A día de hoy deben de quedar muy poquitas personas en el mundo que tengan acceso a un teléfono móvil y no se hayan hecho un selfie. Que los smartphones hayan mejorado tanto sus cámaras y nos hayan puesto tan fácil el sacarnos una foto a nosotros mismos llegó a crear un verdadero movimiento cultural.
Durante los años centrales de la pasada década, sacarse un selfie en cualquier situación era algo tan básico y normalizado como dar dos besos a alguien para saludarle. ¿Estabas aburrida en casa? Selfie. ¿Salías de fiesta con las amigas? Selfie. ¿Presentabas la gala de los Oscars y estabas rodeado de estrellas? Selfie.
El selfie ha sido algo tan importante en la cultura de las redes sociales que hasta se creó el concepto 'muerte por selfie' para designar a esos accidentes que acaban en tragedia y que sucedieron porque alguien se arriesgó demasiado para conseguir una foto única. Entre 2011 y 2018, los investigadores de la All India Institute of Medical Sciences de Nueva Delhi hicieron un estudio sobre esta nueva causa de muerte y contabilizaron un total de 259 mueres por killfie.
El pasado mes de diciembre de 2021 se publicó una curiosa investigación en la revista científica European Heart Journal titulado 'Selfies en la medicina cardiovascular: bienvenidos a una nueva era del diagnóstico médico'.
Los investigadores detrás de esta publicación han desarrollado un algoritmo capaz de de detectar anomalías en las arterias coronarias solamente analizando cuatro fotografías de su cara que el paciente se puede tomar solo, es decir, haciéndose un selfie.
"Hasta donde sabemos, este es el primer trabajo que demuestra que la inteligencia artificial puede utilizarse para analizar rostros y detectar enfermedades cardíacas. Podría utilizarse para evaluar el riesgo de enfermedades cardíacas, ya sea en clínicas o por medio de pacientes que se saquen selfies para realizar su propio examen", explica Zhe Zheng, director de esta investigación, y también vicedirector del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares y vicepresidente del Hospital Fuwai, en China.
Y es que hay muchos rasgos fasciales que dan pistas a los médicos sobre si somos propensos a sufrir enfermedades cardíacas, como las canas, las arrugas, el lóbulo de la oreja, los xantelasmas, pequeñas acumulaciones de grasa que se forman alrededor de los ojos, y los arcos corneales.
Para el estudio se tomaron fotografías de 5.796 pacientes de ocho hospitales de China entre julio de 2017 y marzo de 2019 y se les hizo una entrevista para conocer sus hábitos y su historial médico. Después, se creó el algoritmo y se probó en otros 1.013 pacientes. Y acertó en un 80% de ocasiones. Esta tecnología podría suponer un gran avance en regiones del mundo con menos recursos, por lo que seguirán desarrollando el algoritmo.