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He suspendido muchas asignaturas y no sé cómo decírselo a mis padres

yasss.es 03/04/2019 16:50

Durante segundo de bachillerato nos pasamos horas y horas imaginando cómo será vivir "el sueño universitario", pero a veces el primer año de carrera se asemeja más a una pesadilla.

  • Las expectativas nos juegan una mala pasada: el cine nos pinta la universidad como la mejor experiencia de nuestra vida y empezamos el curso pensando que haremos amigos, saldremos de fiesta todos los días y sacaremos matrículas de honor. Por desgracia, la realidad se aleja mucho de la ficción.
  • Las asignaturas son más duras de lo que pensamos: obviamente hay carreras más fáciles que otras, pero casi siempre suele haber alguna asignatura complicada o que se nos atraganta. El miedo a suspender y tener que pagar la segunda matrícula puede empeorar la situación.
  • No nos gusta la carrera que hemos elegido: muchos universitarios sufren mucho porque la carrera es totalmente diferente a lo que habían pensado. Intentan seguir adelante, pero suspenden y no porque no lo intenten, sino porque no les gusta. Este malestar es incluso mayor cuando son los padres quienes influyen en la decisión de escoger una carrera.

Esta situación le es familiar a Loren, un estudiante que acudió a mí en busca de ayuda, y con su consentimiento he decidido compartir su correo electrónico en Yasss para ayudar a otros en su situación:

"Hola Marina, quería hacerte una consulta psicológica a ver si puedes echarme una mano. Este año empecé la universidad y estoy estudiando Farmacia. Acaban de salir hace nada las notas definitivas y he suspendido 3 de 5 asignaturas. Las otras dos las he aprobado, pero con nota baja.

Me esperaba suspender porque para mí la universidad está siendo bastante jodida. Me metí en Farmacia porque mi madre es farmacéutica y pensaba que era lo que me gustaría, pero luego no tiene nada que ver a lo que yo me imaginaba. No me gustan las clases, me da la sensación de que los profesores vienen a leer un PowerPoint y ya. Las asignaturas no me interesan tampoco mucho, y es que lo pienso y a lo mejor ser farmacéutico no es mi sueño.

Aunque mis padres me quieren mucho y tenemos buena relación, son un poco estrictos con esto de la universidad. A mi me gustaría poder aprobar todo, sacarme la carrera para que estén contentos y ya después igual hacer otra cosa que me guste cuando tenga mi dinero ahorrado.

Lo que me da miedo es decirles todo esto: que he suspendido, que se me van a acumular asignaturas el año que viene y que no me gusta la carrera, aunque lo vaya a seguir intentando. ¿Les debería decir todo esto o sólo decirles que he suspendido y callarme cómo me siento? ¿Y cómo se lo digo?"

Como psicóloga, siempre soy partidaria de hablar las cosas. La comunicación es muy importante en cualquier relación interpersonal, especialmente con nuestra familia. El problema es que a veces los padres pueden ser duros o preocuparse en exceso; por eso puede ser útil escribir nuestros sentimientos y que ese texto nos sirva de guion, y después darles un tiempo para que asimilen la situación.

El problema de Loren no es haber suspendido 3 asignaturas, sino estar estudiando algo que no le gusta. Este fenómeno psicológico se llama disonancia cognitiva, y ocurre cuando actuamos en contra de nuestras creencias. Para justificar esa conducta disonante recurrimos a cualquier argumento. Por ejemplo, "sólo son 4 años de carrera", "a lo mejor me acaba gustando", "si mis padres se enteran se enfadarán", etc.

La disonancia cognitiva puede provocar ansiedad, y algo muy llamativo de este estado psicológico es que nos hace ponernos en lo peor sin afrontar la situación de verdad. Probablemente Loren estará pensando que sus padres le van a odiar, que van a estar decepcionados de por vida y que va a ser infeliz durante toda la época universitaria. Aunque todavía no ha hablado con ellos, se siente como si lo hubiese hecho y las consecuencias fuesen horribles. En el 99% de las ocasiones la realidad es más positiva de lo que imaginamos cuando estamos ansiosos. Y puestos a preocuparnos, que sea por algo que de verdad está pasando y no por algo que estamos imaginando.

Después de hablarlo con sus padres y darles algo de tiempo para que lo asimilen, Loren debe decidir qué hacer con su futuro. Tomar decisiones puede ser complicado cuando somos presa de la ansiedad, ya que aumenta la "visión de túnel". Este efecto psicológico hace que sólo prestemos atención a la información relacionada con nuestra preocupación, ignorando todo lo demás.

Aunque Loren cree que hay una única salida, seguir estudiando Farmacia cueste lo que cueste, hay decenas de alternativas. Si seguir con esa carrera es lo que le hace feliz, sin duda debe hacerlo, pero la decisión depende única y exclusivamente de él (aunque sus padres o un orientador puedan asesorarle). Sin embargo, jamás debemos aferrarnos a algo que nos hace infelices sólo por agradar a los demás.

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