Stranger Things llegó a nuestra vida hace cuatro años, con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Ese año, se habló más de Eleven y Mike que de las lágrimas de Neymar después de ganar el oro olímpico en casa. La serie de los hermanos Duffer trata de chavales con poderes, de un grupo de adolescentes que lucha contra sus peores miedos (literalmente), mientras apela a la nostalgia y la estética de los ochenta.
De entre las aventuras y desventuras de estos personajes destacan las de las mujeres protagonistas: heroínas inteligentes, fuertes y decididas. Así que, en plena resaca post 8M, en Yasss hemos seleccionado nuestros momentos feministas favoritos de la serie de Netflix, que en la tercera temporada nos regaló auténticas perlitas protagonizadas por Eleven, la famosa niña de pelo corto y poderes telequinésicos. Aquí va una pequeña muestra, pero si no has visto toda la serie, avisamos: contiene algunos spoilers.
Las protagonistas de la serie son de lo más variado, y en sus tres temporadas hemos sido espectadores de su desarrollo personal. En la primera temporada vimos cómo el personaje de Nancy, que se vendía como una chica dulce y simple, acabó peleando contra el malvado Demogorgon, y cómo Joyce, que acababa de perder a su hijo, se esfuerza para sobreponer su dolor y encontrarle en el inframundo.
Quizás en quien más se nota esta evolución es en Eleven, el personaje que interpreta Millie Bobby Brown, una joven con poderes psíquicos que ha pasado toda su vida encerrada en un laboratorio. La chica llega al pueblo de Hawkins y poco a poco se va relacionando con sus vecinos: especialmente con Mike, con quien empieza una relación que comienza con cuidado y protección, pero que pronto abarcará sus vidas y levantará la ira de sus padres y amigos.
De hecho, el tutor de Eleven, Hopper, empieza a preocuparse y sobreproteger a la chica. Con la excusa de protegerla de los malvados agentes del gobierno, termina imponiéndose sobre la vida y el cuerpo de Eleven, hasta el punto de amenazar físicamente a Mike. La falta de comunicación y el hecho de que el joven trate de controlar los poderes (y la vida) de Eleven “por su propia seguridad” termina con la relación.
Después de un paseo por el centro comercial con Max, las chicas se encuentran a Mike y a sus amigos. El chico se enfada muchísimo y le echa en cara a Max que haya llevado a Eleven al centro comercial, lo que es peligroso para ella. La chica le recuerda que su amiga “no es su mascota”. “Me tratas como basura”, le dice Eleven que, después de escuchar mentiras y excusas de boca de su novio, se acerca a él. “Te dejo”, le dice, harta.
Ya fuera de la ficción, Millie Bobby Brown ha tenido que hacer frente a otra forma de machismo: la hipersexualización. La chica, que se dio a conocer con 12 años, fue elegida como una de las mujeres mas sexys de la televisión estadounidense en la portada de la revista W tan solo un año después.
Por supuesto, podríamos hablar de la necesidad de hacer lista catalogando el atractivo de las actrices y, además, de cómo tiene que estar la cabeza de alguien para meter a una niña de 13 años dentro. Bobby Brown siempre ha denunciado la sexualización y los insultos a los que se ha visto sometida desde que empezó en la serie.
En muchas de las series que hemos visto, también las relaciones de amistad entre mujeres han estado marcadas por el machismo. En las dos primeras temporadas de ‘Stranger Things’, Eleven fue muy dependiente del grupo de chicos protagonistas. Pero en la última temporada se acercó mucho a Max, quien se convierte en uno de sus grandes apoyos.
Una cita que se hila muy bien con otra escena, en la que Mike trata de que Eleven le perdona explicándole por qué le mintió. Sin embargo, a la chica no se le escapa que su ex cree que las chicas están dominadas por la emoción y no por la lógica, y que está tratando de convencerla de que lo ha dejado por los motivos equivocados (se llama gaslighting, Eleven). Más tarde, Mike se dará cuenta de su error y le pedirá disculpas. Pero, en ese momento, la chica opta por un “yo hago mis propias reglas”. Adelante, a estampar camisetas con eso.