Tengo Trastorno Límite de la Personalidad y así es mi vida ahora
Los Trastornos de la Personalidad son los grandes olvidados de la psicología y la psiquiatría, llegando algunos profesionales a afirmar que no existen. Sin ánimo de suscitar ningún debate, si te das un paseo por el área de psiquiatría de un hospital o por un centro de día para personas con problemas psicológicos, todas tus dudas se disipan.
El problema es que el tratamiento de estos trastornos es muy complicado, ya que son de larga duración, por no decir crónicos. Para entender esto mejor, imaginaos a una persona con depresión. Con un tratamiento psicológico y, si es necesario, farmacológico, puede remitir el episodio. En el caso de los Trastornos de Personalidad los tratamientos no van enfocados a ponerles fin, sino a aprender a convivir con ellos.
Por otro lado, al ser tan diversos, el abordaje terapéutico puede resultar complicado. Por suerte con una buena colaboración, una adecuada relación terapéutica y una terapia que se adapte a las necesidades del paciente, se puede mejorar su calidad de vida.
Pero, ¿qué es un Trastorno de Personalidad?
Como comentaba al comienzo del artículo, se trata de un patrón de conducta y experiencia interna alterado en cuatro áreas:
- cognición. Por ejemplo, con pensamientos distorsionados sobre uno mismo y los demás.
- afectividad. Por ejemplo, con emociones muy intensas o cambiantes.
- relaciones interpersonales. Por ejemplo, con excesiva dependencia.
- control de los impulsos. Por ejemplo, con conductas suicidas.
Este patrón no es algo que aparezca de la noche a la mañana. Su inicio se remonta al final de la adolescencia o comienzo de la edad adulta, y se extiende a muchas situaciones personales y sociales. También es estable y de larga duración, como decíamos antes.
Además, al hacer un buen estudio del estado del paciente, no encontramos otros trastornos psicológicos que expliquen mejor este patrón de conducta. Sobra decir que provoca mucho malestar y deterioro social, laboral o de otras áreas del paciente.
¿Cuántos Trastornos de la Personalidad hay?
Cumpliendo los criterios generales que acabamos de ver, podemos encontrarnos con 10 tipos, cada uno con sus características propias: Paranoide, Esquizoide, Esquizotípico, Antisocial, Límite, Histriónico, Narcisista, Evitativo, Dependiente y Obsesivo-Compulsivo.
Sobra decir que hablar de estos trastornos es algo serio. Que tu primo muestre ciertas tendencias narcisistas no implica que tenga un Trastorno de la Personalidad. Lo mismo sucede con personas dependientes, excéntricas, suspicaces o que evitan las relaciones sociales. No patologicemos todo y, sobre todo, no diagnostiquemos al vecino del quinto sin tener ni idea de psicología ni psiquiatría.
Viviendo con TLP: el caso de Paola
Paola tiene 25 años y hace dos fue diagnosticada de Trastorno Límite de la Personalidad (TLP). Tras un intento de suicidio, comenzaron a hacerle pruebas psicológicas para comprender su situación. Desde entonces acude a un centro de día y hoy ha querido visibilizar el TLP.
"Mi historia con el TLP empezó, en mi opinión, cuando era pequeña. Creo que mi madre también lo tenía, pero murió joven y no había tanta información sobre estos temas. Es muy curioso cómo todos los problemas psicológicos se esconden y se tapan. Yo pensaba que mi madre había sido una persona feliz que murió por culpa del cáncer y que por eso en sus últimos años de vida estaba tan apagada. Resulta que tenía una depresión no tratada y que se había intentado suicidar varias veces. Todo esto yo no lo recuerdo y no me enteré hasta que mi padre se lo contó a mi psiquiatra en plan "oye, que su madre tenía esto, a ver si tiene algo que ver con el intento de suicidio de la niña".
Cuando murió mi madre yo tenía 7 años o así, y desde entonces me criaron mi padre y mi abuela. Lo hicieron lo mejor posible, pero siempre me sentí muy desvinculada emocionalmente hablando. No tenía con quién hablar de mis sentimientos porque mi padre era un poco como una piedra con estos temas.
En el instituto me sentía fuera de lugar. Cuando hacía alguna amiga me daba tanto miedo que pasase de mí, que la intentaba retener de una forma superchunga. Me inventaba cosas para dar pena o metía mierda sobre otra gente para ser su única amiga. Obviamente la gente pasaba de mí y yo me sentía sola.
Como me sentía así, hablaba con gente por Internet y a veces quedaba con desconocidos. Por suerte nunca tuve ningún susto, pero es verdad que podría haberme pasado cualquier cosa. Conocí a gente maja en su mayoría, pero también a algún colgado y baboso.
Esta situación de soledad también afectaba mucho a mi autoestima. A veces pensaba "estás sola porque eres demasiado lista e interesante y nadie está a tu altura" y otras pensaba "estás sola porque eres una mierda de persona y a nadie le interesas". Me movía entre esos dos polos, y esto también me pasaba con los demás. Cuando conocía a una persona la endiosaba, pero en cuanto notaba cualquier bobada que no me encajaba se convertía en lo puto peor.
Me pasé años sintiéndome vacía. Esa es la palabra que mejor lo define. Intentaba llenar ese hueco cabreándome o estando triste, pero al final del día no había nada, solo un vacío.
Con el tiempo pasé a la universidad y tuve rachas mejores y otras peores, pero toqué fondo cuando acabé la carrera a los 23 años. Tuve que volver a casa con mi padre y me empecé a sentir una carga hasta el punto de creer que mi padre estaría mejor sin mí. Me monté una película mental terrible. Me intenté suicidar. No era la primera vez que me autolesionaba, pero sí era la primera vez que lo hacía con intención de morir. Las otras veces quería sentir algo o que la gente viera lo mal que estaba.
Mi padre llamó a emergencias y me llevaron al hospital. Por suerte de aquel momento tan malo saqué algo positivo: una respuesta a lo que llevaba sintiendo toda la vida. "Creemos que tienes Trastorno Límite de la Personalidad". Y todo empezó a tener sentido.
Desde hace dos años voy a un centro de día en el que hay más gente como yo. Algunos no pueden ni siquiera trabajar y otros han perdido la custodia de sus hijos. He visto como compañeros dejaban de venir porque habían intentado suicidarse, pero también he visto cómo otros renacían de sus cenizas. Sentirme comprendida por mis compañeros y por los psicólogos del centro está ayudándome a ser feliz, por eso animo a todos los que tengan TLP a pedir ayuda. Yo ya no sobrevivo, VIVO."
El objetivo de este artículo no es fomentar el autodiagnóstico, sino divulgar y visibilizar los Trastornos de Personalidad. Si sospechas que padeces alguno, ponte en contacto con un psicólogo.