Mucho ha llovido desde diciembre de 2016, el año en que Camila Cabello, la chica que huyó de Cuba, anunciaba una de las noticias más funestas para los seguidores de Fith Harmony: para ella, era hora de dejar el grupo y emprender una carrera en solitario. La noticia dejó con la mandíbula torcida a su audiencia, que le había procurado a la girl band una de las carreras más fulgurantes dentro del complejo ecosistema de la música comercial estadounidense.
Pero ¿qué llevó a Cabello, entonces vocalista de las Fith, a marcharse expeditivamente en uno de los momentos más dulces de la banda?
La noticia fue un pequeño terremoto en la industria y dejaba huérfana a la banda, una de las supervivientes del conocido programa X Factor, que había logrado crear su propio hueco de la industria una vez el programa llegó a su fin y los jueces decidieron levantar el pulgar hacia arriba.
El tiempo todo lo cura, incluso los rencores naturales entre las integrantes de la banda que se dieron cuando Cabello tomó la decisión de bajarse del barco. Estábamos tan acostumbrados a boybands de jóvenes lampiños cortados por el mismo patrón que las Fith habían traído un soplo de aire fresco a nuestras listas de reproducción, con sus looks brutales y la (aparente) buena sintonía de las componentes.
A la humanidad le gustaba Camila, una bestia en el escenario que nunca perdía la voz y la sonrisa, y de ahí que todo fuera extremadamente doloroso para los fans, tanto el abandono de Cabello como el comunicado, tan desinfectado y pulcro como todo lo que suena a mentirijilla para salvar los muebles. El mensaje oficial: que cada una de las Fith necesitaba tomarse una pausa para enfocarse en su carrera en solitario. Dos años después, el grupo regresó brevemente antes de anunciar que todas habían decidido tomar el mismo sendero que Camila. Normani y Jáuregui dieron la estocada final, lanzando sus propios temas. El resto de las integrantes las siguieron poco después.
En el contubernio Fith-Camila, hay que separar las teorías de los fans y la revelación final, un golpe de efecto que llegó mucho tiempo después, cuando la vocalista decidió contar por fin el verdadero motivo que le había llegado a dejar la banda.
La teoría más loca de entonces orbitaba en torno a Shawn Mendes y a unos celos extremadamente puntillosos que, siempre según los fans, el cantante experimentaba cada vez que veía a Camila cerca de su compañera de grupo, Lauren Jauregui. Ni siquiera se habían hecho noviecitos todavía, pero a los seguidorxs y fanáticxs de la banda les bastó que Jauregui se declarara abiertamente bisexual para ponerse el bigote falso de los investigadores privados y empezar a estirar hasta el límite los hilos de la imaginación.
Con cábalas, más delirantes que ocurrentes, encontraron su chivo expiatorio en cuestión de semanas: “Es Shawn el que ha roto a las Fith en seis pedazos”. “Camila y Lauren se shipplaean en secreto”. Quizá la conversación continuó con preguntas de naturaleza criminal. “¿Cómo podemos procurarle a Shawn una muerte dolorosa? ¿Lo electrocutamos?”.
Ciertamente, Mendes tuvo algo que ver en la ruptura del grupo, pero no precisamente por unos supuestos celos, cosa harto improbable (él es todo buen rollo y dulzura). A finales de 2015, Camila había decidido tener un escarceo musical con Shawn colaborando en su tema I know what you did last summer. Esta excursión inofensiva fuera de los dominios del grupo sentó a cuerno quemado a la banda y dio paso a las primeras tensiones manifiestas.
Aunque no hay mucha información sobre ello, se sabe que las Fith dieron un ultimátum a Camila, algo así como: “O estás con nosotras, o estás fuera”. Parece que ella propuso una especie de pacto de no agresión y sondeó la posibilidad de componer para el grupo y, en paralelo, probar a desarrollar su carrera en solitario con un disco. Las Fith, más duras y hurañas que los jueces de X Factor, repitieron su ultimátum. “O nosotras, o nada”. Camila Cabello respondió en la misma medida, como se desprende de sus declaraciones, años después.
"Era curiosa y quería aprender. Veía a toda esa gente haciendo música, escribiendo canciones y siendo tan libres que yo también quería hacerlo pero no pude […] Quedó claro que no era posible hacer cosas como solista y seguir en el grupo a la vez. Si alguien quiere explorar su individualidad nadie puede decirle que no".