Es un hecho: vivimos en una sociedad LGTBfóbica
¿Qué es la LGTBfobia?
Aitor: Son discriminaciones estructurales que sufren aquellas personas que tienen una orientación afectivo-sexual o una identidad de género no normativas (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales…). Están basadas en prejuicios y estereotipos, y pueden tomar muchísimas formas: agresiones físicas y verbales, rechazo social y familiar, desprotección legal, acoso escolar, desigualdad de oportunidades laborales… Muchas veces tendemos injustamente a centrarnos sólo en la homofobia, y más particularmente en las discriminaciones que sufrimos los hombres gay (tristemente, sólo hace falta ver la falta de diversidad en el imaginario y las reivindicaciones en medios durante el Orgullo), pero lo cierto es que la LGTB-fobia afecta con mucha fuerza y con distintas particularidades, a todas las realidades del colectivo (lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, asexuales…).
¿Podríais darnos algún ejemplo de esas particularidades?
Gloria: Por ejemplo, en el caso de las personas bisexuales, además de la homofobia, hay dos actitudes bífobas que se repiten muy a menudo. Por un lado, la invalidación de esta orientación. La creencia de que en algún momento tendrás que elegir o de que solo estas confundido provoca una inseguridad muy perjudicial a la hora de construir tu identidad. Por otro, la idea de que no somos confiables, porque no podremos ser fieles o porque transmitimos muchas enfermedades de transmisión sexual. Estas dos creencias están muy extendidas y dificultan bastante las relaciones sexo-afectivas, tanto dentro del colectivo como en el mundo hetero.
Aitor: Otro ejemplo concreto podría ser el de la plumofobia. A menudo parece que ser gay está aceptado, siempre que sigas los cánones tradicionales de género. En cuanto te alejas de ellos, aumenta la discriminación, muchas veces incluso dentro del colectivo. Creo que es hora de que dejemos de imponer visiones limitadas y nocivas de qué es “ser masculino”, y empecemos a admirar la valentía de todas esas personas que desafían las expectativas de la sociedad y consiguen con sus actos un mundo más libre para todos.
¿Vivimos en una sociedad LGTB-fóbica?
Gloria: Sin duda. Aún quedan muchas cosas que mejorar para que una persona LGTB pueda desarrollarse y ser tratada en sociedad igual que alguien cis-hetero. La LGTB-fobia se ve en muchos lugares. Nuestros propios estudios siguen mostrando un alto índice de insultos LGTB-fóbicos en los institutos, y sólo el año pasado se registraron casi 300 agresiones con esta motivación en la Comunidad de Madrid. Por no hablar de las numerosas discriminaciones habituales en el día a día. Sin embargo, también creo que el avance ha sido grande los últimos años, por ejemplo en cuanto a visibilidad trans o en la facilidad de los y las adolescentes para salir del armario.
¿Por qué sigue siendo motivo de discriminación la orientación sexual de una persona?
Gloria: Para mí hay dos motivos principales: uno el desconocimiento, pues tendemos muchas veces a odiar lo que no entendemos; y otro el machismo, que es la base de muchas actitudes LGTB-fóbicas.
¿Cuáles son los contextos más LGTB-fóbicos actualmente?
Gloria: Creo que catalogar todo un grupo como LGTB-fóbico no sería muy exacto y podría llevar a fomentar estereotipos nocivos. Yo por ejemplo conozco el mundo rural, y sé que puede ser más complicado, pero quizás más por la dificultad de encontrar iguales que porque realmente haya más gente LGTB-fóbica.
Aitor: Cuando hablamos de estos temas, siempre es tentador señalar otros países, u otros entornos concretos, pensar “qué mal están ahí las cosas”, y dejar que todo a tu alrededor siga igual. Lo cierto es que hay LGTB-fobia en todos los ámbitos de la vida, y es importante recordar que siempre hay acciones individuales que podemos tomar, aquí y ahora, para mejorar la calidad de vida de las personas que nos rodean.
¿Qué podemos hacer cuando veamos una situación de discriminación?
Gloria: Cuando somos testigos de una discriminación, lo primero es apoyar a la víctima. Es lo que siempre decimos en nuestros talleres contra el acoso escolar: la discriminación termina en el momento en el que los espectadores dejan de tolerar esa situación, y se ponen de parte del acosado. No hacen falta grandes gestos, pero una pequeña muestra de apoyo puede cambiar muchas cosas.
Aitor: Sí, estamos tan acostumbrados a ver sufrir a la gente a nuestro alrededor, que muchas veces nos inmunizamos a su dolor. En ocasiones incluso agravamos estas situaciones sin darnos cuenta, sólo por no pensar en los efectos de nuestras palabras y nuestros actos. Es importante recordar que tenemos el poder de afectar a la felicidad de quienes nos rodean con muy poco esfuerzo, tanto para bien y como para mal.
¿Y cuando somos el objeto de esa discriminación?
Gloria: Si la sufrimos… depende de cada caso concreto, pero un consejo que podría servir para todos ellos es acudir a alguna asociación LGTB, donde encontrarás apoyo y seguro sabrán cómo aconsejarte. En el caso particular de Madrid, también contamos con un Observatorio contra la LGBTfobia y una Unidad de Gestión de la Diversidad en la Policía Municipal. Es muy importante que las discriminaciones sean denunciadas y visibilizadas, para que quienes las sufren no se sientan solos, y para que las instituciones y la sociedad sea consciente de la gravedad del problema.
¿Cómo puede afectar a una persona la discriminación por su orientación sexual?
Gloria: Aparte de las consecuencias directas de agresiones físicas o psicológicas, el dolor del momento puede ser muy perjudicial a largo plazo en cuanto a sentirse a gusto con uno mismo, sobre todo si sufres la discriminación desde muy joven.
¿Qué papel juega la educación en la lucha contra la LGTB-fobia? ¿A partir de qué edad hay que empezar a tratar estos temas?
Aitor: La educación juega un papel fundamental, tanto para derribar prejuicios y estereotipos, como para visibilizar realidades que haga que las personas LGTB no se sientan solas cuando descubren algo dentro de sí mismas que no encaja con lo que se espera de ellas. Nuestro foco principal de trabajo es el alumnado de secundaria, pero cuanto antes se empiecen a trabajar estos temas en la familia y los colegios, mucho mejor.
¿Qué consejos daríais a los familiares de un joven LGTB?
Aitor: Muchas veces pensamos que es suficiente con que en las familias y los colegios no sean LGTB-fóbicos en el sentido más agresivo del término (críticas, insultos…). Lo cierto es que las personas LGTB crecemos con menos referentes, y con menos refuerzos positivos. Piensa en todas las veces que a una chica lesbiana piensa le preguntan "¿te gusta algún chico de clase?", y nunca "¿te gusta alguna chica de clase?". O en la falta de modelos visibles en cine, profesionales de éxito, etc. Puede parecer una tontería, pero esos pequeños actos se van sumando, y acaban afectando a la autoestima, a las expectativas de alcanzar la felicidad en los distintos planos de la vida. Mi consejo a las familias es siempre recalcar la valentía que implica salirse de lo que se espera de ti, presentar el hecho de ser LGTB no como algo neutral, sino como algo directamente positivo. Otro de los errores más comunes es intentar proteger a tu hijo/a del mundo, sugiriéndole que oculte o modere su comportamiento, orientación o identidad en determinados entornos. La gran mayoría de las veces, vivir con la tensión de mantener una fachada, sentir que algo tan fundamental para ti merece ser ocultado, es más nocivo que cualquier daño que pueda hacer el exterior. Asegúrale que el mundo está lleno de gente que la va a querer por quien es, y que si alguna vez se topa con dificultades, estarás a su lado.
Según vuestra propia experiencia como voluntarios de COGAM, ¿dónde hace más falta trabajar la LGTB-fobia?
Gloria: Hay que trabajarla en todos los sitios, pero sobre todo me parece importante con jóvenes, que son los que harán que la sociedad en su conjunto avance en el futuro. También es fundamental formar adecuadamente a quienes están en contacto todos los días con la ciudadanía. Esencialmente diría que la comunidad educativa, la sanitaria y los cuerpos de seguridad.
¿Dónde han sido mejor recibidos vuestros talleres? ¿Habéis notado cambios a corto y largo plazo respecto a las personas con las que habéis trabajado?
Aitor: La verdad es que siempre nos reciben muy bien. Son temas que les interesan muchísimo al alumnado, y sobre los que nadie les está hablando. Y aunque parezca que en dos horas no se puede conseguir gran cosa, la verdad es que impresiona mucho ver el efecto que puedes causar en tan poco tiempo. A veces nos escriben para decirnos que las charlas les han dado valor para salir del armario, o para tomar medidas sobre situaciones de acoso que estaban ocurriendo a su alrededor sin que nadie hiciera nada al respecto. La verdad es que es una labor tremendamente gratificante, y te anima a creer que tenemos la capacidad de construir poco a poco una sociedad más justa.
Las imágenes de este artículo pertenecen a COGAM Educación