Mucha comunicación y otros tips para disfrutar de las primeras vacaciones en pareja
Planificadlas juntos, buscad planes apetecibles y reservad algunos momentos para vosotros.
Seguro que es una experiencia inolvidable, pero estos consejos te ayudarán a convertirla en un éxito absoluto.
Sobrevivir a las primeras vacaciones en pareja es un reto importante ya que pasar tanto tiempo juntos por primera vez va a poner a prueba, sin duda, las debilidades y fortalezas de vuestra relación. Es una gran oportunidad para conoceros mejor, trabajar la confianza y dejar al descubierto tanto vuestras virtudes como vuestros defectos. Las estadísticas lo dejan claro: las rupturas amorosas aumentan después de las vacaciones.
Pero no queremos ponernos en lo peor antes de empezar, así que, para darle una oportunidad a vuestra historia de amor, vamos a darte algunos tips que facilitarán mucho ese primer viaje en pareja. Eso sí, ten en cuenta que estáis en periodo de prueba y, después de seguir nuestros consejos, si la cosa no tiene que funcionar, no lo hará, y probablemente sea mejor así. ¡Luego no vengas a pedirnos responsabilidades!
Empezar con una escapada de fin de semana
Si estás planeando pasar una o dos semanas de viaje con tu pareja, te recomendamos que, antes de poner toda la carne en el asador, hagas una escapada de entrenamiento que dure dos o tres días, a un lugar no demasiado lejano, para probar qué tal se os da eso de la convivencia.
De esta forma, si surgen problemas, te resultará más sencillo volver a tu zona de confort (tu casa y tus normas), ahorrándote la incomodidad de pasar muchos días con alguien con quien ya sabes que no va a funcionar. Y si la cosa va de maravilla estaréis más preparados para un viaje más largo. Paso a paso todo sale mejor.
Elegir destino
Lo más recomendable, para estar en igualdad de condiciones, es escoger un destino nuevo para los dos. Así descubriréis lugares desconocidos y experiencias más sorprendentes. Haced una lista cada uno con lugares que os gustaría conocer y preferencias: ciudad, pueblo, playa, montaña, hotel, casa rural, relax, fiesta, aventura, etc.
No os preocupéis si vuestros planes soñados son diferentes (lo de las almas gemelas que piensan lo mismo y tienen las mismas metas es un mito que, además de irreal, es muy aburrido), lo importante es encontrar un punto de encuentro. Y si no os decidís, hay rincones que ofrecen una gran oferta de experiencias y podréis tener un poco de todo.
El presupuesto
Esto es muy importante y os ahorrará muchas comeduras de tarro. No hay que racanear, pero tampoco venirse muy arriba. Calculad un presupuesto realista y, lo fundamental: compartid gastos. Os recomendamos poner un bote común e ir a medias, porque no sabemos todavía si saldrá bien o mal, así que mejor no dar motivos, en un futuro, para reproches sobre quién se ha gastado más durante el viaje.
La comunicación
Si esto es importante en cualquier situación vital, en una pareja es primordial, más aún durante las primeras vacaciones juntos. Habladlo todo, negociad, sed sinceros el uno con el otro y asumid que a los dos os tocará ser flexibles y ceder en alguna situación. Y si hay algo que uno quiere hacer pero al otro no le apetece, no tenéis por qué pasar todo el tiempo pegados: os vendrá muy bien algún momento por separado. No pasa nada si uno quiere visitar un museo y el otro prefiere quedarse leyendo en un parque o necesita una siesta. Las vacaciones son para disfrutar y respetar el espacio individual de cada uno puede ser muy enriquecedor.
La agenda
Una buena planificación en un viaje de este tipo es esencial. Una vez que hayáis decidido vuestro destino, haced una lista de los sitios de la zona a los que os gustaría ir y de las actividades que os gustaría practicar, ordenadlos por prioridad y, sobre todo, tened en cuenta que será imposible cumplirlos todos. No es cuestión de vivir unos días a contrarreloj para completar la lista, disfrutad de cada rincón y momento, saboread esas conversaciones interminables y reservad tiempo para vosotros y para vuestra intimidad. Dejad un margen para la improvisación. A lo mejor un día no os apetece salir de la habitación, y tampoco pasará nada porque… ¡estaréis de vacaciones!
Las expectativas
No las pongáis por las nubes porque casi podemos garantizarte que surgirán tensiones, imprevistos, roces, desencantos, que vais a discutir y os costará poneros de acuerdo en más de alguna situación, pero no hay que magnificar la parte negativa porque estas experiencias también os enseñarán a resolver los problemas juntos. Esto es la realidad, no una película romántica escrita por un iluso.
Por eso, en estas situaciones tendréis que respirar hondo, armaros de paciencia, pedir disculpas si es preciso, reflexionar sobre lo que ha pasado, hablarlo y buscar una solución. Seguro que así cualquier traspiés parece menos grave y se normaliza.
La actitud
Es vuestro primer viaje en pareja y, aunque puede que ya os conozcáis bastante bien, seguís en plena conquista mutua, así que es muy importante desprender optimismo y vibraciones positivas. El buen rollo os dará puntos, así que evita estar todo el día quejándote y busca el lado positivo de cada lugar y situación.
Y si esto resulta complicado en alguna circunstancia porque algo sale mal, os lo tendréis que tomar con humor. Lo que, de primeras, parece una desgracia se puede transformar en una anécdota divertidísima. ¡Piénsalo así!
Explotar los puntos fuertes de cada uno
Complementarse en la vida es maravilloso, pero lo es aún más durante un viaje. Repartid tareas y que el que mejor conduzca se encargue de las carreteras más complicadas; quien sea como una brújula que se ocupe de orientarse y trazar el camino; si uno de los dos tiene un sexto sentido para encontrar los mejores sitios para comer, que sea su tarea; al que mejor se le den los idiomas tendrá que comunicarse con los lugareños; y el as de la organización preparará una lista con todo lo que hay que llevar en la maleta.
Y si promover los puntos fuertes de cada uno es importante, también lo es tomarse con normalidad los defectos y naturalizarlos. Son parte de nuestro encanto y debemos aprender a reírnos de nosotros mismos para evitar traumas, complejos y frustraciones. En estas vacaciones de convivencia cada uno debe mostrarse tal y cómo es, con sus virtudes y debilidades. Según cómo se enfoquen, los defectos pueden convertirse en encantos.
Pero lo más importante es que prepares este viaje con ilusión y muchas ganas, porque la palabra vacaciones tiene algo de mágico y el objetivo es renovar energías y coleccionar vivencias. Así que relájate y disfruta de la experiencia.