Aunque somos todos supermodernos y vivimos muy en el siglo XXI y siempre miramos la hora en nuestro iPhone de última generción, todavía quedará gente que se entere de qué hora es cuando se levanta gracias a su despertador digital o por la hora que le marca el microondas. Si eres uno de esos, siento decirte que estás viviendo con un poquito de retraso. Con seis minutos de retraso, más concretamente.

¿Por qué? Pues la historia tiene su gracia: porque Kosovo y Serbia están teniendo problemillas de lindes. ¿Que qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Pues vamos a ir poquito a poco:

Este tipo de relojes necesitan electricidad para funcionar. La red eléctrica europea funciona con una señal de 50 herzios. Este tipo de relojes "sabe" cuánto dura un minuto por la frecuencia de la corriente alterna, que se repite un número de veces por segundo, y los aparatitos están programados para "saber" que cada tantas repeticiones pasa un minuto y tienen que cambiar de numerito para ir marcándote a ti la hora exacta.

Pues bien, La Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E) ha venido notando, desde mediados de enero, que hay una desviación en esa frecuencia de 50 herzios. La red eléctrica europea, a la que están conectados unos 25 países de Europa, se ha desviado hasta los 49,995 herzios.

Este sutil desvío ha hecho que la frecuencia de la red eléctrica disminuya un poquitín, y, en consecuencia, tus relojes se fueran retrasando poco a poco. Y por ahora ya llevan seis minutos de retraso. Pero, ¿qué tienen que ver Serbia y Kosovo con todo esto?

En 2008 Kosovo declaró su independencia. Pero Serbia no reconoce su independencia, así que no le deja gestionar su propia energía. Y, según parece, Kosovo, que siempre ha tenido problemas para autoabastecerse energéticamente, no estaba recibiendo de Serbia toda la energía que necesitaba, así que, y según declaraciones de la Red Eléctrica de Serbia (EMS), los kosovares se descargaron de forma permanente y sin permiso más energía de la que les corresponde, provocando el famoso desvío que ha retrasado seis minutos tu reloj.