Los seres humanos somos criaturas que buscan en las pesadillas y las visiones nocturnas significados plausibles. Soñar es un desdoblamiento, una vía de escape onírica necesaria para la buena marcha de la parte consciente y subconsciente de nuestro cerebro, salvo si sueñas con enanos; si sueñas con enanos, lo mejor es ponerte en manos de profesionales.
Lo queramos o no, nuestros sueños hacen lo que les da la gana, remontan ríos extraños y a veces burbujean con visiones perturbadoras, que el psicoanálisis, las corrientes cognitivo conductuales y hasta los tarotistas y videntes con túnicas de terciopelo y acento gabacho han intentado descifrar. Repito: enanos. Presta atención: enanos.
Tarde o temprano, aparece la misma situación (de acuerdo, dejemos a los enanos por un momento). Te enrollas con alguien que no es tu pareja en un lugar muy extraño que no reconoces, quizá es un yate chapado en oro o una finca rústica con ponis (tienes suerte: el sueño cuenta con un buen presupuesto); o bien la pesadilla te dice que el amor de tu vida está estudiándose las vacunas con otra persona. Surgen preguntas. ¿Por qué le mordisqueaba la mano? ¿Es eso poner los cuernos, o en realidad es que ayer se me olvidó dar de comer a mi yorkshire?
¿Es malo soñar con una infidelidad ¿Nuestra vida amorosa se ha acabado y es mejor encender el horno de gas y meter la cabeza cuanto antes?
Juguemos.
La advertencia está clara: hacer una correspondencia de significado entre las escenas que aparecen en un sueño y la vida real solo va a conducirte a la neurosis y a la melancolía. Comprarte una bata de terciopelo, comer yogures caducados mientras lloras, en fin, todo eso.
Los sueños tienen una semántica ambigua, y a menudo A puede significar B. La mayoría de psicólogos y expertos afirman que, por ejemplo, soñar con una infidelidad puede ser la manifestación de un miedo irracional que tenemos a que nuestra pareja nos abandone. No identificamos nuestra inseguridad de forma consciente, sino que encuentra otra esclusa de aire por la que salir: la vía onírica. En muchos sueños, nuestro inconsciente rellena con argamasa y extrañas visiones lo que en la vida real no nos atrevemos a verbalizar: un problema latente con nuestra pareja, una señal externa (cruzarse con alguien del pasado) que la psique pesca y reconfigura, etc.
D. Ellis, una especialista en interpretación de los sueños, lo explica así: "El sueño de ser engañado es de lo más común. A muchas personas les preocupa estar siendo engañados por su pareja y creen que su subconsciente está tratando de mandarles este mensaje. En realidad, solo es miedo. Miedo a que el amor de tu vida te sea infiel. No tiene una base real, y ni siquiera es premonitorio".
Ellis es cauta. En una escala de problemas, primero estaría soñar con enanos y luego darle carta de naturaleza a esa visión perturbadora: tu pareja se pone una peluca que es exactamente igual que tu pelo, con su mismo brillo sedoso, y le come la boca a otro. 2020, covid amoroso, por qué me tiene que pasar a mí esto, ya, ya, todo eso.
Otra de las interpretaciones más comunes tiene que ver con el trauma de la traición. Si en una relación pasada vivimos una infidelidad, el cerebro puede estar abrevando de ese cabo de cuerda sin resolver para traerlo a nuestro presente, con otra vida y otra pareja a la que es deseable que no le gusten los enanos de circo y sus cabriolas en el aro. No hay trato, le dirás: o los enanos o yo. Y en una escala de prioridades, te preocuparás primero por los enanos y luego, al término del asunto, por ese asuntillo de los cuernos que has visto en tu sueño de esta noche. En una escala de peligrosidad onírica, los enanos van antes que las premoniciones.
La psicóloga Ana Bastos incide en este último punto. “Si hemos tenido esa vivencia, soñarla puede es una extensión de lo que ha quedado sin resolver en nuestra parte consciente. Nuestro sueño podría ser eso que hace nuestra psique para elaborar y colocar lo que nos pasó. Por lo tanto, visto desde otra perspectiva, es una herramienta muy útil. Puede indicarnos que nuestra psique está trabajando para salir a la superficie, resignificar esa experiencia y darle a la rabia que sentimos una salida onírica".