecho, en la tripa, en el culo, en el pubis, en las piernas, ¡hasta en los dedos de los pies! ¡Qué atrevimiento! Pero parece que, a estas alturas de la vida, cuando llevamos por lo menos 200.000 años caminando sobre La Tierra, algunas personas aún no se han enterado. Por eso se llevan las manos a la cabeza cuando ven a una mujer, por ejemplo, Amaia Romero, con pelos en las piernas o en las axilas.

No, en serio, todos los seres humanos tienen pelo, con algunas excepciones relacionadas con problemas de salud, sus tratamientos o condiciones genéticas. Lo que pasa es que a alguien, en algún momento de la historia se le ocurrió que el pelo no molaba nada. ¿Quién? No lo sabemos. Pero si lo supiéramos, lo odiaríamos. Porque por culpa de esa mente prodigiosa hay, actualmente, toda una industria creada a partir de la idea de que el pelo no es bonito, no es estético, incluso no es higiénico y es mucho mejor quitárselo. Ya sea de manera definitiva (¿a quién no le va a gustar un buen laserazo?) o cada vez que crece (con productos de depilación como cera, cuchillas, cremas...).

La ciencia dice que el pelo tiene una función, en muchos casos superimportante, como el vello púbico que protege nuestros genitales. Pero es que los medios de comunicación llevan décadas diciéndonos a las mujeres que el vello no es bello, y cómo no íbamos a hacerles caso. Lo peor es que toda esta movida del pelo se ha convertido en un debate social, y ha permitido que todo el mundo sea libre de opinar sobre quién puede ser peludo y quién no. Por norma general, las mujeres no. Por lo tanto, muchas de ellas se dejan sus buenos dineros, sufren dolor o efectos secundarios de la depilación por pura presión social.

Menos mal que tenemos a artistas como Amaia Romero, Zahara o Martina Cariddi, o influencers de redes sociales que están ayudando a romper estereotipos y a devolverle a las mujeres lo que siempre fue suyo: los pelos en las axilas, en las piernas, o en cualquier otra zona de su cuerpo.

Es cierto que cada vez que una famosa se deja ver con pelos en alguna parte de su cuerpo que no sean las estrictamente permitidas por las guías del buen gusto (vamos, melena y cejas) automáticamente esa famosa se convierte en noticia. Sí, nosotros también hemos cubierto ese tipo de cosas, para muestra, este vídeo:

Pero también es cierto que si el mensaje de esas mujeres que van a una alfombra roja con sus pelos o se ponen un bikini sin haber dedicado ni un solo segundo a pensar en la cuchilla no lo apoyan los medios de comunicación, los mismos que promulgaron el canon estético de la mujer occidental depiladísima, ¿cómo podría visibilizarse la alternativa a arrancarse o abrasarse todo el vello corporal para ser socialmente aceptada?

Y todo esto ha vuelto a ocurrir porque Amaia Romero ha compartido varias publicaciones en su cuenta de Instagram y en una de ellas se le ven los pelos de las axilas. No es nada nuevo, ya que Amaia lleva años sin depilarse, pero ha vuelto a trascender y a generar un pequeño debate en torno a lo que las mujeres hacen con su propio cuerpo.

Porque si miramos este panorama con ojos críticos, lo que salta a la vista tiene un nombre: machismo. Y el machismo, actualmente, levanta ampollas. A cualquier mujer que señale que cualquiera de sus malestares es fruto del machismo estructural de nuestra sociedad se la llama exagerada. Sin embargo, eliminar cada uno de los miles de pelos que hay en tu cuerpo de la nariz para abajo para que "no des asco" no es una exageración en absoluto. Es lo normal.

Que una mujer tenga pelos en las axilas y haga una vida normal así es, primero, una elección personal en la que no deberíamos meternos nadie (sooorry), y, segundo, un acto de rebeldía total. Porque, desgraciadamente, si da un concierto pero tiene pelos en los sobacos en lo que se va a fijar mucha gente es en lo segundo; si va a una gala de premios y tiene pelos en los sobacos da igual cuántos galardones se lleve a casa; y si comparte una serie de vídeos y fotografías en su cuenta de Instagram, aquí estaremos los medios de comunicación para sacar chicha de ello sabiendo el interés que genera verle los pelos a una famosa. Para enseñar nuestros pelos tenemos que tenerlos bien puestos.