Lo más importante es no obsesionarse. Quizás tus amigas están todas con la regla y tú todavía nada. Esto no es una competición. Cada cuerpo tiene su propio ritmo y debemos escuchar al nuestro propio. No te compares y vive el momento. La regla llegará tarde o temprano. Deja que todo vaya a su tiempo.
De repente te levantas por la mañana y ¡tachán! Te limpias y encuentras una mancha de sangre. Cuando a mí me pasó estaba tan dormida que casi no me enteré. Luego caí que tal vez era más probable que me hubiese bajado la regla. Llamé a mi madre y se puso a saltar de alegría. Y yo ahí, sentada en la taza del váter sin saber muy bien qué hacer. ¿Lloro? ¿Río? ¿Me pego un tiro?
Cuando te encuentres en la misma situación, tranquila. Respira. Es un momento que ya esperabas así que no hay sorpresas. Mantén la calma y piensa que es tu primera vez. Disfruta de ese momento, en serio, ¡solo se vive una!
Mi recomendación es que empieces por una compresa, lo más sencillo de utilizar. Es preferible que tenga alas para que se adapte mejor y no se mueva cuando camines. Elegir esa compresa puede ser un mundo. Si puedes, escoge aquellas que sean ecológicas.
La gran mayoría de compresas comercializadas tienen perfumes muy fuertes y elementos químicos que hacen que sean mucho más blancas. Eso irrita la zona vaginal y en ocasiones, crea un poco de alergia. Al final del período puede que notes que tienes los labios enrojecidos. Por eso, apuesta por aquellas que no estén tratadas.
Ponte tu primera compresa en un lugar relajado para que veas cómo se hace. De ese modo, cuando estés en el colegio o en un baño público, podrás hacerlo con los ojos cerrados.
Existen otros complementos para evitar manchar el pantalón. Una vez hayas pasado tu primer mes con la regla, puedes investigar otras herramientas como la copa menstrual. Para mí sin duda es lo mejor y lo que menos perjudica a tu cuerpo y al medio ambiente.
La copa menstrual es un recipiente de silicona que se introduce en la vagina y almacena la sangre. Dura 12 horas puesta y, cuando está llena, se tira al váter, se enjuaga y se vuelve a colocar. Eso te proporcionará mucha cercanía con tu cuerpo. Te hará conectar contigo misma, no hay nada malo ni asqueroso en tu sangre. Es parte de la vida.
En caso de que seas menor de 18 años y no hayas mantenido relaciones sexuales, tu talla será una S. Si ya has mantenido relaciones sexuales, tu talla será una M. La talla no depende de la capacidad de almacenaje sino del diámetro.
Poco a poco irás conociendo tu cuerpo con mayor exactitud. Te recomiendo que te descargues una app para calendarizar tus fases menstruales (por ejemplo, Clue). Existen cuatro: pre-ovulatoria, ovulatoria, pre-menstrual, menstrual. La ovulatoria empieza aproximadamente dos semanas después de que te haya bajado la regla. Pero tranquila, seguramente los primeros meses tu cuerpo se esté regulando y tengas un período un poco impredecible. Nada de qué preocuparse.
Es posible que experimentes dolor. Te sientas cansada, malhumorada, reservada y muy desmotivada. Son síntomas propios de la menstruación. Intenta descansar esos días, come alimentos con hierro como las espinacas o las lentejas y utiliza mantas eléctricas o bolsas de agua caliente para calmar el dolor de tus ovarios. También puedes ayudarte de infusiones como la canela, la manzanilla o la salvia y, si el dolor es muy fuerte, toma antiinflamatorios como el Ibuprofeno.
No tengas miedo a manchar y mucho menos asco de tu propia sangre. Es algo natural por más que la sociedad se niegue a aceptarlo. Mancharás braguitas, pantalones o alguna silla que otra. Tendrás relaciones sexuales y quizás tu menstruación esté por medio. Te quitarás la copa menstrual y tus manos se mancharán. Es todo normal, nos pasa a todas. Acéptalo, quiérela y empodérate. Créeme que será tu mayor aliada en muchas ocasiones y, sin duda, un reloj para conocerte mejor.
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