Hay otra manera de viajar y conocer culturas nuevas sin ser el típico turista que consume, destroza y se pira con la postal en el bolsillo: el voluntariado internacional. Esta experiencia te permite colaborar con las comunidades de las zonas a las que viajas y poner tus conocimientos al servicio de quien los necesite.
¿Has terminado el bachillerato y sabes que quieres estudiar, pero no te decides por qué? ¿Tienes el título de graduado superior en la mano y quieres darle una vida útil fuera del mercado laboral, antes de empezar a buscar trabajo? ¿Sientes que puedes ayudar a alguna comunidad desfavorecida con lo que sabes y quieres aprovechar para mejorar tus capacidades lingüísticas en un idioma extranjero? Entonces, el voluntariado internacional es una opción que deberías considerar.
Los hay de distintas duraciones y en diferentes ubicaciones, y aunque Internet esté repleto de empresas que organizan voluntariados en el extranjero, en Yasss hemos seleccionado algunas de las mejores opciones para llevar a cabo esta actividad solidaria sin intermediarios que puedan sacar beneficio, para que no tengas que pagar nada por irte fuera y ayudar.
Las opciones se cuentan por cientos, así que tranquilo, ¡seguro que encuentras algo que te convence! Nuestra primera opción es el programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU), una iniciativa que “pone en contacto a las personas que desean ofrecer su tiempo, sus conocimientos o su experiencia con las organizaciones de cooperación al desarrollo y acción humanitaria que necesitan voluntarios para realizar determinadas tareas en determinados países”, según explican en la página de UNICEF.
La idea es sencilla: cuando una oficina de UNICEF que está trabajando sobre el terreno necesita personal voluntario, se lo notifica a la VNU, para que el programa seleccione a los voluntarios o voluntarias que mejor se adapten a las necesidades del equipo. Los voluntarios ONU internacionales provienen de 160 países diferente, por lo que el ambiente de trabajo es bastante internacional.
Para participar en este voluntariado hay que haber cumplido 25 años, contar con un título universitario o un diploma técnico superior y registrar tu perfil en una reserva de candidatos. La selección se suele hacer a partir de esta base de datos. Pero, si tienes entre 18 y 29 años, puedes intentar entrar en el cuerpo de Jóvenes Voluntarios de Naciones Unidas. No es necesario contar con una formación académica concreta y, aunque no suelen sacar muchas plazas y solo puedes optar cuando publican un anuncio en su página web, el único requisito es demostrar un fuerte compromiso con la paz y el desarrollo.
Muchas ONG tienen su propio servicio de voluntariado internacional. Es el caso, por ejemplo, de GreenPeace, Oxfam y Vicente Ferrer, entre otras muchas. Los requisitos de cada proyecto y organización están publicados en sus páginas web.
No todo el mundo lo sabe, pero aunque las Erasmus más conocidas sean las becas que permiten la movilidad entre centros de estudios, hay otras dedicadas al voluntariado entre jóvenes europeos. Es un programa para la juventud de la Comunión Europea y está enmarcado dentro del programa Erasmus+ bajo el nombre de EVS (European Voluntary Service).
La idea es sencilla: jóvenes europeos de entre 17 y 30 años tienen la oportunidad de realizar una experiencia de educación no formal en un país del continente. Los proyectos de SVE están organizados por asociaciones del país de origen y pueden ser de corta duración (de dos semanas a dos meses) o de larga duración (de dos meses a un año). Durante este tiempo, los voluntarios participan en una actividad social sin ánimo de lucro.
¿Lo mejor del EVS? Hay cientos de proyectos (seguro que encuentras uno que te gusta y encaja con tu nivel de formación) y que, al ser una beca, no tendrás que poner dinero de tu cartera. Las asociaciones reciben prestaciones de la Comisión con las que pagar a sus voluntarios, que recibirán un pequeño sueldo en concepto de gastos de desplazamiento, alojamiento y manutención, dinero de bolsillo, transporte local y formación. Además, estos voluntariados incluyen cursos de idiomas.
En un EVS de larga duración no puedes trabajar más de 38 horas a la semana, librarás dos días a la semana y te corresponden otros dos de vacaciones por cada mes trabajado. Lo malo es que solo se puede participar una vez en la vida en estos proyectos. Si no te atreves a apostar por uno de larga duración, siempre puedes hacer uno más breve y, si te gusta la experiencia, apuntarte por fin a un EVS.