12 chicas nos cuentan qué hacen para llegar a casa a salvo cuando salen por la noche
yasss.es
18/12/201811:33 h.Hemos hablado con varias mujeres jóvenes para saber cómo se sienten cuando vuelven de noche a casa. Como si de otra más de las obligaciones femeninas impuestas por la sociedad se tratase, del mismo modo que muchas chicas tienen sus truquitos de belleza, la mayoría también ha asumido que tomar alguna de estas medidas cuando camina sola por la ciudad.
Que las mujeres se hayan tenido que acostumbrar a protegerse solo puede significar una cosa: que se sienten desprotegidas. Las estadísticas están ahí: con motivo de la celebración del 8M, Día de la Mujer, se publicaron una serie de datos que mostraban la realidad en la que vivimos en España: según una encuesta de Metroscopia, 1 de cada 3 mujeres se ha sentido acosada sexualmente. El porcentaje asciende hasta el 47%, casi 1 de cada 2, entre las mujeres de entre 18 y 34 años.
Rocío, 29: spray de pimienta
Llevo gas pimienta en el bolso cada vez que salgo y cuando salgo del metro o del bus de camino a casa, lo llevo en la manga del abrigo preparado para usar. Sé que no es legal o que hay un vacío legal y, no sé qué pasaría si usase (probablemente y viendo cómo está la justicia con las mujeres saldría peor parada), pero lo llevo porque he pasado y paso miedo cada vez que vuelvo sola a casa. Yo voy a seguir volviendo sola porque como dicen mis compañeras "quiero ser libre, no valiente".
Tina, 22: Usar apps que avisan de dónde estás
Yo uso una app que se llama Companion, que dice a mis amigas donde estoy en cada momento del trayecto. Cuando llego, pulso un botón que avisa de que estoy bien. Si ese botón no se pulsa, sería señal de que algo va mal
Carmen, 24: llamar a la policía al menor indicio
Siempre llamo a alguien cuando estoy volviendo a casa. Además tengo guardado el número de la Comisaría de Tres Cantos, que está al lado de mi casa, para perder menos tiempo si me siento amenazada.
Sonia, 20: correr por zonas muy transitadas
Nunca he tenido ningún problema pero tengo tan interiorizado tomar precauciones cuando corro que ni siquiera tengo que pensarlo. Si salgo cuando ya ha anochecido hago un recorrido distinto para ir solo por zonas muy transitadas y miro con envidia a los chicos que corren por los caminos del parque, mucho más cómodos y bonitos, mientras yo voy por una acera estrecha pegada a los coches.
Sandra, 30: fingir que hablas con alguien por el móvil
El móvil me ayuda a sentirme menos sola cuando voy por la calle de noche y me siento amenazada. Finjo hablar para que sepan que hay alguien conmigo al otro lado, que podría dar un grito de alarma en cualquier momento, que quien está al otro lado del teléfono tendría detalles del físico de la persona sospechosa… Un engaño disuasorio que, lamentablemente, no evitaría que algo me ocurriera si un indeseable se cruza en mi camino.
Beatriz, 32: usar la ubicación en tiempo real de WhatsApp
No lo hago siempre por sistema, pero sí lo he hecho varias veces. Comparto con mis amigos mi ubicación en tiempo real para que ellos sepan por dónde estoy yendo. Mi padre me insiste mucho en que siempre coja un taxi, pero los taxis son caros y no puedo coger un taxi cada noche que salgo de casa.
Diana, 35: no pensar en lo que te podría pasar y actuar con normalidad
A pesar de que hace alrededor de tres años un hombre a plena luz del día me persiguió desnudo mientras se masturbaba, cuando vuelvo sola a casa, no hago nada especial ni pienso que me puedan hacer nada. Quizá por mi manera de ser, o porque no quiero pensarlo, no tomo ninguna medida especial.
Esther, 27: usar las llaves de casa como arma
Desde que vivo sola tengo más cuidado al volver a casa. Y siempre tomo medidas. Si lo piensas, es muy chungo que tengamos tan interiorizado todas que hay que tener cuidado. Por ejemplo, saco las llaves por el camino, no me paro en la puerta y las saco. Y las aprieto dentro del puño con los picos saliendo por los nudillos, por si acaso tuviese que defenderme. Si coincido con alguien a la altura del portal, sigo adelante hasta que la otra persona se aleja y luego me doy la vuelta. Lo peor de todo es tener tan interiorizado que es cualquier momento puede pasar algo. Y no es psicosis: todos los días de todas semanas de todos los años pasan cosas.
Patricia, 28: fingir ser más fuerte
Cuando vuelvo a casa después de una noche de fiesta, como supongo que la mayoría de mujeres, tengo miedo. ¿Qué hago para prevenirlo? Muchas cosas. Pero sobre todo, como soy grande y puedo parecer fuerte aunque en realidad no es así, ando como si yo fuera un mazado de gimnasio y mi potencial rival fuera un oso. Incluso me sueno los mocos y me recojo el pelo si lo llevo suelto. Vamos, que intento hacer cosas con el cuerpo que me hagan potencialmente cero atractiva.
Andrea, 25: hablar con alguien durante todo el camino
Nací en Móstoles pero vivo en Madrid. Mis amigas siguen viviendo en Móstoles así que se suelen ir juntas por un lado y yo por otro. Lo que hacemos es que en el mismo momento de despedirnos las llamo por teléfono hasta que entro en el portal (les voy diciendo por dónde voy, cómo está la calle, etc), y vamos hablando todo lo que dure el camino hasta mi casa.
Quan, 29: pedir que alguien te acompañe a casa
Mi truco es volverme siempre acompañada. Y no es fácil. Lo bueno es que tengo amigos y amigas en la misma zona, pero muchas veces me ha pasado que me lo estoy pasando bien, pero me tengo que ir porque mi amiga se quiere ir y si no me tendría que volver sola más tarde. Si aún así tengo que volver sola, lo hago en taxi o Uber. Y aviso siempre de que he llegado bien. Eso todas las del grupo lo hacemos
Pilar, 31: volver a casa en taxi
Yo siempre que vuelvo a casa sola procuro hacerlo en taxi y siempre me fijo en el número de la licencia y se lo mando a algún amigo por lo que pueda pasar. No le digo al conductor que se espere a que entre al portal, no me fío. De hecho, le suelo decir que me deje en el número de antes. Además una vez en casa, el mensaje de rigor a los que se quedan de "Ya en casa, he llegado bien".