Saber escuchar es una virtud: el test que te dirá si te entra por un oído y te sale por otro o eres buen amigo
¿Sabes escuchar o te da igual lo que te cuenten?
La escucha activa implica prestar atención no sólo a lo que los demás dicen, sino a la forma de decirlo. ¿Posees esta habilidad?
En una conversación es tan importante no monopolizar la conversación como saber escuchar, aunque a este último aspecto se le preste poca atención. Para convertirte en un pro de la escucha no sólo tienes que sentarte frente a alguien, mirarle fijamente y asentir cada cinco minutos; esta habilidad va mucho más allá. ¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar? ¿Cómo convertirte en una persona que presta atención? ¿De verdad necesitas mejorar? Hoy responderemos a estas preguntas de la mano de un pequeño test muy facilito y entretenido.
Oír vs. Escuchar
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Ahora mismo hay decenas de sonidos a los que no estás prestando atención: el ventilador, los coches que circulan por la calle, los niños gritando en el parque que da a la ventana… Oyes el ruido, pero no lo procesas. Es decir, no estás escuchando como tal.
Escuchar implica centrarnos en lo que nos están diciendo o en lo que está sucediendo a nuestro alrededor, asimilando activamente el contenido del mensaje, y si vamos un paso más allá podemos empezar a hablar de escucha activa. Esta habilidad implica no sólo prestar atención a lo que nos está diciendo nuestro interlocutor, sino a cómo lo dice.
La escucha activa está muy relacionada con la empatíaporque conlleva comprender los sentimientos y pensamientos que se ocultan detrás de lo que alguien nos dice. Por ejemplo, que un amigo te diga “estoy genial” con los ojos llorosos y sin mirarte a los ojos no es lo mismo que si te lo dice sonriendo. Para detectar la diferencia hace falta mejorar nuestra escucha activa y el único truco es practicar.
Descubre si eres un buen escuchador
Para descubrir si dominas la escucha activa, hemos elaborado un test muy sencillo. Debes responder a las siguientes situaciones hipotéticas con la mayor sinceridad posible. Es posible que en ocasiones ninguna respuesta te convenza del todo, pero intenta elegir la que más se adapta a tu forma de actuar. ¿Preparado? ¡Pues vamos allá!
1. Te encuentras con María por la calle. Es de tu grupo de amigos, pero no tenéis mucha confianza. Sin embargo, empieza a contarte un problema que tiene y que le está afectando mucho. A ti te parece una tontería enorme, pero…
A. Me pongo en su lugar y comprendo que lo que para mí es una nimiedad, para ella es un mundo. Quiero que se sienta comprendida y apoyada.
B. No soy capaz de ponerme en su lugar, pero disimulo lo mejor que puedo. En realidad estoy deseando que esta conversación tan incómoda acabe ya.
C. Le digo que tengo un poco de prisa y que ya hablaremos. No somos tan amigos…
2. Tienes tanta confianza con tu pareja que ya sabes lo que va a decir antes de que abra la boca, así que…
A. Espero a que hable igualmente, porque interrumpir me parece una falta de respeto.
B. Si estoy ocupado, tengo prisa o estamos hablando de cualquier bobada, respondo antes de que haga la pregunta.
C. Le interrumpo y respondo antes de que diga nada para ahorrar tiempo.
3. ¿Alguna vez mientras conversabas con alguien te has puesto a pensar en lo mucho que se enrolla y en la pereza que eso te da?
A. No suelo. Cada persona se toma el tiempo que necesita para comunicarse.
B. A veces, sobre todo si es alguien que me cae regular.
C. Totalmente. ¿Por qué la gente no va al grano y se va siempre por las ramas?
4. Estás discutiendo con tu mejor amigo y empieza a soltarte una retahíla de frases que te cuesta seguir. Te sientes desbordado y crees que lo que dice tampoco aporta nada a la conversación. En consecuencia…
A. Le pido amablemente que baje el ritmo para poder comprender bien cómo se siente.
B. Intento escucharle, pero se me va la mente a otras cosas.
C. Me pongo a pensar en mis cosas para no cabrearme yo. Total, me entra por un oído y me sale por el otro.
5. Cuando debates con alguien y piensas que se ha equivocado, ¿le interrumpes rápidamente para que sea consciente de su error y pueda modificar su punto de vista?
A. No. Espero a que acabe de hablar y después expreso mi opinión. A lo mejor si le corto, no dejo que exprese lo que realmente piensa.
B. Depende del tema de la discusión. A veces no puedo evitar interrumpir.
C. Sí. Tengo la costumbre de cortar a la gente cuando debatimos y se equivocan.
6. Tienes que decirle algo muy importante a Manuel, un buen amigo tuyo. Llevas tiempo cabreado con él y necesitas contárselo ya. Durante la conversación…
A. Adapto mi forma de hablar a cómo se siente mi amigo. Si viene de buen humor soy más directo, pero si le veo de bajón intento tener más tacto y delicadeza.
B. Me gustaría poder ser más sensible y captar su estado de ánimo para poder adaptarme, pero muchas veces soy muy brusco.
C. Digo las cosas tal y como son, sin tiritas ni nada. Algunos dicen que no tengo tacto, pero yo creo que soy sincero.
7. Notas que tu pareja está cabreado contigo, pero no te dice claramente el por qué. Aun así, el lenguaje no verbal es evidente. ¿Cómo actuarías?
A. Lo hablo con ella. Le digo que he notado su enfado y que me gustaría saber qué le pasa para poder solucionarlo entre los dos.
B. Depende. Si he hecho algo mal, lo hablo, pero si es cosa suya paso.
C. No digo nada. Si quiere algo, que me lo diga claramente. Yo no voy a ir detrás suyo sonsacándole información.
8. Cuando hablas con alguien, ¿te pones a pensar en lo que vas a responder perdiéndote la parte final de la conversación?
A. Casi nunca me pasa.
B. A veces me pasa.
C. Casi siempre me pasa.
9. Durante una conversación, ¿cómo demuestras que estás prestando atención?
A. Le miro a los ojos, asiento, uso expresiones como “sí”, “entiendo” o “ahá”, hago preguntas sobre lo que me ha dicho y le doy mi opinión cuando termina de hablar.
B. A veces descuido un poco la comunicación no verbal, pero estoy trabajando en ello.
C. Me callo y ya. Si no hablo pensará que le estoy atendiendo, aunque en el fondo esté a mis cosas.
10. Cuando conoces a alguien nuevo, ¿cómo te comportas?
A. Me gusta prestarle atención y escucharle atentamente para saber cómo se expresa, cuáles son sus gustos, si lo que dice concuerda con la forma de decirlo. Soy una persona atenta en ese sentido.
B. Intento escuchar, pero si dice algo que no me importa desconecto.
C. A menudo hablo más yo que la otra persona, y cuando toca escuchar muchas veces se me va la cabeza a mis asuntos.
Los resultados
Mayoría de A
¡Enhorabuena! Dominas la escucha activa. Se te da muy bien prestar atención a las personas y tus interlocutores lo agradecerán. Sigue así, ya que es una habilidad tremendamente útil.
Mayoría de B
Aunque no se te da del todo mal, puedes mejorar. Intenta prestar más atención a lo que tus amigos, pareja y familia dice cuando hablan. Ya verás como tienes menos conflictos y tu comunicación mejora.
Mayoría de C
Estás un poco verde en esto de la escucha activa, pero no pasa nada. El primer paso es ser conscientes de lo que tenemos que mejorar y el segundo empezar a cambiarlo. Esfuérzate por ser más empático con la gente y te sentirás mucho mejor, te lo aseguro.