España, en riesgo de tsunami moderado: ¿qué hacer si el agua se retira de la costa?
Los tsunamis son olas de gran fuerza que se producen en una masa de agua y pueden resultar muy destructivas cuando tocan tierra.
En España, la costa andaluza atlántica tiene riesgo “moderado” de sufrir tsunamis, según los expertos.
La palabra es de origen japonés, donde, debido a su ubicación, tienden a sufrir sus efectos: ‘tsu’ significa puerto y ‘nami’, ola.
Hace tan solo unas semanas, las costas del mar Egeo se retiraron hacia el interior del océano. Ocurría justo después del terremoto registrado esa misma tarde, de una magnitud de 6,8 grados, que causó decenas de muertos y centenares de heridos en Grecia y Turquía. Miles de vídeos, grabados desde la turca ciudad de Seferihisar, recogen el momento: el mar comienza a alejarse de la costa, dejando decenas de barcos encallados en el muelle. Poco después, las autoridades del país dieron la alarma de tsunami.
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La ola no se hizo esperar, y aunque no fue particularmente destructiva, hizo que el nivel del agua subiese repentinamente un metro e inundase una parte importante de esta pequeña ciudad turística. El miedo, sin embargo, se apoderó de los 44.000 habitantes de Seferihisar; en sus retinas estaba el terremoto de Turquía en 2011 y los tsunamis del océano Índico en 2004 y de Japón en 2011, que además causó el accidente en la central nuclear de Fukushima.
Sabemos que los tsunamis son el resultado de terremotos en el mar y que, si se producen en pleno océano, no tienen por qué suponer ningún peligro. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando se dan cerca de la costa? ¿Por qué se convierten en fenómenos tan destructivos? En Yasss tratamos de responder a todas estas preguntas.
La formación de los tsunamis
Un tsunami es una ola que se produce en el mar, como resultado de un terremoto submarino, un corrimiento de tierras o la erupción de un volcán, entre otros, aunque la causa más habitual suele ser la primera. De una manera muy simplista, cuando las placas tectónicas chocan de una determinada forma, mueven el agua que tienen sobre ellas. El efecto puede recordar al que produce una piedra al caer al agua, generando pequeñas ondas que se dirigen como un látigo en todas las direcciones, pero a gran escala. Estas ondas sísmicas provocan olas totalmente inusuales, que, si bien pueden ser inofensivas, se mueven a gran velocidad, cruzando un océano en unas pocas horas.
Cuando el tsunami comienza a acercarse a la costa, donde la profundidad es menor, también reduce su velocidad, aunque con ella crece la altura y la pendiente de la ola. Si la costa tiene una pendiente muy suave, el tsunami se manifiesta como una especie de marea rápida, en la que el nivel del mar sube unos metros muy rápidamente. Es menos frecuente, aunque también ha ocurrido, que la ola tenga una pendiente muy grande y se comporte como una especie de pared, que avanza formando un ángulo de 45 grados con el suelo. Es el caso más destructivo.
Estas olas no llegan de una en una; normalmente existen olas sucesivas, y las últimas tienden a destruir todavía más que la primera. Su impacto tampoco es el habitual: en lugar de retirarse al llegar a la costa, entran como una especie de riada, durante minutos e incluso horas. Cuando la primera está a punto de llegar a la costa, el mar comienza a retroceder. La fuerza del terremoto absorbe los metros de agua más cercanos a la tierra casi por completo, los retira de la playa. Por más atractivo que pueda resultar ver el fondo marino, si ves que la costa retrocede más de lo que debería, no lo dudes: da la voz de alarma y sal corriendo en sentido opuesto.
Tsunamis en España
Gracias a los avances tecnológicos y la inversión, hoy en día se registran los deslizamientos de prácticamente todo el globo, y los gobiernos están alerta para tratar de paliar sus efectos. En España, la Red Sísmica Nacional registra a diario los movimientos de la tierra en el conjunto del territorio, que abarca miles de kilómetros de costa y varios archipiélagos, cada uno con sus propias condiciones.
En la Península, las costas andaluzas, especialmente las que hay entre Ayamonte y Tarifa, son las más expuestas al riesgo de sufrir un tsunami. Andalucía se encuentra en medio de una doble falla tectónica, que amenaza en el Atlántico y en el Mediterráneo. ¿Y cuánto tardaría en llegar un tsunami a la costa, es decir, en el improbable caso de que se diese, qué margen de reacción tendríamos? Aproximadamente una hora, según explican en NIUS. El sistema de alerta del Instituto Geográfico Nacional tardaría un cuarto de hora en registrar la ubicación y magnitud del maremoto y después calcular su efecto, por lo que quedarían unos 45 minutos para movilizar a la población de Huelva y Cádiz. La Junta de Andalucía ya trabaja en un borrador que tiene en cuenta el peligro que existe de un tsunami en la vertiente atlántica.
No es fácil pensar en el efecto de estos fenómenos en nuestro país. Si buscamos uno con efectos devastadores, debemos retroceder hasta el ‘terremoto de Lisboa’ de 1755, que provocó miles de muertos en Portugal y la destrucción de la capital lusa, pero que dejó cadáveres en varios continentes. En España, produjo al menos 1.275 muertos, y el 89% de las viviendas sevillanas resultaron dañadas. Conil fue destruida, y en Cádiz las olas rompieron las murallas. Después, se han producido tsunamis más pequeños en la misma zona; el último, en 1975.
Lo que está claro es que, en caso de tsunami, la población española no sabría cómo reaccionar. No existen planes formativos, y aunque en algunas zonas el riesgo es moderado, los ciudadanos no sabríamos cómo enfrentarlo. Por eso, el Instituto Geográfico hace estas recomendaciones:
- Ten identificadas las zonas de evacuación accesibles en 15 minutos, especialmente a pie, por si carreteras y puentes estuviesen dañados.
- Ve lo más elevado y tierra adentro que puedas.
- Aléjate de ríos y estuarios, porque el mar puede adentrarse en ellos.
- Si estás en una embarcación, navega mar adentro, hasta que la profundidad sea superior a 100 metros. Allí, las olas son más rápidas y bajitas.
- Si ves que el agua se retira, corre en la dirección opuesta.
- Si el terremoto ha afectado a la zona, ten cuidado con los objetos que puedan caer.
- Sube por encima de una tercera planta, en una construcción sólida.