Cuidarse es fundamental, como hemos oído cuarenta veces estos días. Mantener una rutina, comer de forma equilibrada y hacer algo de deporte parecen normas de conducta impuestas casi por ley. Gracias a dios (y por suerte para los que no hemos pisado un gimnasio en los últimos meses), hay cientos de tutoriales en Youtube con los que aprender de qué va el yoga, el cardio o la meditación.

Dentro de la meditación, el mindfulness es una de las modalidades más conocidas. Hablamos de una técnica que interviene sobre nuestra concentración y ayuda a mejorarla: algo que, seamos sinceros, no nos sobra durante esta cuarentena. Estés estudiando, teletrabajando o simplemente sobreviviendo, esta práctica te puede venir muy bien, así que en Yasss te contamos un poco de qué va este método y en qué te puede beneficiar.

Muchos estudios aseguran que el mindfulness puede ser útil en el tratamiento de la ansiedad, la depresión y el estrés. Hasta ahí, todo perfecto. El problema llega cuando tenemos que cercar el concepto, porque las definiciones de mindfulness son de lo más variado. Los psicólogos relacionan este concepto con prácticas que nos acercan a la aceptación, la atención, la concentración y el cuerpo y el anclaje en el presente, entre otros. La idea general es que seamos capaces de entender y tomar conciencia de lo que está pasando en el momento actual.

Por sus beneficios (o por los que promete), el mindfulness se ha aplicado a muchísimos campos. Desde problemas de alcoholismo o drogodependencia hasta deporte de élite. También en muchas empresas lo llevan a actividades de grupo, y en algunos institutos se implanta para favorecer la concentración de los estudiantes. Vaya, que, aunque nadie tenga muy claro qué es, el mindfulness parece venirle a todo el mundo de lujo.

Otro de los grandes problemas de esta práctica es que, como sucede con otras técnicas meditativas, se suele pensar que el malestar de una persona puede desaparecer tras practicarlo mucho. Y aunque lo cierto es que ayuda a gestionar el estrés, no es tratamiento suficiente para tratar la depresión o la ansiedad. Hablamos de un parche o de una ayuda complementaria, pero no de la solución a todos tus problemas. Los psicólogos recuerdan que, sin terapia o tratamiento, las enfermedades no desaparecen.

Vale, ¿quieres practicar mindfulness? Puede venir muy bien en estos días de cuarentena y es una técnica recomendada para todo el mundo. Lo más importante es aprender a respirar: ser consciente de nuestras inspiraciones y ver cómo afectan a nuestro cuerpo es una buena manera de empezar.

En mindfulness, un sistema muy habitual es el de prestar atención a la respiración en un punto particular de nuestro cuerpo, como las fosas nasales. La idea es ver cómo afecta la respiración a nuestra nariz: cómo el aire entra más frío al paso por nuestras fosas nasales y cómo lo expulsamos mucho más caliente, sin intervenir. En el caso de que nos desconcentremos, empezamos de cero.

Una vez tengamos la respiración controlada, podemos pasar al mindfulness. Hemos seleccionado varias aplicaciones que te ayudarán a practicar esta modalidad. No necesitas mucho tiempo, solo repetir los ejercicios el tiempo suficiente como para que, al final, deje de ser una obligación y la integres en tu rutina.